Horacio Rodríguez Larreta busca asegurarse el voto evangélico para 2023 y ya cerró acuerdos con los principales referentes del movimiento en la Argentina. El jefe de Gobierno le ganó de mano a Mauricio Macri que en sus primeros años como alcalde porteño había trabado una excelente relación con Luis Palau. El movimiento evangélico es la iglesia que más creció en la Argentina durante los últimos años. Un estudio del Conicet muestra que en 2008 representaba al 8% del total de los habitantes de la Argentina, mientras que la Iglesia Católica abarcaba al 70%.

Tan solo diez años después, en 2018, un estudio similar dejaba en claro la expansión de los evangélicos en el país, que en ese entonces había duplicado a sus fieles y era el culto del 16% de los habitantes de la Argentina, mientras que el catolicismo había caído a cerca del 60%.

Los números muestran que los evangélicos representan a más de 8 millones de personas en la el territorio nacional, pero su iglesia se organiza de una manera mucho más horizontal que el catolicismo. La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) representa al 90% de las iglesias del país.

La organización es presidida por Christian Hooft, pero son los pastores Jorge Sennewald y Osvaldo Carnival, quienes manejan las relaciones institucionales de ACIERA con la política. Tiempo atrás Macri se reunió con ellos y les pidió mantener un vínculo como el que ya había forjado con Palau, fallecido el año pasado. La respuesta de los representantes de ACIERA fue que se habían decantado por apoyar a Larreta y Santilli, que venían acercándose al mundo evangélico desde hace algunos años. Uno de los principales nexos de Larreta con el sector es Carlos Mraida, otro conocido pastor cuyo hijo Gabriel es el titular del Instituto de la Vivienda porteño. Carlos pertenece a la mesa porteña de ACIERA.

Uno de los puntos de quiebre para el acercamiento fue la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que se votó en 2018 y representó un triunfo de los antiabortistas. "En ese momento hubo una mirada en Juntos por el Cambio del estilo 'acá pasa algo importante y puede tener que ver con nuestro electorado'", contó a El Editor una fuente del movimiento.

"Hay un esquema de valores como la lucha contra el aborto, cuestiones vinculadas a la familia que son transversales y nos acercan un poco más a Juntos", explican desde el evangelismo. La diputada Dina Rezinovsky ocupó un lugar en las listas porteñas de Juntos por el Cambio en 2019 como parte del acuerdo con los evangélicos. En la otra boleta, la de senadores, encabezaron Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, que habían anticipado su apoyo en favor del aborto. Ambigüedades que se permiten en Juntos, aunque tras su voto positivo, Lousteau buscó acercarse a los evangélicos.

Como la IVE es uno de los clivajes que pone a la iglesia más cerca de Juntos, la cuestión social también aparece como otro punto clave del crecimiento del sector a través de comedores, atención a las mujeres que sufren violencia familiar y personas que intentan salir de adicciones.

Esa agenda podría generar un acercamiento del peronismo a la Iglesia Evangélica, pero es algo que aún no sucedió y parece que no ocurrirá. "Me llama la atención que el peronismo no mire hacia la agenda evangélica. Pero el progresismo no ve el fenómeno de masas", analizaron desde una iglesia porteña.