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El CONICET presentó un yogur que previene enfermedades

El Editor entrevistó a María Pía Taranto, técnica responsable del equipo que logró la aplicación de la cepa probiótica que refuerza el sistema inmunológico, después de 20 años de investigación. Pero ¿por qué es tan importante este anuncio? Aquí todos los detalles.

7 de febrero de 2023

El Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) es el Instituto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede en Tucumán y referente nacional e internacional en el estudio de bacterias lácticas y pionero en transferencia de tecnología. Allí el gran equipo de investigadoras e investigadores liderado por María Pía Taranto, tras 20 años de trabajo, logró obtener el probiótico que contribuye a la prevención de enfermedades respiratorias y gastrointestinales.

En diálogo con El Editor, la científica explica qué son los probióticos, sus beneficios, quienes pueden consumirlos, por qué trabajaron con yogures, qué pasa con otros alimentos y la importancia de este lanzamiento.

El Editor: ¿Qué son los probióticos y cómo benefician a la salud?


María Pía Taranto: Los probióticos se definen como microorganismos vivos que, cuando se administran o consumen en cantidades adecuadas, ejercen un efecto benéfico sobre la salud del hospedador. Uno de estos efectos es la estimulación del sistema inmunológico, a través de diferentes mecanismos que generan un aumento de las defensas naturales del hospedador.

Es importante aclarar que no todas las bacterias lácticas son probióticas. Para que sea considerado probiótico debe ser objeto de rigurosos estudios científicos tanto básicos como aplicados que demuestren el efecto benéfico que se le atribuye.

EE: ¿Qué particularidad tiene esta cepa con la que ustedes trabajan?

MPT: Es una bacteria láctica, Lactobacillus rhamnosus, identificada con la sigla y número CRL1505 por su pertenencia a la colección de cultivos de CERELA. Estudios científicos y tecnológicos que comenzaron hace más de 20 años, han demostrado que esta cepa es capaz de estimular el sistema inmunológico del hospedador aumentando la respuesta inmune local y sistémica. Así, el organismo se encuentra en mejores condiciones inmunológicas para prevenir o afrontar infecciones respiratorias e intestinales generadas tanto por virus como por bacterias. De esta manera, el consumo de esta cepa probiótica contribuye a mantener saludables nuestro sistema respiratorio e intestinal.

EE: ¿Cómo fue el proceso para llegar a este logro?

MPT: En el camino a convertirse en probiótico, la cepa CRL1505 ha transitado las diferentes fases de investigación necesarias para obtener este estatus, siguiendo los requisitos de los entes regulatorios pertinentes tanto nacionales como internacionales. Estas fases incluyen exhaustivos ensayos in vitro, in vivo o estudios preclínicos utilizando animales de experimentación y ensayos clínicos con humanos. Paralelamente se abordaron ensayos correspondientes a la investigación aplicada tendiente a evaluar el uso de la cepa como parte de diferentes tipos de productos alimenticios para el desarrollo de alimentos funcionales con comprobada eficiencia probiótica. A partir de los resultados obtenidos, permitieron el desarrollo de esta tecnología que consiste en una cepa láctica probiótica apta para el desarrollo de alimentos funcionales que estimulan el sistema inmunológico mediante diferentes mecanismos aumentando la respuesta inmune. Estos estudios demostraron, además, la seguridad del consumo de la cepa que la pondera como un microorganismo seguro.

EE: ¿Cómo se conforma el equipo de trabajo?

MPT: La cepa ha sido aislada, identificada, caracterizada e investigada, por un grupo de investigadores y profesionales técnicos de CONICET-CERELA, al que pertenezco y a quienes me gustaría nombrar: Graciela Font, Susana Álvarez, Susana Salva, Julio Villena, Martha Nuñez, Verónica Molina, María José Fornaguera, Lourdes Cruz Pintos, Mariano Obregozo, así como profesionales del Instituto de valiosa colaboración.

EE: ¿Por qué el proyecto es con yogur y no otro alimento?

MPT: El yogur es un alimento milenario y tradicional que por sus características nutricionales se ha convertido en parte importante de una alimentación saludable. El convenio con Danone consiste en el licenciamiento de la cepa probiótica CRL1505 a la empresa para su incorporación como componente innovador a su línea de yogures. De esta manera un yogur tradicional se convierte en un alimento funcional, es decir que además de aportar nutrientes propios de un alimento altamente nutritivo, aportará un importante beneficio conferido por la cepa probiótica.

EE: ¿Se puede aplicar a otros alimentos?

MPT: Estudios realizados con esta tecnología nos han permitido desarrollar otros productos como quesos, leche chocolatada que incorporan la cepa probiótica y ejercen el efecto benéfico cuando son consumidos.

EE: ¿Cualquier persona puede ingerir probióticos o pueden tener alguna contraindicación?

MPT: En el caso de alimentos que contienen probióticos como es el caso de este nuevo yogur conteniendo la cepa CRL1505 pueden ser consumidos por cualquier persona. La cantidad a ingerir debe ser adecuada al consumo normal de este tipo de producto, no se requiere un consumo diferente.

EE: ¿Se lo puede incorporar como un tipo de medicamento?

MPT: Los probióticos no son medicamentos son adyuvantes dietarios que ayudan a mantener un estado de salud óptimo a través de diferentes mecanismos. Por supuesto que como dije anteriormente, aun cuando se trate de microorganismos generalmente inocuos, es imprescindible contar con todos los estudios científicos que avalen el efecto benéfico y su seguridad. El probiótico CRL1505 cuenta con todos estos estudios, lo que ha permitido a la empresa solicitar y contar con la aprobación del ANMAT para incluir en el packaging de los productos los beneficios saludables que el consumo del alimento confiere.

EE. ¿Cuál es la importancia de este lanzamiento junto a Danone?

MPT: La incorporación de la cepa CRL1505 a la línea de productos de una empresa de la envergadura de Danone que ha apostado por la ciencia y tecnología nacional, permitirá poner a disposición de toda la sociedad alimentos con valor agregado con efecto benéfico en salud comprobado científicamente. Constituye un ejemplo de articulación público-privado que responde a la política de transferencia de tecnología del CONICET y obviamente del MINCyT, que permanentemente acompaña y sostiene las líneas de investigación y desarrollos de sus científicos proporcionando los instrumentos para que nuestras investigaciones puedan ser adoptadas por el sector público o privado para mejorar la calidad de vida de las argentinas y argentinos y dar respuestas a la sociedad. En este punto me gustaría destacar el acompañamiento y la gestión de la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET.

EE: ¿Desde el inicio fue un trabajo público-privado?

MPT: Todas las investigaciones que preceden a esta licencia de uso a la empresa Danone fueron realizadas con financiación estatal a través de diferentes instrumentos otorgados por CONICET, ANPCyT, UNT, entre otros, así como subsidios de entidades provinciales. Además, todos los desarrolladores de esta tecnología pertenecemos a la carrera del investigador y de profesionales técnicos del CONICET.

Esta cepa forma parte desde hace más de 12 años de un programa llamado Yogurito/Biosec Escolar que consiste en la distribución de alimentos y suplementos probióticos que la contienen, a niños escolares a través de políticas públicas. Este proyecto tiene su origen en Tucumán y se realiza en el marco de un convenio Conicet-Provincia de Tucumán mediante la organización y articulación del Ministerio de Desarrollo Social provincial.

EE: ¿Cómo sigue tu labor ahora? ¿Trabajas en otros proyectos o este sigue teniendo otras facetas de investigación?

MPT: Desarrollamos nuestra carrera en el CERELA, un centro de referencia nacional e internacional en el estudio de bacterias lácticas, sus funcionalidades y aplicaciones. En lo que respecta a la tecnología CRL1505, el grupo de desarrolladores seguimos trabajando para contar con mayores opciones de productos que puedan incorporarla y obtener otras alternativas de productos probióticos. Trabajo además en otros proyectos con cepas probióticas que regulan el colesterol y los triglicéridos y otros que producen vitaminas.

Continuar trabajando para que los resultados de años de investigación básica y aplicada se conviertan en soluciones para nuestra sociedad, es nuestra mayor motivación y es el camino que elegimos día a día.

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