Por primera vez, Latinoamérica tendrá una reunión de integración regional con la presencia de los 33 países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. La presencia de 14 mandatarios y mandatarias y delegaciones en representación de sus países.

La sede del encuentro es el hotel Sheraton en Retiro, en donde la prensa espera atenta escuchar las declaraciones de los gobiernos de la región, en un contexto político de debilidad democrática, con la esperanza del regreso de Lula Da Silva al gobierno de Brasil (y a la Celac). Una de las primeras figuras en llegar fue el ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, protagonista de las medidas que firmaron Brasil y Argentina en materia de comercio exterior.

Haddad, hombre clave en el armado político de Lula hace por lo menos dos elecciones, será el encargado de trabajar junto a su par argentino Sergio Massa las diferentes propuestas que apuntan a que la relación bilateral recupere el nivel de intercambio que tenía previo a la pandemia, figurado en 40 mil millones de dólares. La novedad, esta vez, es la implementación de una moneda común llamada "Sur", que le servirá a la Argentina para desprenderse poco a poco de la necesidad de dólares para comerciar con el gigante sudamericano.

Em 2003, o comércio bilateral Brasil-Argentina era de apenas 7 milhões de dólares. Em 2010, chegamos aos 40 milhões de dólares. Agora, retrocedemos para a metade disso. Vamos trabalhar para voltar pelo menos aos 40 milhões. E que a nossa relação não seja apenas comercial.

- Lula (@LulaOficial) January 24, 2023

Dos figuras importantes en el armado regional siguieron con el ingreso: el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro. Los dos países significan mucho en la tracción geopolítica para la soberanía tanto política como de los recursos naturales.

Pese a la no participación de Nicolás Maduro, que prefirió no generar conflictos con los grupos de derecha en la Argentina, que amenazaron con realizar escraches ante su presencia, varias son las figuras de relevancia que tiene la región ante la Cumbre: el ingreso de Gustavo Petro tampoco pasó desapercibido. Su vice Francia Márquez sufrió un intento de atentado hace pocas semanas por parte de grupos afines a la oposición de su gobierno, hecho similar a lo que ocurrió en septiembre pasado con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Bajo el lema "somos unidad en la diversidad", la Cumbre buscará ser la espalda política de los sistemas democráticos regionales, su defensa ante los atropellos institucionales y un trampolín para pensar la salida de la crisis económica (según CEPAL con un 40 por ciento de pobreza en 600 millones de habitantes), que azota a los sectores más empobrecidos y a la región más desigual del mundo.