Roque Presentado podría ser el protagonista de un libro, su
vida está atravesada de historias que tranquilamente llenarían las hojas de una
novela. Desde su infancia en Santa Elena (Entre Rios), donde se crío con sus 6
hermanos. Luego el viaje familiar de 550 kilómetros que lo llevó a Buenos Aires.
Durante ese periplo junto a su familia caminaron, hicieron dedo, durmieron a la
vera de la ruta, hasta llegar a la localidad Ministro Rivadavia, en la zona
rural del partido de Almirante Brown, al sur del conurbano bonaerense. Allí
Roque cruzó su vida con los libros y su vida tomó un rumbo impensado para él.
"Siendo chico yo no sabía ni leer ni escribir,
aprendí a los 14 años. Y a partir de ahí siempre soñé que iba a hacer una
biblioteca para que por lo menos los chicos aprendieran a leer, porque así
pueden conocer sus derechos, algo que yo recién conocí después de aprender a
leer y escribir", cuenta Roque
Biblioteca Popular que construyó Roque con chapas, maderas y cartón.
Para cumplir ese sueño Roque no escatimó esfuerzos, "Cuando empecé la biblioteca vivía con un carro, cirujeando, fue allá por
2010. Mientras cirujeaba le pedía a libros a la gente y con eso
fui formando la biblioteca, juntando libro por libro para poder lograr que esto
se hiciera realidad". Con el tiempo mas personas se unieron al proyecto y en la actualidad cuenta con cerca de 25 mil libros. "La biblioteca está hecha con chapas y
tuvo partes de cartón que después pude reemplazar por chapas viejas que
encontré tiradas. Es una especie de galpón. Hace
unos años vino una escuela, los chicos estuvieron acá y le hicieron dibujos
adentro que quedaron en la pared".
Presentado asegura que no tiene ningún libro favorito que "Todos los libros tienen historias distintas y tienen distintas formas de expresión. Todos son para leer por igual y de ellos podes sacar tus propias conclusiones sobre esos temas". Más allá de ello resalta que "siempre me interesaron los libros donde se habla de los derechos de las personas, eso es importante porque ha sido lo que me ayudó".
El paso de Roque por el sistema de educación formal fue breve. "En la escuela estuve muy poquito, era muy chiquito cuando me mandaron mis viejos, y en esa época allá la escuela era otra cosa" y recuerda cómo aprendió a leer. "Fue por un señor de una iglesia que andaba por la
calle haciendo conocer la biblia y me enseñó.


Ahora, para Roque el sueño de la biblioteca se cruzó con el de la tierra y su
poder alimentador. El aprender de la tierra y enseñar sobre ella "Viví
muchísimos años de cirujear, para mi y para mi familia. Ahora tengo tierras, no
solo para hacer una biblioteca que era el sueño, pero también el sueño tiene
que ver con la naturaleza, soy parte de la naturaleza, me encanta la tierra y
la trabajo desde muy chico. Hago verduras orgánicas, trabajo para sobrevivir
con la familia. Tengo un vivero que ahora está mas chico porque se rompió con
la última tormenta. Hago plantines, preparo la tierra, y lo que no se vende, se
siembra. Mi idea es que esto funcione no sólo con la biblioteca sino con un
recorrido, sueño que vengan las escuelas para mostrarle a los chicos de que se
trata la tierra".
Así de personal como es, Roque se encarga de aclarar que su sueño es suyo y de
quienes se sumen, pero que no responde a otros intereses: "No estoy bajo ningún
sistema ni movimiento. Mi idea es particular, es enseñar lo que he sabido.
Tengo setenta años y he aprendido muchísimo, quiero enseñar eso y no lo que me
vengan a decir otras personas".
En el invernadero Roque planta acelga, lechuga y tomates que son su principal alimento.
La iniciativa, por lo llamativa logró trascender y no son pocos los que quieren
conocer la biblioteca y el proyecto. "La cantidad de gente que pasa por acá es
bastante variable, no es una cuenta que yo haga. Mi intención no es saber
cuanta gente viene o deja de venir. Hay semanas en que aparece gente que quiere
conocer el lugar, la historia. A veces se acercan chicos del barrio, para ellos
la biblioteca siempre está abierta".
Por último, Roque reafirma la independencia de la biblioteca y esboza una
crítica sobre la falta de interés de algunos estamentos. "Esta biblioteca es
popular de verdad, no recibo ninguna clase de aporte, se sostiene con el
esfuerzo de mi familia y mio. Nunca el Estado que tenemos en Almirante Brown se
preocupó en venir a ver de que se trata. A veces hay alguna colaboración
de la gente que nos visita. Ahora estamos comenzando la construcción de una
sala de material, un poco con material donado y otro poco que pusimos nosotros.
Vamos por la mitad de la obra, esperamos que las cosas mejoren un poquito para
poder avanzar. Esperemos poder terminar el salón y ver como hacemos los muebles
que vamos a necesitar. Esa es la lucha que se viene".