Política
Por: Antonio Riccobene
20 de abril de 2024
Escribir un artículo para explicar qué está pasando con la ley ómnibus
en la Cámara de Diputados es cómo volver a ver "El día de la marmota", la
película de Harold Ramis en la que el protagonista queda atrapado en el tiempo y
ve cómo los hechos se repiten una y otra vez: el gobierno presenta el borrador,
la oposición dialoguista pide cambios, la Casa Rosada acepta algunos, se
reúnen, etc. Así, una y otra vez.
La escena que se vio durante todo enero en la Cámara baja parece repetirse,
pero hay algunas pequeñas diferencias que le pueden garantizar la aprobación.
En esa ranura El Editor metió la lupa
para analizar qué está pasando en el Congreso de la Nación con la Ley de Bases
y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos.
En primer lugar, el escenario político es distinto. Si bien el Gobierno
de Javier Milei mantiene la aprobación de una buena parte de la opinión
pública, la clase política ya coqueteó con los límites que le pueden poner
desde el Palacio Legislativo.
El antecedente del fracaso de la primera versión de esta ley, el pasado
seis de febrero, y el rechazo al DNU 70/23 que impuso el Senado le reduce al
Gobierno todo margen de generar más tensión con el Congreso y los gobernadores.
Saben que el kirchnerismo y la izquierda están cada vez más cerca de lograr la
mayoría en Diputados para rechazar también ahí el mega decreto que avanza en
más de 300 derogaciones y desregulaciones, y que pierda validez.
En ese contexto, el brazo político del gobierno (Guillermo Francos,
Nicolás Posse y Santiago Caputo) entiende que no hay lugar para errores no
forzados. Por eso cambiaron la estrategia. Del "no se negocia nada" al "se
negocia todo".
Desde fines de marzo desfilan por las oficinas de Guillermo Francos en
la Casa Rosada, gobernadores, senadores y diputados. Algunos se van con foto y
se publica la reunión. Otros no. Pero todos, todos, negocian. Desde las
provincias petroleras hasta las mineras mostraron su preocupación por la
legislación que el gobierno quiere tratar en Diputados.
Algo no menor en el cambio de estrategia es que esta vez el oficialismo
quiere llevar el tema al recinto con los votos asegurados. Por eso se explica
esta serie de reuniones.
La tarea que debe resolver el tridente Francos-Caputo-Posse es zanjar algunas
diferencias planteadas por las provincias para que no se caigan los artículos
pilares de esta ley. Igualmente, el clima dentro de la Cámara de Diputados es
mucho más cordial para la oposición dialoguista: las emergencias no son once,
son cuatro; las privatizaciones contempla que algunas quede la acción de oro en
manos del Estado; el Congreso puede revisar esos procedimientos.
Todavía no termina de convencer a una buena parte de la Cámara baja el
artículo 70 del borrador que presentaron. Algunos dentro del Palacio
Legislativo lo llaman el "artículo desguace" porque habilita al presidente a
intervenir en casi todos los entes y organismos estatales, algo punto de que
dejen de existir.
"No hay forma que salga así como está", señaló a El Editor uno de los diputados dialoguistas que se sentó una y otra
vez a negociar con el gobierno nacional.
Muchos de los hombres y mujeres que se sientan a negociar en la Casa
Rosada coinciden que "no les dan muchas precisiones" sobre modificaciones en la
ley. "Hablaron de generalidades del país y de por qué es importante acompañar
la ley", analizó un diputado que responde directamente al gobernador de su
provincia.
Otro de los puntos en los que reparan los gobernadores, particularmente los de las provincias petroleras, es en la derogación del artículo 1 de la ley 26.741, que estatiza YPF. Esta normativa define a la inversión hidrocarburífera de parte del Estado como uno recurso estratégico.
La intención del oficialismo es no presentar un nuevo proyecto y que en
la comisión se presente un dictamen con este texto que pusieron en circulación.
En el medio llegó al Congreso un nuevo Pacto Fiscal, que busca darle algo de
previsibilidad a las provincias. El Gobierno quiere que se negocien los dos
proyectos a la par.
Ahí es dónde un sector de la oposición más reacia al gobierno libertario
ve un riesgo de que un sector importante de la oposición dialoguista termine
apoyando. "¿Te pensás que si le levantan los impuestos mínimos a las provincias
y si acuerdan un buen esquema de Ganancias alguien se va a acordar de las
privatizaciones?", planteó un diputado de Unión por la Patria.
Por ahora nada de eso ocurre, y la ley ómnibus y el pacto fiscal están
lejos de la media sanción. los gobernadores van a negociar a la Casa Rosada y
no se llevan certezas. Lo mismo les pasa a los diputados. Los funcionarios se
muestran cercanos pero no dan precisiones y cuando algún opositor plantea un
reclamo principalmente de fondos la respuesta suele ser la misma: "Vos viste
como es el Loco".
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