El próximo 24 de junio se oficializarán las listas con las que cada frente político irá a dar la pelea electoral. Y en ese marco, se sabe, la madre de todas las batallas por librar es que la que se dará en la provincia de Buenos Aires.

Sucede que, según marcan las encuestas, la pelea por el sillón de Dardo Rocha es una de las más parejas. Y como los comicios bonaerenses se definen por un voto no hay margen para estrategias o para pensar en cómo se acomodan los votos más allá de la grieta ante un eventual ballotage, como sí podría darse a nivel nacional.

En ese marco, el Frente de Todos corre con la ventaja de haber decidido ir con todo por la reelección del gobernador Axel Kicillof, quien como dio a entender en la apertura de sesiones de la Legislatura bonaerense dependerá de lo que elija la gente, ya descontando que será parte de la compulsa.

Lo cierto es que todavía resta la decisión de la líder política del espacio, Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, el aviso realizado por el jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, en el que ponía su apoyo en manos de lo que decida la vicepresidenta, terminó de alivianar una interna que no había ni siquiera empezado a plantearse como tal pero que podía convertirse en un escollo en el camino del mandatario.

Pero no. Los intendentes comenzaron a dejar en claro su apoyo y pese a que todavía algunos de peso no se pronunciaron, el gobernador será el candidato. Por más que, incluso, algunos lo quieran mandar a dar la puja nacional. Algo que fuentes cercanas de Kicillof le aclaran a El Editor: "Axel quiere seguir cambiando la vida de los bonaerenses. Mirar más allá de eso tiene una intencionalidad que preferimos obviar para no meternos en rencillas que no nos suman como espacio".

Vale recordar que desde el espacio de Insaurralde, lo había puesto como fija presidencial y que, días atrás, el senador Francisco Paco Durañona lamentó: "Cómo vamos a dejar afuera de la discusión nacional a semejante dirigente".

Juntos, pero separados

La situación en Juntos es mucho más compleja. Hoy, como se sabe, hay cinco candidatos a gobernador del PRO y tres del radicalismo. Sin embargo, como suele pasar, hay muchos que solo juegan un rol de presión para sumar músculo y, también, para negociar cargos. Lo cierto es que en el PRO, las principales referencias que tienen hoy los candidatos nacionales Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich son, respectivamente, los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo. Y pese a que dos meses atrás todos los dirigentes explicaban que no había chances de llegar a una interna, en la actualidad se exploran fórmulas para que todos aquellos que deseen participar de una PASO puedan hacerlo.

El principal problema lo tienen los intendentes, quienes muestran su preocupación por la amenaza de una discusión hacia adentro de territorios donde el PRO ya es gobierno.

"Hasta que no nos ordenemos, los oficialismos ni siquiera podemos ver qué va a pasar en aquellos distritos que no somos gobiernos", le dijo a El Editor uno de los intendentes que formó parte de la reunión que llevaron a cabo este jueves los alcaldes del PRO en Vicente López". Y agregó: "Bullrich quiere pelear en todos los distritos y eso complicó la reunión. Hay que respetar los territorios".

Para colmo, no son los únicos candidatos. Javier Iguacel, Néstor Grindetti y Joaquín De la Torre siguen figurando como aspirantes a la gobernación por más que la titular del PRO ya eligió a Ritondo como su principal referente bonaerense. Y más allá de no terminar al frente. Cada uno hace su aporte para los halcones: el intendente de Capitán Sarmiento en materia de baja de impuestos; su par de Lanús con el aporte de la masa peronista de "Hacemos" y la fuerza de la tercera sección; y el senador bonaerense desde la seguridad con el programa "Ojos en alerta" que se aplica en San Miguel, que ya fue "exportado" a otros distritos, incluso del Frente de Todos.

Por el lado de la UCR, la situación es más compleja. Hoy los radicales se acusan unos a otros de ser funcionales al PRO. Pero lo cierto es que ninguno terminó de adoptar una postura fuerte en pos de una candidatura que pueda llegar a tener una verdadera representación y una tracción de votos. Es así que Maxi Abad y Gustavo Posse se convirtieron en los exponentes de los aspirantes nacionales Facundo Manes y Gerardo Morales. Mientras que Martín Tetaz también se mete en la compulsa con la referencia en Martín Lousteau, también alineado con el gobernador jujeño.

Se trata de un entramado difícil de resolver. Sobre todo por la saña con la que se está llevando la compulsa. Con acusaciones de peso de ambos espacios.

Posse presentó en los últimos días más de 25 mil firmas para abrir internas abiertas e ir con un único candidato a las PASO con el fin de no llegar disminuidos y que tampoco se elija un aspirante entre cuatro paredes. Desde el lado del titular del comité provincial negaron la posibilidad. Aseguran que para esa definición están las primarias. Desde el possismo dicen que Abad juega para Ritondo; mientras que desde el despacho del diputado sostienen que el jefe comunal de San Isidro "tiene un pacto con Larreta. Ya lo dejó en claro en 2021 cuando decidió apoyar a Santilli e ir con el PRO".

La pata liberal

A diferencia del cuadro nacional, como ya se expresó más arriba, las elecciones bonaerenses se definen por un voto. Es por esto que el peso de los libertarios, al jugar por afuera pierde más protagonismo que a nivel país. Sin embargo, todavía no está claro cómo va a jugar José Luis Espert quien sigue diciendo que irá con una boleta corta que solo pondrá en favor de un candidato que lo apoye. Son muchos los que aseguran que también hay un acuerdo tácito con Larreta y que eso podría desnivelar la compulsa. Pero no son más que trascendidos que el diputado niega.

Por su parte, Javier Milei todavía no decidió quién será su representante a nivel provincial, aunque todos los números van por la diputada Carolina Píparo. La exdirigente del PRO que ingresó a la Cámara baja del Congreso de la mano de Espert fue tomando protagonismo y hoy es la cara que los libertarios quieren poner en consideración para la pelea contra la inseguridad. "No está nada definido. Todavía hay tiempo", dicen desde adentro.

Peronismo opositor

El Gringo Juan Shiaretti está decidido a competir en el famoso juego de representar la tercera posición por fuera de la grieta. Una experiencia que nunca tuvo un final feliz en los últimos años y que, por lo que marcan las encuestas, tampoco lo tendría con su representación. Algo que sí podría virar para la derecha liberal.

El gobernador cordobés está al frente del peronismo no kirchnerista que busca sumar aliados de otros partidos e ideologías, como ya se amagó en su momento con Manes. Y, en ese recorrido, el acercamiento con el diputado nacional Florencio Randazzo es real.

Cabe recordar que el exministro de Transporte de Cristina nunca compitió en una elección ejecutiva y que sus experiencias anteriores fueron bastante más pobres de lo que aspiraba. Sin embargo, según pudo saber El Editor, el Gringo le pidió a Randazzo que se ponga al frente de una candidatura que hoy solo es la suma de un algunos factores que, según el Frente de Todos, solo serviría para ser funcionales a la oposición.