El ministro de Economía, Sergio Massa, viajó con destino a Washington para sumarse a la delegación argentina que asistirá al encuentro bilateral que mantendrá el presidente Alberto Fernández con su par estadounidense, Joe Biden, el miércoles próximo en la Casa Blanca. El tigrense busca flexibilizar el acuerdo con el FMI a través del diálogo con Kristalina Georgieva y abrir canales de financiamiento en medio de la sequía de reservas.

El Gobierno sabe que el margen se achica: ya no puede solicitar giros de los organismos tradicionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial (BM) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). De esta forma, las opciones institucionales son ínfimas y urge aumentar las reservas. En lo que va de marzo, el Banco Central ya perdió más de US$ 1.500 millones.

Una de las variantes que se baraja es la de convencer a Georgieva que apruebe una flexibilización del acuerdo en curso. Argentina tiene que reducir su déficit fiscal al 1,9 % del PBI en medio de la peor sequía de la historia, que le quitará recursos por unos US$ 20.000 millones, aproximadamente según consultoras privadas.

Cabe recordar que Argentina postergó pagos que operaban la semana pasada para el próximo viernes 31 de marzo, a la espera de que se concrete el cónclave. Incluso aún con los desembolsos previstos, Argentina no lograría cubrir la meta de acumulación de reservas del primer trimestre, ya que le faltarían alrededor de US$ 2.000 millones.

Fernández y Biden "celebrarán los 200 años de relaciones bilaterales" y "reiterarán la solidez de la asociación entre Estados Unidos y Argentina" con una agenda que abordará cómo "continuar asociándose para abordar los desafíos globales", según un anuncio realizado en el sitio oficial de la Casa Blanca.

En el temario a tratar por los dos jefes de Estado aparecen "los minerales críticos, el cambio climático, el espacio y la tecnología", como también "la cooperación económica" y los "valores compartidos de inclusión, democracia y la protección de los derechos humanos", amplió la vocera.

El encuentro de Fernández con Biden se iba a realizar originalmente a finales de julio del 2022 pero por entonces el mandatario norteamericano había dado positivo en un test de coronavirus, lo que motivó la postergación.

Más allá de los tecnicismos burocráticos, el fondo de la cuestión trata de los dólares que le faltan al país para afrontar un 2023 signado por la sequía. Un golpe de efecto de este calibre requiere, según el equipo económico, un reacomodamiento de las metas con el FMI para los próximos trimestres.

Asfixiado por el cronograma de pagos y sin recursos para enfrentarlo, el temor en el Palacio de Hacienda reside en el aumento de la presión cambiaria por parte de los agentes del mercado.