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Cristina y Rosario: discusiones de Estado

La vicepresidenta de la Nación afirmó que Argentina es un país sin Estado democático y sin moneda. La tensión que se vive en Rosario pone en foco la falta del Estado. La agenda informativa de esta semana, un viaje a los laberintos de un país que ya no existe.

Por: Agustín Alvarez Rey
12 de marzo de 2023

Dos caras de la misma moneda. La realidad que se transmitió por cadena desde Rosario durante una semana y el discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el último viernes en Río Negro. La descripción gráfica a fuerza de graph para ganar rating y la conceptualización en boca de CFK muestran trazos de la Argentina que ya no existe. El país que se puede empezar a narrar por lo que le falta, y ya no por lo que tiene. Una tragedia que se cuenta en vivo y en 140 caracteres. Granero del mundo contra restricción externa puede ser la síntesis de lo que fue versus lo que es.

CFK reapareció en público. Hubo clase magistral. No hubo sorpresa. La principal figura política reiteró su diagnóstico general sobre los problemas argentinos. También insistió con esa solución que la coyuntura política rechaza de plano: un acuerdo sobre la economía bimonetaria y la renegociación del acuerdo con el FMI. La vicepresidenta volvió a pedir que la dirigencia política, sin distinción, se aboque a discutir el tema más allá de la agenda electoral. Del otro lado de la grieta nadie recogió el guante. "Es imprescindible ponernos de acuerdo en lo fundamental. Después la gente votará, pero si no nos ponemos de acuerdo en esto podemos tener 20 vacas muertas u 80 mil toneladas de litio, pero nos van a seguir faltando los dólares", dijo.

El déficit fiscal fue parte del asunto. CFK debe ser la única dirigente importante de la política argentina que se anima a decir que la única manera de evitar la recesión en este contexto es emitir. El resto le reza al acuerdo del FMI y elabora teorías para intentar explicar como será mejor el futuro próximo que deja ver en el horizonte un cielo compartido por alta inflación y recesión. La única verdad es la realidad. El tiempo será otra vez el juez.

Por su puesto hubo mención al fallo de Vialidad y sus fundamentos que se conocieron el 9 de marzo. Allí tampoco hubo novedad, ni sorpresa. De "el fallo ya está escrito" a "1600 páginas que no aportan una sola prueba". La evolución lógica de un argumento que le sienta bien a la grieta. Todos #ElijenCreer, de un lado y de lo otro.

Los que siguieron el discurso de la vicepresidenta de principio a fin sólo con el propósito de intentar adivinar su estrategia electoral se quedaron con las ganas. Sin embargo, en Avellaneda hubo marcha "para romper la proscripción" y bajo el lema "CFK 2023". Uno de los hombres que rodea al presidente Alberto Fernández dejó en claro lo que piensan en la Rosada de la movilización: "Ella no va a ser candidata, los muchachos movilizan para cargarle la lapicera".

Lejos de la rosca electora está Rosario, que siempre estuvo cerca, pero nunca tanto como ahora. El efecto de la magnificación de lo que sucede en esa ciudad se cuela en encuestas y focus groups. Hay coincidencia entre consultores. Si las elecciones fueran hoy, la discusión sobre el narcotráfico se colaría en los resultados.

Esa discusión también tiene lado B. Se ve en Rosario, pero se vive en el conurbano. ¿Dónde está el Estado? El grito se escucha en cada barrio popular, del "que se vayan a todos" al "que venga alguien". El desafío sobre cómo abordar la problemática del narcotráfico es grande, casi tanto como ensayar una explicación que haga conjugar el discurso de la derecha apalancado en un ajuste estatal con la posibilidad de llevar las mínimas garantías que puede ofrecer el Estado a la ciudad con el promedio más alto de homicidios por habitante de la Argentina.

La descripción conceptual de la corrosión institucional en la que está hundida la Argentina coincide con las imágenes que llegan de Rosario. Pretender que aquellos que parecen condenados a dar la pelea diaria sólo por la mera supervivencia comprendan el vínculo es por lo menos ingenuo. Y pretender que voten en consecuencia un delirio. No puede haber discusiones de Estado si no mejora el estado de las cosas. Nadie puede pensar en el futuro si no hay presente.

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