Sociedad
Las y los habitantes de ese paraje al sur de la provincia de Buenos Aires son poseedores de una impronta cultural admirable que hicieron de ese lugar un espacio digno de habitar
Por: Romina Lambert
18 de noviembre de 2023
Colonia
Lapin es un pueblo de menos de 100 habitantes ubicado en el partido de Adolfo
Alsina, al sur de la provincia de Buenos Aires. Hace poco más de dos años, los
habitantes del paraje rural se organizaron y decidieron reabrir el cine, luego
de estar cerrado por más de tres décadas.
Este
pueblito bonaerense se fundó hace exactamente 104 años por colonos judíos,
quienes a lo largo de su historia supieron pregonar las ideas del
cooperativismo: fundaron la primera cooperativa cárnica, crearon un centro
cultural, instalaron una sala de primeros auxilios, tenían su propia escuela,
otra de enseñanza castellana y una fábrica láctea pujante.
Dos años
antes de su centenario, vecinas, vecinos, exresidentes y familiares, decidieron
poner en valor el centro cultural del poblado. Organizaron las famosas mingas,
que son reuniones solidarias para juntar fondos. Gracias al esfuerzo
mancomunado, llegaron al 2019 con la biblioteca y la antigua sala de cine
totalmente restaurada.
José Piro,
vecino del paraje que formó parte del proceso de puesta en valor en diálogo con
El Editor cuenta que "la construcción no
estaba en desuso, pero sí tenía un estado de abandono, porque en un lugar donde
vivían 60 familias, hoy quedan 5 o 6 nada más".
A dos años
de su puesta en valor, el cine en Colonia Lapin volvió a ser un punto de
encuentro para que los vecinos de este paraje dejen sus pantallas y revivan las
principales historias de un pueblo que tuvo su propio cine durante la
presidencia de Juan Domingo Perón.
Centro Cultural Lapin a mediados del siglo pasado.
Recuperación
del cine
En 2019 se
realizaron algunas funciones en Colonia Lapin pero luego tuvieron que frenar
por la llegada de la pandemia. El intervalo sin actividad cinéfila se prolongó
por alrededor de tres años.
La
proyección de películas se retomó en 2021. José cuenta que el cine en la
colonia se hace de una forma muy casera: "Tenemos un equipo de sonido, pantalla
y agarramos un proyector de esos que proyectan de frente", explica.
La sala
cuenta con 120 butacas. "No es una sala gigante, es una salita linda, pero
tenemos bastante capacidad", dice José a El Editor.
En cada
función, alrededor de unas 50 personas se reúnen en la sala para ver las
películas seleccionadas. "Para nosotros es una actividad y la respetamos de esa
manera. Ahora vamos a tratar de hacer
algunas funciones para los chicos porque hay muchos en la escuela", cuenta
José.
La idea es
seguir con proyectos y proyectar películas. Pero también, desde el paraje
trabajan la idea de organizar un Festival de Cine Rural en Colina Lapin.
Centenario
de Colina Lapin
José repasa
el camino transcurrido y dice que durante todo el 2017 y 2018 trabajaron un
grupo de alrededor de diez personas para lograr poner en valor el Centro
Cultural y así organizar una jornada cultural para conmemorar el centenario de
la colonia.
En 2019 se
hizo un acto protocolar y una obra de teatro sobre la colonización y de cómo oprimían
al obrero de campo. Esta misma función se hizo cuando la colonia cumplió los
cincuenta años. Además, José relata que fueron los nietos de los actores
originales quienes hicieron la película proyectada en el centenario del pueblo,
incluido él, "porque creíamos que una de las partes importantes era el cine".
El rodaje
de la película se realizó durante el transcurso de una década. José fue uno de
los hacedores del film y contó que en el material audiovisual se ven muchas
calidades distintas: "Muchas personas que aparece allí cuando fue el centenario
ya no estaban. No me fijaba tanto en la calidad sino en el relato de la gente".
Fachada actual del Centro Cultural.
Instalación
del cine en Colonia Lapin
Motivados
por las ideas políticas que tocaban algunos films de la época hace 30 años los
vecinos de Colonia Lapin decidieron comprar el primer grupo electrógeno porque
en ese momento el paraje no contaba con electricidad. Luego, en 1947 adquirieron
la primera máquina de proyección. Que según explica José, permitía pasar
películas que, cada una, contaba con entre 7 y 10 rollos de 8 milímetros.
El cine
comenzó a funcionar aproximadamente en los años 50 con una sola máquina, con
intervalos, es decir, acto por acto. Pero en el 1955, los habitantes de Colonia
Lampin compraron la segunda máquina, entonces "mientras pasaba una película, el
operario iba cargando la segunda máquina, y de esa manera no había cortes, ni intervalos.
Se hacía en forma continua", cuenta José.
"A partir
del año 1958 hasta el 1970 la actividad era muy fluida en la Colonia Lapin",
afirma José. Luego, conforme a la modernización del cine de la época, las
emisiones comienzan a distanciarse para frenar completamente en los '80.
Existía una
logística para que el pueblo recibiera las películas que llegaban en tren desde
Bahía Blanca. Luego, una familia se organizaba para ir a buscarla a la estación
de Delfín Huergo, que estaba a 25 km con un carro y dos caballos. "Esa familia
seleccionada iba el viernes al mediodía, cuando llegaba el tren de Bahía
Blanca, agarraba las latas y la traía. Y esa misma familia se tenía que
encargar los domingos a la tarde, después del cine, de devolverla", cuenta
José.
Las
películas no sólo se pasaban los días sábado sino también los domingos. La idea
de la repetición abría las puertas para una instancia de debate dentro de la
comunidad lapinense. "Se debatía la película, porque muchas de ellas tenían contenido
político", explica José.
Se
elegía qué películas proyectar y cuáles no. A fines de cada año los vecinos de
Colonia Lapin se tomaban el trabajo de hacer un contrato para elegir las
películas que verían al año siguiente. "Era todo un movimiento cultural y
aparte era una cuestión política e ideológica de trabajarlo de esa manera",
resalta José.
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