El diputado nacional Facundo Manes irrumpió en la política para participar en las elecciones intermedias de 2021. Tras conseguir el apoyo del radicalismo, el neurocientífico se metió de lleno en la pelea y arañó el 40 por ciento de los votos en las PASO que proclamaron a Diego Santilli como el principal representante de Juntos para la Cámara baja del Congreso de la Nación.

Su condición de outsider, el perfil dialoguista, y su facilidad para interactuar con los medios se convirtió en una de las principales armas para sumar el apoyo de la gran mayoría de los correligionarios y, también, de un sector del peronismo no kirchnerista encolumnado detrás de las figuras de Emilio Monzó y Joaquín De la Torre, dos armadores necesarios de peso que ayudaron a coronar aquello que, en definitiva, pasó a ser una de las grandes victorias del partido centenario. Un revivir que, pese a que no pudo terminar en victoria (al menos en la interna), reposicionó al radicalismo en la balanza de poderes de Juntos.

Con ese primer antecedente en la política, Manes quedó bien ubicado como para intentar representar al radicalismo al frente de una candidatura presidencial que hoy camina lenta y que lleva a que varios intendentes bonaerenses lo pidan, con el micrófono apagado, para volver a liderar al partido en la puja provincial por quién será el aspirante a gobernador de Juntos.

"Todos le agradecemos a Maxi (Abad, presidente de la UCR en PBA y precandidato a gobernador bonaerense) la importancia de ponerse adelante, pero no podemos seguir las huellas del 2015. El radicalismo tiene que ser parte activa del gobierno cuando le ganemos a (Axel) Kicillof. No nos vamos quedar afuera de la foto", le dice a este medio uno de los jefes comunales boina blanca que el pasado jueves formó parte del Foro de Intendentes Radicales que se desarrolló en Rauch.

Allí los intendentes dejaron en claro que necesitan precisiones nacionales y provinciales. Y, puertas adentro, cuestionaron el impacto negativo que provoca en la alianza la interna del PRO. Pero sobre todo, con reglas de juego claras que permita asegurar los territorios.

La UCR gobierna en 32 de los 135 municipios bonaerenses. Y el hecho de no contar con un candidato a gobernador de peso (también amagan con presentarse el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y el diputado nacional, Martín Tetaz) deja expuestos y con incertidumbre a los alcaldes.

La lectura interna tiene varias patas. "Tenemos que dar la pelea para adentro. Hay distritos por sostener y otros por sumar. Y para generar el mayor arrastre se necesita de un candidato propio como Facundo, quien es el que más mide y que ya demostró que el radicalismo está de pie", le dice a El Editor un legislador bonaerense.

Para algunos radicales, la candidatura de Abad forma parte de un acuerdo para "entregarle" la candidatura provincial al PRO y generar acuerdos que "a veces benefician más en lo personal que en lo partidario". Sucede que, para un sector interno, sin Manes en la Provincia la UCR volverá ocupar un rol legislativo sin el peso necesario en el ejecutivo.

Y, además, consideran que el arrastre del diputado nacional podría provocar el empujón necesario para imponerse en una elección que, como se sabe, no cuenta con segunda vuelta y que, como suele decirse, se gana por un voto. "Ese voto lo trae Facundo", le dice en confianza a este medio el legislador radical.

Pero Manes no quiere saber nada con "bajar" a la Provincia, algo que no cae del todo bien entre los jefes comunales.

Cabe recordar que el radicalismo no cuenta con un candidato propio como gobernador desde el 2007, cuando Ricardo Alfonsín cosechó el 5 por ciento de los votos y terminó en cuarto lugar, por debajo de Margarita Stolbizer y Francisco De Narváez en lo que terminó siendo la primera elección ganada por Daniel Scioli para conducir el destino de los bonaerenses.

Mirada nacional

Pese a que su participación activa tiene menos rebote mediático que la del PRO, Manes tiene un andar sigiloso dentro de la política. El neurocientífico sabe del valor de amplificar sus recorridas. Lo vio durante la campaña bonaerense del 2021. Pero considera que esa es una batalla perdida y apuesta a intentar ampliar la alianza para reposicionarse en la puja en la que se encuentra con el gobernador de Jujuy y presidente del comité nacional, Gerardo Morales.

De ahí su necesidad de mostrarse cercano al peronismo no kirchnerista como ya ha hecho en distintas oportunidades con el gobernador cordobés y también precandidato presidencial, Juan Schiaretti. Fue el propio diputado quien puso su nombre en discusión para intentar sumarlo a Juntos, algo que el propio mandatario desestimó.

Sin embargo, la avenida del medio sigue siendo el gran objetivo de Manes, quien al dar la pelea por dentro de Juntos queda adentro de peleas internas tantos en su partido como con sus socios. En su reciente visita a Tandil manifestó que la UCR "tiene la responsabilidad histórica de intentar liderar la coalición opositora, porque el problema argentino es político. Tenemos que construir un espacio que convoque a los defraudados del Frente de Todos, a gente que nunca voto a Cambiemos, que nos votó, pero se defraudó. No solo hay que ganar la próxima elección, hay que transformar el país y no se puede hacer desde los extremos".

Lo cierto es que la presión para bajar a Manes de la nacional es grande. Días atrás, durante el anuncio de lo que será su lanzamiento del 15 de marzo, Morales manifestó que "lo mejor es impulsar un único candidato radical a presidente y hacer todo el esfuerzo para que ese candidato llegue a las PASO, instancia a disputar con la fuerza propia".