La posibilidad de que la inteligencia artificial colisione con la humanidad es uno de los tópicos clásicos de la ciencia ficción y puede encontrarse a lo largo de la literatura, la pintura y el cine, de manera constante en, al menos, los últimos 50 años. Pero lo que hace poco más de dos décadas eran ideas o fantasías, ha cobrado una presencia abrumadora por su velocidad y, aún más, por su aceleración.

En la actualidad, el peligro de ser reemplazado por una inteligencia artificial ha adquirido una relevancia cada vez más inquietante en algunos oficios en particular y, en general, en el mundo laboral. En este marco, el artista plástico y pensador Daniel Santoro considera que un enfoque apropiado para comenzar a hablar es uno "basado en las cosmogonías más viejas, que son las que mantienen algo de verdad. En todas ellas hay un eje que va de la severidad a la misericordia, y cuando hay un exceso de información hay un exceso de severidad, inmediatamente".

Además, dice a este medio que "la máquina es pura información, memoria, no hay ninguna posibilidad de olvido. Entonces, la posibilidad de olvido está relacionada con la misericordia. Como en la máquina todo se contabiliza, hay un exceso de severidad flagrante".

El movimiento obrero organizado también se pregunta sobre el impacto de las computadoras y el avance de la inteligencia artificial, pero lo hace desde un lugar más terrenal, desde el impacto directo que pueden tener en el mundo del trabajo. En ese sentido, Javier Ntaca, responsable de investigación y desarrollo de la Asociación Gremial de Computación explica a El Editor que "la tecnología de 'machine learning' se viene utilizando desde hace años, especialmente en el negocio de las finanzas para detectar fraude con las tarjetas. También en actividades científicas, petroleras, etc.".

"A medida que la tecnología avanza tanto en el desarrollo del software como en el hardware, el rango de aplicaciones también experimentó un crecimiento significativo, a tal punto que el análisis de riesgo financiero es prácticamente llevado adelante por inteligencia artificial, en tanto ha dejado sin fuentes laborales a miles de jóvenes que se desempeñan en el sector. "Los modelos de datos de imágenes tales como Midjourney están reemplazando a dibujantes y diseñadores. El mayor impacto se dará en las actividades repetitivas de generación de contenido de texto", detalla Ntaca.

Dentro de ello, el gremialista considera probable que "una persona del conurbano criada en una familia clase media alta de Ramos Mejía tiene un mayor abanico de posibilidades que alguien de clase baja de Soldati. Pero, paradójicamente, las actividades ligadas al manejo de información son más afectadas que las físicas. En ese sentido, el avance de las máquinas afecta menos a la construcción y el trabajo fabril que al diseño gráfico y al ejercicio del derecho, por poner sólo dos ejemplos".

Santoro alerta sobre la velocidad y la aceleración que marcan la época: "Todos los tiempos se han acelerado de una manera algebraica, está disparado el vector de progreso. El filósofo Heidegger (Martín), decía que 'la técnica no piensa', avanza directamente, es como una mancha que se devora todo, no hay un pensamiento que diga 'mejor vayamos por acá que es más útil', va por los lugares por donde se puede filtrar, es como una inundación. El tema es el pensamiento, algo que guíe todo esto, no hay un pensamiento, no hay nadie al mando. Al mando está la propia técnica, es una locura que no tiene fin", aclara.

El pensador va más allá al expresar su perspectiva sobre el avance científico y la frontera entre lo desconocido y lo conocido. Sostiene que históricamente, este avance ha tenido lugar "en una zona gris", donde se suma conocimiento de forma gradual. Aunque en la actualidad, debido a una aceleración excesiva, el conocimiento ha comenzado a ingresar en la zona de desconocimiento. "Se llama invaginamiento", dice Santoro y explica: "El conocimiento entra en la zona de desconocimiento, y hace un agujero. Entonces no se saben las consecuencias de lo que se está conociendo. Se conoce lo que se hace pero se desconocen absolutamente las consecuencias. Entonces, el que lo puede ver, es el que hace sonar las alarmas, que dice 'estamos yendo demasiado rápido y no sabemos qué carajo va a pasar'".

Por otro lado, Ntaca considera que "la tecnología resuelve problemas y crea nuevos. Solemos confundir un modelo con su implementación: un cuchillo es una herramienta tecnológica que sirve para cortar el pan o para matar a una persona. Para el investigador los problemas que involucran valores humanos siempre estarán arraigados en el ámbito ético, independientemente de las herramientas tecnológicas que estén involucradas. Uno de los problemas que Ntaca identifica con la automatización es la cuestión de la responsabilidad. En ese sentido ejemplifica: "Robots tan simples como una barrera automática no terminan de ser confiables al punto de que el Ferrocarril Sarmiento tuvo que volver a poner señaleros ante una falla que terminó con un colectivo arrollado por un tren ya que las barreras no bajaron. "El problema con la automatización es la responsabilidad", afirma.

Para cerrar, Santoro plantea que la esperanza, la grieta en la rígida grilla numérica de la computadora "es el deseo humano, íntimo, el que no se expresa en palabras. Ese es un lugar de sombras, el verdadero 'porqué' de las cosas que hacemos, que no expresamos en las redes, que no se puede contabilizar".

Aunque la inteligencia artificial pueda avanzar y lograr procesos increíbles, siempre habrá un lugar de oscuridad, una parte esencial de la humanidad que mejorará y será inaccesible para la tecnología. Se trata de la esencia humana, envuelta en matices y emociones, es lo que él cree que puede salvarnos y diferenciarnos de la fría lógica de las máquinas.