Entre colores, comida, nostalgia, flores y alegría, en varios puntos de América Latina cada 2 de noviembre se celebra la antigua tradición de honrar a los muertos. Sin dudas es en México donde esta costumbre alcanza su máxima expresión, pero también en el cine la muerte es reina. Historia, intervención cultural y películas que dialogan con el pasaje y los pasajeros del Más allá.
2 de noviembre de 2022
Calaveras y colores, infaltables en El Día de los Muertos
Lejos de la oscuridad, las casas embrujadas o las máscaras de Freddy Krugger, el Día de los Muertos - al menos en su versión mexicana- es increíblemente colorido, festivo y celebratorio. Mal que les pese a varios despistados, es algo distinto de Halloween, también llamada Noche de Brujas, y trabaja con la idea de que la muerte no es un final sino el pasaje a otro plano, a otro modo de existencia. Tal vez por eso el eje central de estos días gira en torno de una sola idea: conectar con aquellos que ya no están por aquí, pero a los que aún recordamos y extrañamos. De allí también que los preparativos sean algo así como la "previa" a celebrar un hermoso reencuentro con los ausentes.
La cultura occidental -principalmente aquella proveniente de América del Norte y de la bien llamada "fábrica de los sueños": Hollywood- logró instalar mediante distintos productos una idea alrededor de estas fechas en donde el miedo es protagonista y los disfraces, parte de la fachada. Es así pero no tan así. Vamos a explicarnos mejor: el gran público unifica todo en Halloween (Víspera de Todos los Santos), una tradición de origen celta y principalmente derivada del festival Samhain -cuyo significado es "fin del verano". A través de esta fiesta se celebraba el final de la cosecha y se le abrían las puertas al otoño. Al tornarse las noches más largas, se creía que - en esta noche en particular- el tránsito entre uno y otro plano era más simple y por eso los espíritus comenzaban a deambular entre los vivos.
La Catrina, de José Guadalupe Posada, ícono representativo del Día de los Muertos
Por otro lado, de origen prehispánico -y de la mezcla de los hábitos indígenas y con las tradiciones españolas-, el Día de los Muertos busca conmemorar a aquellas personas queridas que se nos adelantaron. En aquellos días, cabe recordar, la muerte una presencia cotidiana y por eso mismo también una pieza clave en la construcción de esta cultura. Justamente por eso estas fechas, el 1 y 2 de noviembre, funcionan como herramienta de recuerdo y homenaje porque se cree que sus almas retornan al mundo de los vivos para convivir junto a sus familiares y alimentarse de la energía de sus altares. Vienen a comer, a mirar, a ver cómo es que sigue la vida sin ellos. La muerte se celebra como elemento imprescindible de la vida. Su otro lado.
Papel picado de colores, flores de cempasúchil, comidas, La Catrina (ícono de esta festividad) y alegría: la fórmula sustancial para consagrar esta fecha especial. Se adornan las tumbas con flores y guirnaldas y el clima es de pura festividad: se busca que todo esto facilite el tránsito del alma difunta en su paso por el mundo terrenal. El miedo a la muerte es una realidad, una porción de dudas infinita. En esta tradición emerge una sensación diferente, de cercanía con los espíritus y sin temor alguno. Y ¿qué mejor forma de celebrar el reencuentro que realizando una fiesta?
Incidencia en la cultura popular
Coco (2017, Adrián Molina, Lee Unkrich)
Como con casi todas las fechas especiales o festivas, las distintas ramas culturales, artísticas e industriales, buscan adaptar su formato a las mismas. La literatura, la pintura o el cine, cada disciplina interfirió tanto en la Noche de Brujas como en el Día de los Muertos, aunque en varias oportunidades el hilo del avance sea fino y difuso. La figura más popular y reconocida de esta festividad es La Catrina, y el artista Jose Guadalupe Posada le dedicó una obra hecha en grabado sobre metal. La escuálida y delicada calavera repleta de flores de colores es parte de maquillajes, disfraces, remeras y souvenirs. La obra de José Guadalupe Posada es historia viva.
Por otro lado, son incontables las películas que atraviesan el tópico de la muerte como parte central del argumento. Aunque inconscientemente fiel a la tradición del Día de los Muertos, las cosas no siempre caen en el horror o en los sustos. Y a menudo -lejos de apegarse a la celebración en sí misma, como lo puede ser la reciente Coco (2017)- a veces la existencia tal y como la conocemos es elemento de composición o finalidad de vastas tramas. A continuación, algunos films que entablan un vínculo con el Más Allá, pero siguiendo sus propias reglas y siempre respetando la tradición.
El vínculo de las películas con el más allá
It's a Wonderful Life (Frank Capra, 1946)
It's a Wonderful Life (Frank Capra, 1946)
Si bien se centra en otra celebración popular como la Navidad, su vínculo con la vida y la muerte es la base de la historia. It's a Wonderful Life cuenta la historia de George Bailey, un banquero que decide suicidarse tras la desaparición de una suma de dinero, pero aparece un ángel para mostrarle cómo sería la vida si él nunca hubiese existido. Legado histórico y múltiples referencias, la película de Capra lidia como pocas con el extraño espacio entre vivir y morir.
El Séptimo Sello (Ingmar Bergman, 1957)
El Séptimo Sello (Ingmar Bergman 1957)
Durante las cruzadas y con la peste negra arrasando todo lo vivo, en una playa en algún lugar de Europa, un caballero juega una partida de ajedrez con la muerte, quien se hizo presente para tomar su alma. Dilemas teístas, alegorías y una conversación con la muerte personificada, complementando lo terrenal con el más allá durante noventa minutos. Uno de los clásicos de Bergman y, sin dudas, una de las mejores películas de la Historia.
Carnival of Souls (1962, Herk Harvey)
Carnival of Souls (1962, Herk Harvey)
Tras ser víctima de un accidente automovilístico, Mary Henry logra afortunadamente salir ilesa del mismo. Con sensaciones extrañas, emociones encontradas y una percepción diferente de la realidad, Mary se siente atraída a una feria tipo kermés a la que se acercará sin saber bien por qué. Limbo, surrealismo e inspiración de grandes directores como George Romero, David Lynch y Lucrecia Martel. Hoy, Carnival of Souls es considerada indiscutiblemente una película de culto. ¿Un dato misterioso? Es la única película del director, Herk Harvey.
Field of Dreams (Phil Alden Robinson, 1989)
Field of Dreams (Phil Alden Robinson, 1989)
Mientras caminaba por su campo sembrado, Ray Kinsella (Kevin Costner) escucha un susurro con un extraño manifiesto: "Si lo construyes, vendrá". Traumado aún por la muerte del padre y a raíz de sueños e instinto, decide construir un campo de béisbol en su terreno. El asunto se torna más místico cuando una noche aparece Joe Jackson (Ray Liotta), un beisbolista ya fallecido a quien su padre admiraba. Una historia entre vivos y muertos nunca tuvo tanto amor por el deporte de por medio. Obligatoria entre las películas sobre padres e hijos.
Ghost (Jerry Zucker, 1990)
Ghost (Jerry Zucker, 1990)
Ghost (en castellano con el agregado "la sombra del amor") narra la historia de Sam, un joven asesinado que logra entrar en contacto con su novia a través de una misteriosa médium para atar cabos sueltos. La frontera entre el plano terrenal y el post-mortem es casi inexistente en este relato que deambula entre el amor, el drama y la fantasía. Pieza clave de la década del 90 y prime de Patrick Swayze y Demi Moore, además de una de las bandas sonoras (Melodía desencadenada) más inolvidables de la historia del cine.
Los restos del Sumo Pontífice fueron trasladados a la basílica de San Pedro, donde permanecerán durante tres días hasta su funeral este sábado.