El radicalismo se encuentra en una encrucijada. El acuerdo que había tejido con Larreta para que Lousteau fuera su candidato en la Ciudad se convirtió hace varios meses en papel mojado.

Las presiones de Mauricio Macri y del círculo rojo porteño, que se resiste a perder negocios en Capital, obligó al Jefe de Gobierno a recalcular la estrategia. Todavía está en pie la posibilidad de compartir boleta presidencial con Gerardo Morales, pero es cada vez más difícil que el alcalde apoye a la UCR para sucederlo.

Al igual que Patricia Bullrich, Macri impulsa a su primo Jorge para la Ciudad. Larreta lanzó a Fernán Quirós como candidato y comparte con María Eugenia Vidal el apoyo a Emmanuel Ferrario.

El nombre de la ex gobernadora es la prenda de unidad que sueña Larreta para la sucesión, pero por el momento Vidal se mantiene firme con su candidatura presidencial. El radicalismo mira de reojo los movimientos. Por ahora no encuentra una solución para su mayor problema.

Si las elecciones porteñas y las nacionales se celebran el mismo día, la UCR no contará con un candidato presidencial. Competir con una "boleta corta", es decir sin postulante para el cargo más importante del país, es una enorme desventaja.

Emiliano Yacobitti y Daniel Angelici intentan convencer a Larreta de que desdoble las elecciones, eso pondría en igualdad de condiciones a Lousteau con el resto de los candidatos.

La idea no convence al mandamás porteño: necesita asegurar la mayor cantidad de votos a su postulación presidencial y quiere aprovechar la buena imagen que tiene su gestión.

El plan B del radicalismo es que en la Ciudad se voten en urnas separadas las candidaturas locales y las nacionales. Eso les daría una complejidad extra a las elecciones porteñas: parece poco probable que esa solución se imponga.

El plan C es que Larreta acepte la boleta i griega. Eso permitiría que todos los candidatos de Juntos puedan pegar su nombre a la papeleta encabezada por el Jefe de Gobierno. "Si no aceptan ninguna de esas, que se pudra todo", bramó un importante dirigente de la UCR capitalina.

El apoyo de la UCR nacional es imprescindible para que Larreta se imponga en las primarias de Juntos. La duda es hasta dónde Morales arriesgará su lugar en una eventual fórmula presidencial para contentar a la rama porteña del centenario partido.