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COTRAMEL, el impulso de la empresa recuperada que solo pudo frenar Milei

En un contexto marcado por la incertidumbre económica una cooperativa que se erige como un ejemplo de fortaleza, compromiso y organización pese a las tensiones internas. Con sentencia definitiva la fábrica es de sus trabajadores

Por: Gastón Rodriguez
6 de abril de 2024

"Las balas entran por todos lados", dice Nicolás Macchi, presidente de la Cooperativa de Trabajo Metalúrgica Llavallol COTRAMEL, ubicada en el boulevard Santa Catalina, a pocas cuadras de la estación de trenes. La fábrica de hojalatería y enlatados supo ser de la alimenticia Canale hasta el 2018 que los empleados se revelaron al destino de convertirse en despedidos.

"En diciembre, la devaluación nos agarró haciendo operaciones comerciales a 30 días y hasta llegamos a laburar a pérdida. Sin saber la ganancia real", explica Machi. "Ahora tuvimos un aumento de luz y pasamos de pagar un millón y medio a siete millones de pesos", enumera el presidente.


Fotos: Silvana Colombo.


A mediados de marzo, con las arcas de la cooperativa "en rojo", Macchi fue notificado de la decisión del Juzgado de Primera Instancia en lo Comercial de San Fernando del Valle de Catamarca de aceptar la propuesta de adquisición presentada por los trabajadores: las máquinas y los galpones a cambio de la plata que nunca cobraron por la quiebra de la firma. "Fue la coronación de la lucha, logramos el objetivo máximo de cualquier trabajador de una empresa recuperada: la tranquilidad de saber que nadie nos va a sacar de acá".

En el invierno de 2018, la empresa Alimentos de la Cordillera (ALCO), que ya se había hecho de la sección enlatados de Canale, dejó de pagar los sueldos. Unos meses después, en octubre, llegaron los telegramas de despidos y la respuesta en caliente de los trabajadores: asamblea, acampe permanente para custodiar los bienes y se formó una cooperativa. Lo siguiente fue la rutina: lucha y resistencia.


Adolfo, uno de los litógrafos durante el roceso de impresión. Foto: Silvana Colombo.


Se creó una bolsa de trabajo para repartir las changas e improvisaron una parrilla en la puerta de la fábrica para ganar unos pesos. Los trabajadores también organizaron recorridas para pedir colaboraciones. La generosidad de extraños, tanto de los alumnos de la Universidad de Lomas de Zamora como de vecinos y comerciantes de Llavallol fue fundamental. Pasó un año hasta que la justicia de Catamarca (ALCO estaba establecida en aquella provincia) les habilitó volver a entrar a la fábrica y operar las máquinas.

De a poco la cooperativa expandió sus operaciones, saldó deudas y sumó nueva tecnología para incrementar la producción. COTRAMEL adquirió la reputación de ejemplo de esfuerzo por mantener las fuentes de trabajo. Tal es así que la planta de Llavallol en 2023 fue sede de la celebración por el Día de lxs Trabajadorxs de Empresas Recuperadas, que reunió a más de dos mil trabajadoras y trabajadores de todo el país en un acto que encabezó el entonces presidente, Alberto Fernández.


Nicolás Macchi, presidente de la Cooperativa. Fotos: Silvana Colombo.

¿Qué salió mal? ¿Cuándo empezó a teñirse de rojo el balance? ¿Cómo se llegó a estos días de andar con la soga al cuello? Macchi lo tiene claro. "Hubo compañeros que votaron a Milei. Es una situación muy triste porque somos una cooperativa. Aunque dicen que están arrepentidos, no les creemos mucho", remarca el presidente.

COTRAMEL tiene un plantel de 42 varones y tres mujeres que trabajan de lunes a viernes desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde (en épocas de vacas gordas hacían turnos de 12 horas). Aún con parte de la producción frenada, la cooperativa les asegura cada mes el depósito de un salario que iguala o supera el monto fijado por las paritarias de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM).

"Tenemos una proyección de pagos asegurados a seis meses, no les hacemos sentir la pérdida, tratamos de no tocarle el bolsillo a los compañeros", dice el presidente y enseguida aclara los tantos para espantar cualquier optimismo bobo. "Así y todo la guita no alcanza y para los que tienen hijos la situación es desesperante. Tenemos compañeros que vienen de San Justo, de Carlos Spegazzini, de muy lejos y nos piden un mango más para cargar la SUBE porque no pueden llegar al trabajo. Igual, yo les digo a los muchachos que peor de lo que estuvimos no vamos a estar".


Foto: Silvana Colombo.


Chanchos

Si la experiencia de COTRAMEL funcionó en el pasado reciente como un modelo virtuoso de producción, hoy puede ser reflejo de una realidad empobrecida por las políticas de ajuste, no solo de las empresas recuperadas, sino de todo el universo proletario que, en el mejor de los casos, conserva el ingreso. Se sabe, además, que la motosierra del Gobierno nacional se ensañó con miles de cooperativas. "Resuelta nuevamente sorprendente que los argentinos hayamos financiado durante tanto tiempo instituciones que no tenían ni siquiera la mínima certificación de legalidad", justificó el vocero Manuel Adorni, entrenado en eso de estigmatizar sectores con acusaciones imprecisas de corrupción.

"Cada anuncio es una provocación constante -reflexiona Macchi-. Para este gobierno, los negros y los laburantes somos todos chorros. Ellos estigmatizan a las cooperativas, pero corrupción hay en todos los ámbitos; en la Cámara de Diputados, en la Legislatura, en el periodismo, en donde se te ocurra. Lamentablemente, todas las agrupaciones políticas usaron a las cooperativas para lavar o chorear plata, para bajar guita de algunos Ministerios, y eso nos perjudicó a todos lo que laburamos en serio. Son unos pocos chanchos los que ensucian al resto que sufrimos los ajustes y los golpes de las políticas que se están aplicando".

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