Ciencia
Conocer en el laboratorio mecanismos moleculares de cánceres, para luego trasladar esos resultados a nuevos tratamientos, es la misión que tiene un centro de investigación de la Universidad Nacional de Quilmes. En un certamen reciente la investigación fue distinguida por un fármaco experimental que podría en un futuro ser útil en glioblastoma
Por: Fernando Fuentes
7 de octubre de 2023
Han pasado más de 150 años desde que el
glioblastoma comenzó a ocupar páginas en la literatura médica. Pero no existe
hasta el momento un tratamiento exitoso para este funesto tumor maligno del
sistema nervioso central. Un grupo de investigación de la Universidad Nacional
de Quilmes (UNQ) toma nota y por medio del fármaco experimental PI-7 busca
brindar una opción terapéutica para las y los pacientes. El desarrollo, que aún
se encuentra en fases muy iniciales, resultó finalista, hace unas semanas, en
el "Premio Merck-MINCyT-CONICET de innovación en ciencias de la salud 2023".
"Para nosotros fue una gran satisfacción,
por la concreción de logros que fueron pensados hace tiempo, en pos del beneficio
de los pacientes que, luego de años de trabajo, son reconocidos por la
comunidad científica", comenta a El Editor Daniel Gomez, director del
Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra). La entidad depende de la
citada universidad del conurbano.
El investigador agrega que "la distinción
es algo que nos enorgullece y nos hace sentir que transitamos el camino
correcto. La distancia entre investigación básica, investigación aplicada y
desarrollo tecnológico se ha acortado. Esto aumenta la importancia estratégica
de la primera".
La investigación básica -también conocida como
pura, o fundamental- es aquella que no busca de manera directa dar con alguna
aplicación, al menos en lo inmediato. Está motorizada por la curiosidad y las
ganas de ampliar conocimientos acerca de un fenómeno, o un campo específico. El
fármaco PI-7 tiene la particularidad de tener años de ciencia básica detrás.
Todos invertidos en tratar de conocer a fondo la biología molecular del
glioblastoma.
Así es como, en primera instancia, surge un blanco -o un flanco débil en las células del tumor- para dirigir un ataque: se trata de la enzima PIN1. "Primero se estudió la estructura de PIN1, para comprender su funcionamiento y definir a que parte íbamos a dirigir el diseño del potencial fármaco", comenta Diego Mengual Gómez, director de la Unidad de Oncología Molecular del COMTra.
Según el científico, el funcionamiento de la
enzima es central en distintos procesos que facilitan el desarrollo de un
glioblastoma. Y su inhibición, por el contrario, se convierte en una estrategia
de tratamiento beneficiosa y prometedora.
"Una vez obtenida esta información, nos
abocamos a buscar compuestos que sean capaces de interactuar con la región puntual
de la enzima que definimos. Esto fue como buscar una aguja en un pajar, ya que
analizamos más de 400.000 compuestos diferentes", señala Mengual Gómez.
La puesta en juego de herramientas
computacionales y algunos ensayos de laboratorio permitieron depurar esa larga
lista, para dar al fin con el fármaco inhibidor PI-7. El investigador comenta
que para lograrlo fue muy importante la colaboración con el Laboratorio de
Farmacología Molecular de la UNQ.
En el ambiente del COMTra se respira
investigación molecular básica, pero también oncología traslacional. "Esta disciplina representa uno de los
campos más revolucionarios y esenciales dentro de la investigación médica
actual. Su enfoque principal es el de cerrar la brecha entre los
descubrimientos científicos realizados en el laboratorio y su aplicación
efectiva en pacientes con cáncer", comenta Gómez.
En el centro quilmeño se desempeñan alrededor de
30 investigadores, repartidos en seis unidades que tienen diferentes
perspectivas, pero se unen en un objetivo común. Trabajan para intentar
trasladar a los hospitales los resultados obtenidos en el laboratorio.
Es que, para las y los pacientes con distintos
tipos de cánceres, los potenciales beneficios de la oncología traslacional son
numerosos. Incluyen tratamientos más efectivos, personalizados y con un menor
número de efectos secundarios.
El medicamento PI-7 hasta el momento ha
demostrado ser eficaz en ensayos de laboratorio con células tumorales.
"Aún resta camino por recorrer, principalmente las pruebas en animales y
el inicio de las fases clínicas de investigación en humanos. La finalización
exitosa de esta etapa llevaría a la utilización terapéutica del fármaco",
refiere el director de COMTra
Pero aclara que "para esto se requiere
financiamiento adicional. Se necesitan empresas adoptantes, o inversores, que
deseen acompañar este proceso. Actualmente nos encontramos en la búsqueda de
ellos".
Diego Mengual Gómez en el laboratorio de la UNQ. Foto: Natalia Castro.
Una potencial solución para el glioblastoma
El glioblastoma compromete en todo el mundo a 3
de cada 100.000 habitantes. Y si bien puede aparecer en cualquier edad, es más
común de ver entre los 40 y 70 años. Suele localizarse de manera más frecuente
en el cerebro y se caracteriza por ser muy difícil de tratar con las opciones
terapéuticas disponibles (cirugía, radioterapia y quimioterapia).
Para Mengual Gómez, PI-7 brindaría en el futuro
una solución de suma importancia, en una indicación oncológica con escasas
opciones terapéuticas. Además, con la ventaja que el nuevo fármaco podría ser
utilizado también en combinación con quimioterapia.
Por otro lado, Gomez cree que es factible
investigar este tema en el país. Menciona como algo a favor la enorme calidad
de los recursos humanos que producen las universidades argentinas. Además,
estas se encargan de proveer espacio, equipos y libertad académica para el
trabajo científico. Sin embargo, señala como una importante desventaja la falta
crónica de recursos económicos destinados a la investigación.
"Estamos bien. Nuestros métodos, tácticas y
estrategias de investigación están a la par de otros centros de países
desarrollados. Pero nos diferencia de ellos, el tiempo que nos lleva la
obtención de recursos, con el consiguiente retraso experimental. Si eso se
lograra solucionar, estaríamos en el mismo nivel", concluye el científico.
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