Gliptodontes acá nomás: descubrí fósiles muy cerca de CABA

Más de 1500 fósiles de 56 especies aparecieron hasta ahora en una ex cantera de la localidad de Marcos Paz. De qué modo se trabaja para preservar estos hallazgos cotidianos y cómo ir a conocerlos. Chicos y chicas, fascinados con la experiencia.

17 de enero de 2023

El paleontólogo vocacional que habita en muchos de nosotros, no importa la edad que tengamos, está convencido de que tiene que viajar lejos, lejos, para encontrar huellas tangibles de ese pasado sorprendente que lo fascina. Pero no: a menos de una hora de Capital Federal, hay una reserva en la que, literalmente, "uno camina sobre fósiles" y donde chicos y chicas de preescolar, primaria y secundaria descubren casi a diario nuevos huesos viejos.

Limpieza de fósiles, dibujo de piezas y muchas actividades más se despliegan en los talleres gratuitos que también se realizan en verano. Los chicos, encantados.


Ese reservorio de cómo era la vida hace 70.000 años queda en la localidad bonaerense de Marcos Paz, a 60 km de CABA, y abre sus puertas de forma gratuita a quienes quieran visitar el terreno con ojos exploradores, aprender en el Centro de interpretación que allí se montó y ver en primera fila muchos de los hallazgos, que se conservan en el Museo de Ciencias Naturales de la localidad.


Posiciones de vida

Victoria López es bióloga y directora del Museo de Ciencias Naturales Lucas Kraglievich de Marcos Paz, que se fundó en 2010 justamente por la necesidad de darle cobijo a estos tesoros que volvieron desde entonces, uno tras otro, a ver la luz del sol.

"El primer hallazgo lo hizo David Piazza, paleontólogo aficionado, ese año, después de enterarse de que en una cantera de tosca en actividad habían aparecido huesos. Consiguió el aval de un paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales en La Plata, y juntos lograron que se suspendieran las excavaciones y posteriormente la donación del terreno para convertirlo en la actual Reserva Francisco P. Moreno", cuenta la científica.

Los descubrimientos más impactantes son muchos. Desde mastodontes hasta gliptodontes, toxodontes y ostras fosilizadas de 70.000 años de antigüedad. Por qué aparecen tantos fósiles concentrados en esta zona es uno de los tantos interrogantes que desvelan a estos expertos. Hasta ahora, creen que se combinaron varios factores.

"Es posible que algún alud de barro haya arrasado con estos animales, y que el lodo ayudará a la conservación. Creemos que tiene que haber sido algo sorpresivo porque muchos aparecieron en lo que se conoce como posiciones de vida, es decir, tomando agua por ejemplo. Y en muchos casos son fósiles de crías, lo que también da cuenta de que hubo muertes repentinas de sus padres, que no pudieron protegerlas", especula López.


Charla en el Centro de Interpretación de la reserva. Nenas y nenes escuchando con fascinación los secretos de la ex cantera que rebosa de huesos milenarios.
A su vez, se piensa que las crecidas provocadas por las sudestadas acarrearon ostras y otros animales marinos a la zona. De hecho, en los barrancos del río Matanza, cercano a la Reserva, han aparecido también ostras.
Pero tal vez lo que más impacta es la cantidad y variedad de huesos que van emergiendo. "El domingo pasado, un alumno mío (López da clases en tres escuelas secundarias del distrito) encontró una pata de gliptodonte fosilizada. Imposible confundirlo con un hueso de vaca porque era enorme. Han aparecido hace poco restos de macrauquenias, que eran una especie de caballos con trompa, encontramos una cabeza de gliptodonte tan completa que hasta nos dio indicios sobre su alimentación, y tenemos dos esqueletos completos de mastodontes", enumeró.
En el otro extremo en materia de tamaños, llaman la atención los caracoles fosilizados de apenas medio centímetro, muy requeridos por la comunidad científica porque generalmente suelen destruirse. Algunos se enviaron a datar a EE.UU. y se descubrió que tenían 30.000 años.

Los chicos, grandes protagonistas

La Reserva se extiende por unos 25.000 m2, donde hasta el momento han aparecido más de 1.500 fósiles de 56 especies. "Los restos más recientes que hemos hallado tienen unos 8.000 años. Algo que impacta mucho a los chicos es que apareció el fémur de un perezoso gigante, un megaterio de 4 metros de altura, que todos identificamos como el personaje de Syd en la película La era de hielo", sonríe la bióloga.

En la reserva se realizan también talleres para chicos y chicas. Hay dibujo, estudio de fósiles y un modo muy entretenido de aprender sobre la vida hace 70.000 años.

Pero hay más. El paleontólogo Federico Agnolin descubrió en la ex cantera y ahora Reserva los huesos de un antepasado de cóndor que no había sido descrito hasta entonces y que dio en llamar Pampagysps Imperator, "Emperador de las Pampas".
"En una de las visitas, dos nenes de cinco años hallaron huesos de un gliptodonte -esas mulitas gigantes- y por eso esperamos a los chicos con ansiedad. Vienen con espíritu explorador, buscan y encuentran. Los adultos también: una profesora hace unos días insistía con haber hallado lo que ella llamaba unos caracolitos, y el paleontólogo que la acompañaba no podía creer lo que veía: un corte en una ladera repleto de ostras fosilizadas".
Las autoridades del Museo de Marcos Paz firmaron un acuerdo con la UBA por el cual cedieron fósiles para su investigación a cambio de bombas para drenar la cantera, que deberían llegar pronto.


Las visitas de grupos de escolares son una constante en la Reserva Francisco P. Moreno, en la localidad bonaerense de Marcos Paz.

"Los hallazgos son continuos y si bien el lago que se formó es un ecosistema de aves, anfibios y reptiles, sabemos que, sumergidos, hay muchos tesoros", aseguró López.
Parte de lo encontrado está siendo estudiado en el Museo Bernardino Rivadavia, el del porteño Parque Centenario, y otra tanda en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
"Los fósiles en primer término son llevados al repositorio de nuestro Museo de Marcos Paz, donde se los clasifica para que puedan ingresarse sus datos al patrimonio paleontológico y arqueológico de la provincia de Buenos Aires", indicó López.
En vacaciones de verano, allí también se dictarán talleres infantiles de limpieza de fósiles, con asistencia de paleontólogos, y de paleo-manualidades.
El Museo de Marcos Paz tiene, además de los fósiles, una sala de Astronomía y otra de Zoología. Y muchas ganas de dar la bienvenida a visitantes con ansias de aventuras.

Más info:
Reserva Francisco P. Moreno: kilómetro 48 de la Ruta Nacional 3, Marcos Paz, Buenos Aires. Visitas gratuitas al predio y al Centro de Interpretación: de lunes a viernes para grupos escolares, sábados por la tarde para el público en general y algunos domingos se hacen actividades especiales. Anotarse en el Museo de Ciencias Naturales, llamando de lunes a viernes de 8 a 14 al 0220 477 0624 o bien escribiendo al mail paleontologia@marcospaz.gov.ar. Llevar repelente, agua, comida, protector solar y gorro.
Museo de Ciencias Naturales de Marcos Paz: José C. Paz 146, Marcos Paz. Gratuito. Abierto los lunes y miércoles, de 8 a 14; los martes, jueves y viernes, de 8 a 17; los sábados, de 9 a 17, y los domingos, de 10 a 17.

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