Opinión

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20 años después

Cristina Fernández de Kirchner volvió a dejar a en claro que no será candidata, pero también que "hará lo necesario para que el peronismo vuelva a ganar las elecciones". Otra campaña que la tendrá como protagonista, pero esta vez por fuera de la boleta. A 20 años de la llegada de Néstor a la Casa Rosada, el kirchnerismo se prepara para otra batalla electoral

Por: Agustín Alvarez Rey
20 de mayo de 2023

Las fotos que circularán por medios y grupos de Whatsapp al cierre de la jornada del 25 de mayo no serán nuevas. Las imágenes mostrarán una Plaza de Mayo colmada, banderas celestes y blancas, consignas peronistas, logos de La Cámpora, pasacalles de intendentes y sindicatos. Los fotógrafos la volverán a retratar como única oradora de un acto multitudinario. La novedad estará en el discurso, en el rumbo elegido, en el camino a recorrer, y quizá, sólo quizá, en los nombres propios. Si la palabra de CFK bastó para entronizar a un "no propio", por qué no va alcanzaría para subir al ring a uno propio. ¿Qué florezcan mil flores o "Wado" de Pedro candidato?

"Es tiempo de los hijos de la generación diezmada", dijo CFK. Y pareció abrirle la puerta definitivamente a "Wado" de Pedro que camina su candidatura desde hace más de un año por todo el país. Dato, no opinión. Es parte de la generación que llegó a las grandes ligas de la política de la mano de Néstor Kirchner. Es HIJO. Siempre fue parte. La capacidad de hablar con todos, de dar respuesta, de ser y no ser al mismo tiempo preceden a su rol como ministro del Interior. "Wado" ocupa uno de los ministerios más importantes del esquema gubernamental, pero no es albertista; es Cámpora pero también PJ; es joven, pero tiene experiencia. Ser y no ser. A veces la calve del posicionamiento de un dirigente es ser la síntesis de las contradicciones de su propio espacio. Lo quiere Luis Barrionuevo, también las Madres y las Abuelas. La posibilidad cierta de sostener el "es con todos".



Plaza de Mayo el 9 de diciembre de 2015. Foto: Telam


Más allá de las hipótesis impulsadas por la ansiedad de los tiempos electorales y las definiciones que llegarán el 25 de mayo, el paisaje es confuso. De un lado la letanía, ese ruego reiterado que se masifica en cada misa laica que celebra el peronismo al calor de la campaña electoral. El "Cristina presidenta" retumbará en la Plaza. Del otro lado ella, con su discurso y una estrategia. Ante la proscripción como certeza, la decisión está tomada. No hay marcha atrás, pero si un camino.

Cristina plantea lo esencial. Que en este caso es invisible a los ojos de un sector de la militancia y, por qué no, a gran parte de la dirigencia. La unidad no es un fin, es tan sólo un medio. La pregunta que deja flotando el texto de CFK, que publicó días atrás en sus redes sociales, no tiene que ver con las candidaturas. Es mucho más simple: ¿unidad para qué?

Sus palabras también dejan certezas de cara a lo que viene. Tampoco tienen que ver con lo electoral. No habrá días felices, por lo menos, mientras Argentina se encuentre bajo la tutela del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Volver a enamorar. La nostalgia de lo que fue y ya no es, pero con la promesa de que puede volver a ser. CFK como garante, conductora y gran electora. La columna vertebral del discurso del próximo 25 de mayo se deja ver en las últimas apariciones públicas de la vicepresidenta. Claro, habrá un contexto: la celebración de los 20 años de la llegada a la Casa Rosada del Néstor Kirchner. Ese mojón de la reconstrucción posible que está marcado de forma indeleble en la memoria colectiva de los que tienen más de 40, pero que no logra perforar a los sub 30.

La centralidad de CFK no necesita la validación del rating, pero los 11 puntos que marcó su última aparición televisiva dan cuenta de eso. La capacidad de multiplicar la potencia de su mensaje está intacta, más allá de lo que digan las encuestas sobre su imagen y su intención de voto.

Lo dijimos en El editor hace un par de semanas, mayo como otro mes de definiciones para el kirchnerismo. El proceso está en marcha. Al igual que hace cuatro años CFK será quien defina la estrategia electoral. Está vez la alquimia que pueda producir un triunfo electoral parece más compleja. Pero se sabe, la política es el arte de lo posible. Bienvenidos a la campaña.


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