El astro argentino fue tapa en The Sandbox, uno de los videojuegos NFT más populares de la actualidad. Los usuarios pueden poseer objetos coleccionables del Diego en su parcela virtual. Pero, ¿en qué consiste este metaverso?¿Qué problemas tuvieron otros juegos al querer "comprar" la imagen de Maradona? Te lo contamos en esta nota, entre pixeles y gambetas.
7 de enero de 2023
"El Capitán, El D10S, El Pibe, Dieguito": así promociona The Sandbox la llegada de Maradona a su entorno virtual. Aclaración: todos estos seudónimos son propiedad de Maradona License, que protege los derechos de comercialización del ícono argentino. Por ello, entendemos que el videojuego hizo un importante desembolso de dinero para comprar y exponer libremente todas estas marcas. A dos años de su fallecimiento, el "barrilete cósmico" aún vive en forma de bits y píxeles.
El tráiler de anuncio es simple pero contundente. Allí, los desarrolladores avisan a los usuarios sobre su nueva adquisición durante el mes de diciembre: los objetos coleccionables exclusivos de Diego Armando Maradona, uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol, tanto dentro como fuera de Argentina.
Los ítems que aparecen en el juego son: la camiseta del 10, la banda de capitán, una corona con un halo, una corona de rey, una guirnalda de laurel, las medallas que obtuvo con la Selección nacional y estatuillas de Maradona en diferentes etapas de su carrera. Un gran símbolo de admiración para un videojuego con origen chino. En efecto, el juego está al mando de Animoca Brands, una empresa de software de videojuegos situada en Hong Kong.
Visitando la parcela de Dios
Podemos pensar a The Sandbox como una ciudad planificada y sin estrenar, que necesita de habitantes. Entonces, los usuarios compran su parcela y ahí colocan los objetos que compran e intercambian con otros internautas.
Supongamos por un momento que decidimos crearnos una cuenta en el videojuego. Entramos entonces al menú con nuestro avatar, moldeado y estilizado a nuestro gusto. De repente, nos llega un mensaje a través del juego: hay un nuevo evento llamado Sports Land, donde podemos entrar a un estadio de fútbol y obtener logros y elementos únicos. Le damos a "Aceptar" y nos recibe ¡un camarón gigante! en la puerta del estadio.
El simpático personaje nos indica que podemos realizar todo el recorrido del predio a pie. Allí nos cruzamos a un hincha que nos interroga: "¿Quién es el legendario capitán argentino, adorado como un dios por muchos hinchas?". "¡Diego Maradona, por supuesto!", decimos como respuesta. La solución también podría haber sido Messi, pero hoy el evento gira en torno al "Pelusa".
Luego subimos las escaleras y encontramos un vestuario, un cuarto para conferencias de prensa e incluso un museo. Finalmente, llegamos a las tribunas y en el palco se encuentra la figura del astro con los colores celeste y blanco. El Diez observa todo desde arriba, y publicita los objetos NFT que pueden comprarse en el marketplace del juego.
Un usuario de The Sandbox al lado del personaje de Maradona, detrás del palco de hinchas en el "Sports Land Stadium" (Fuente: Life is Travel N Gaming)
El interminable glosario del gaming
La virtualidad se vuelve cada vez más y más confusa para el jugador casual. Conceptos como NFT y metaverso se leen con regularidad pero rara vez se explican. Es como si hubiese un mundo nuevo del que nunca habíamos escuchado antes pero del que -por ósmosis, casi- deberíamos saberlo todo.
Aclaremos entonces que los llamados Tokens No Fungibles (NFT) son archivos virtuales que pueden comprarse y venderse a través de una plataforma. Algún lector pensará, y con razón, que el intercambio de elementos en los videojuegos siempre existió, desde las cartas de FIFA a los atuendos de Mundo Gaturro. Y está en lo cierto, pero sólo en parte.
La diferencia central entre uno y otro caso está en que estos objetos son irrepetibles: adquieren valor por el contexto, por su dueño o por su antigüedad. En The Sandbox, por ejemplo, los objetos de Maradona son considerados NFT, ya que pueden combinarse con otras prendas de vestir o bien formar parte de tu parcela virtual.
El otro término que nos compete hoy: metaverso. ¿Eso no es propiedad de Facebook? Pues, eso es lo que muchas personas creen. Mark Zuckerberg, al cambiar el nombre de su compañía a Meta, esperaba que se asociará su ecosistema de aplicaciones directamente con el metaverso. No obstante, los metaversos son muchos y muy variados. Cualquier universo "alternativo" de realidad virtual o realidad aumentada es considerado como tal. Por eso, The Sandbox se autodenomina metaverse.
Volviendo al juego de Animoca, la primera versión fue publicada en noviembre de 2021. A pesar de ello, la expectativa del proyecto hizo que desde 2019 se gastasen cantidades exorbitantes en el mundo cibernético.
Desarrolladoras como Square Enix, B Cryptos y True Global invirtieron 2 millones de dólares en el juego. Por su parte, los usuarios no se quedaron atrás: en 2020, un millón de USD estaban destinados a reservar las tierras virtuales. Reiteramos, sin que el juego hubiera salido aún.
Si alguno es habitué del mundo del gaming, recordará que en 2012 ya existía un videojuego llamado The Sandbox, que consistía en un dios que construía y destruía una caja de arena a piacere. Seis años más tarde, Animoca compraría el nombre comercial de este juego ya desaparecido y lo transformaría en el Sandbox que conocemos al día de hoy.
Imagen de Sergio "Kun" Agüero con sus avatares creados para jugar en The Sandbox.
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Cerca de una decena de legisladores podría abandonar la bancada amarilla y sumarse a LLA o armar un bloque apéndice del oficialismo.