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En defensa del ocio

El Editor entrevistó al Lic. Sergio Olivera para analizar por qué el tiempo libre está mal visto siendo algo tan importante para la vida. En épocas de vacaciones es bueno recordar por qué es preciso desconectarse de la rutina laboral ya sea estando de viaje, o quedándose en casa.

3 de febrero de 2023

Comenzó febrero y con él el "recambio" de quincena. Así se suele decir al movimiento vacacional que se produce en mayor medida en los meses de enero, febrero y marzo. Se termina el descanso para muchas personas, pero comienza para otras. Unos se van, otros llegan. Playa, montaña, campings, ríos, bosques, ciudades grandes o pequeñas se ven pobladas de turistas que buscan tener su merecido relax después de un año de trabajo. A veces, por cierto, el descanso no significa irse a otro sitio, pero sí tomar distancia de la rutina diaria. Quedarse en casa, pero hacer otras actividades impacta en la desconexión necesaria.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 24, expresa: "Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas". Este inciso deja en claro la necesidad y obligación de tener un momento de esparcimiento en relación al trabajo. Pero ¿qué pasa actualmente, realmente se logra la desconexión necesaria para distendernos? ¿Cómo influye el trabajo remoto y las redes sociales en el descanso? ¿Hay que esperar a las vacaciones para disfrutar del tiempo libre? ¿Por qué está "mal visto" el ocio?

El Editor conversó con el Licenciado Sergio Olivera -matrícula 59321-, terapeuta cognitivo-conductual, para reflexionar sobre la mala prensa que padece el ocio y los beneficios que éste tiene para la psiquis.


El Editor: ¿Por qué está mal visto el ocio?

Sergio Olivera: El ocio está asociado a actividades que estén por fuera de la rutina de lo que es la productividad. Esa definición tiene que ver con la época, con un sistema, tiene que ver con lo que está estipulado por el mercado o por el sistema capitalista. Con lo cual, la connotación que se le da a ocio es negativa, porque en definitiva el sistema lo que propone es que se consuma y para ello uno tiene que producir, entonces en la medida en que uno no produce es algo malo.

De alguna manera, esos mensajes están en nosotros y son como una especie de orientadora de nuestra conducta generando, para el descuidado, muchos problemas de salud, muchos problemas de índole más psicológica como la ansiedad o depresión.

EE: ¿Por qué puede llegar a generar ansiedad o depresión?

SO: La ansiedad se ve que, si uno no tiene tal cosa, o no llega a cumplir con tal cosa en un tiempo estipulado, es indicio de algo malo. Y respecto a la depresión, si uno no tiene tal cosa es indicio de que no es feliz.

EE: ¿Esos mensajes dificultan la desconexión?

SO: Es muy difícil mantener a un costado la productividad en las vacaciones porque estamos tan alienados al mensaje capitalista que uno termina sintiendo la necesidad de hacer algo. Porque no hacer algo es sinónimo de algo malo, de perder el tiempo, de un sin sentido. Entonces, hay mucho de una asociación entre no hacer nada y algo malo.

EE: - ¿Qué beneficios tiene el ocio?

SO: El ocio permite enfocarse en uno mismo. Con esto uno podría plantearse o reflexionar sobre lo que uno quiere para su vida. Es como una forma de calibrar los valores, los deseos. Con lo cual, uno podría tener un impacto en lo que es la autoestima, en habilidades propias del sujeto que le permiten llegar a deseos muy personales. Y principalmente el ocio lo que va a generar es que tu mente esté en el aquí y ahora, y no tanto en lo que podría llegar a pasar o lo que pasó.

EE: ¿Qué sería lo ideal para lograr desconectarse?

SO: Lo ideal para mantenerse desconectado en vacaciones es poner límites y eso conlleva a una disciplina. Para mantenerlo va a tener mucho que ver identificar la consecuencia misma de no mantener esa disciplina.

Y acá empieza un poco lo que es la tarea del trabajo remoto que desconfigura o desvirtúa los límites.

EE: ¿Cómo es eso?

SO: En ese sentido, el sujeto termina asociando la casa con trabajo y en definitiva no poder descansar porque la casa se convirtió en un ámbito donde tiene que trabajar para cumplir metas que no corresponden con sus valores u objetivos personales. Manejarse por la casa con la notebook, por ejemplo, en la cama, provoca que cuando uno quiera dormir no pueda, porque la cama quedó asociada al trabajo y éste implica cumplir metas que se imponen desde la jefatura, entonces inmediatamente no se logra un descanso adecuado.

EE: ¿Las redes sociales influyen en la no desconexión?

SO: Las redes se vuelven una plataforma ideal para que la propaganda y el discurso de la productividad lleguen de forma efectiva y eficiente a la sociedad que consume o que está en esa red social.

EE: ¿El ocio debería estar dentro de nuestras conductas habituales?

SO: El ocio debe formar parte de una conducta habitual por los mismos beneficios que expliqué antes, que tienen que ver con un espacio, una distancia entre la productividad y nuestros intereses, nuestro momento de autoconocimiento y reflexión.

EE: Entonces, no hay que esperar sólo a las vacaciones para desconectar.

SO: No es necesario esperar a las vacaciones para poder desconectar, tenemos que desconectar para poder encontrarnos a nosotros mismos, re pensarnos y no fluir de una manera compulsiva, impulsiva en nuestra vida cotidiana.

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