Bibliotecas: el paraíso invencible

Desde las tablillas de arcilla y los papiros a la digitalización de la información, las bibliotecas resisten estoicas a las grandes transformaciones culturales. Siguen ahí, con su promesa de conocimiento, perfume a papel y discusiones interminables. Pero también cambian, porque están vivas. Y dando nuevas batallas.

26 de noviembre de 2022

Desde los antiguos e imponentes edificios de Atenas y Alejandría en el año 300 antes de Cristo -protectores de tablillas de arcilla y papiros-, las bibliotecas han resistido incendios, cruzadas , guerras y bombardeos en pos de resguardar el patrimonio cultural de los pueblos, preservar la memoria y diseminar el conocimiento a través del mundo. ¿Por qué habrían de desaparecer ante una nueva tecnología?¿Qué nos hace pensar que alguna vez acabarán realmente?

Se rumorea, sí, que las bibliotecas tienden a desaparecer con la digitalización de la información y su avasallante paso en las transformaciones culturales. Hay quienes incluso se preguntan: "¿Bibliotecas? ¿Para qué?" Son los que aseguran que "todo está" en la gran red de redes: internet. Sin embargo, según dicen los que saben, las bibliotecas lejos están de desaparecer. Perviven de otro modo, como más allá del tiempo y de las explicaciones lógicas. ¿Por qué? ¿Para qué? Desde El Editor decidimos investigarlo.

Ya soñaba el escritor Jorge Luis Borges con que el paraíso fuese una especie de biblioteca y tal vez tenga razón. Para Florencia Saintout, presidenta del Instituto Cultural bonaerense, las bibliotecas tienen realidades muy diferentes pero todas están íntegramente comprometidas con la realidad de sus comunidades y asegura que es necesario que existan más bibliotecas populares. Distantes de pasar al olvido, son puente entre usuarios y posibilidades, sobre todo en la enseñanza del uso de las nuevas tecnologías.




La presidente de la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina (ABGRA) María Silvia Lacorazza, refuerza esa idea y habla, además, de la utilidad de las bibliotecas en la actualidad. Señala, por caso, que "la gente las usa muchísimo, porque la tecnología permite digitalizar los libros pero para tener acceso a ello hay que pagarlo". Además, menciona la necesidad, en caso de contar con un dispositivo digital, de tener conexión a internet y batería constante, actualización de software y capacidad de hardware. No todos cuentan con eso. Con la biblioteca uno cuenta siempre.

"Las bibliotecas son herramientas necesarias para hacer justicia social, en esas instituciones se establece igualdad de oportunidades entre los ricos y los pobres. Son lugares de acceso a la información a personas que carecen de recursos", resalta Lacorazza durante su charla con El Editor, como si alzara estandarte con la voz. Y menciona la necesidad de los usuarios de tener contacto con los libros en papel y generar comunidad en los espacios destinados a la lectura y la investigación.


Viejos métodos de catalogación por ficha

¿Acaso no es el mundo una gran biblioteca que ha puesto en la naturaleza el reservorio de sus años?

A propósito de las transformaciones que proporciona el paso de los años en la sociedad y la tecnología, consultamos a la presidente de ABGRA sobre los cambios que han sufrido las bibliotecas para amoldarse a la era digital. "Todo lo técnico se dejó de lado, ahora todo es digital y tecnológico, todo es software". Si bien las bibliotecas permanecen repletas de libros y volúmenes que nunca más se conseguirán, las condiciones del servicio que prestan han ido variando con el paso de los años y aún más con la llegada de internet.

El modelo híbrido es el que prima actualmente. Allí, lo electrónico, lo digital y el papel convergen. Así es como dejó de existir la biblioteca única como lugar silencioso de consulta e investigación, para convertirse en un sitio más amplio que comparte esparcimiento, sitios para cargar el celular, áreas para consumir alimentos y los sectores clásicos de lectura silenciosa (mayormente vacíos), entre otros. Lejos de morir, las bibliotecas son espacios de encuentro y reunión con uno mismo o con muchos otros. Son espacios habilitados para el aprendizaje de distintas disciplinas, además de su innegable aporte a la difusión de la cultura, la historia y la conservación de la memoria.

"Lo lindo que tiene la biblioteca es que es un lugar de reunión, hace que hables con el que está al lado", así destaca Silvia la diferencia en la utilización de internet que es un medio unipersonal y no afectivo. En relación a la búsqueda de información digital Byung-Chul Han hace mención a cómo la "posibilidad de una obtención fácil y rápida de información es perjudicial a la confianza" y dice que es gracias a la confianza que se hacen posible las relaciones con los demás, aún sin conocerlos.

Bibliotecas con bibliotecarios: su humilde servidor



Públicas, escolares o populares, cada una de las bibliotecas tiene una misión, un usuario y una función distinta. Pero no sucede lo mismo con la manera de designar y clasificar los libros. Así, todas las bibliotecas manejan una clasificación decimal que se utiliza al sólo efecto de ubicar topográficamente los libros en los estantes, mientras que el denominado formato MARC (Machine Readable Cataloging) se usa para realizar la descripción documental en los catálogos automatizados.

A los cambios estructurales no le escapan los adquiridos por el bibliotecario que modificó su formación, pasando (de ser invisibles y vivir detrás de los libros, sin derecho a opinión) a convertirse en un gestor cultural que, incluso, se vuelve un alfabetizador informacional. Sobre todo en las bibliotecas populares, aquellas en las que los talleres para personas adultas se multiplican o en las bibliotecas públicas donde muchos adolescentes no saben encontrar un tema en particular dentro de un mismo libro.

Según Lacorazza "la formación del bibliotecario se modificó mucho. Antes se formaban sobre la construcción de las fichas, a coser libros, restaurarlos, encuadernarlos. Hoy, en cambio, les dan más medidas de prevención: evaluar la calidad del libro, cómo ubicarlo, cómo agarrarlo, evaluar si tiene hongos o bichos, etcétera", además de la habilidad digital del manejo de software para la carga del sistema MARC y el servicio personalizado con el usuario que es "gratuito". Todo eso se distingue, y mucho, de la vieja y simple ubicación del libro por su lugar en el estante.

Las bibliotecas han sobrevivido y lo harán a futuro lejano avaladas por la costumbre y también por la recientemente aprobada ley nacional 27.432 que prorroga, al menos por otros cincuenta años, el subsidio a bibliotecas populares que tienen una importante colaboración en la formación de los ciudadanos. Ahora es tiempo de reconocer al bibliotecario en su ejercicio profesional porque es, finalmente, quien se hace responsable de la dirección y administración de estas instituciones culturales cuyo aporte es fundamental en el desarrollo económico, social y cultural del país.
"Quizás me engañe la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana -la única- está por extinguirse y que la Biblioteca perdurará: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta". Este fragmento de Borges es de La biblioteca de Babel y representa una ficción literaria que tampoco dista mucho de la realidad que avanza.


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