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La Batalla de Caseros resuena en la historia argentina

La complejidad de una contienda que marcó el fin de una etapa y el surgimiento de la Argentina moderna

Por: Nicolás Rzonscinsky
3 de febrero de 2024

Hay una forma de ver la historia que supone que una cantidad de hechos que ocurrieron en el pasado pueden ser contados y recordados con cierta veracidad. Por otro lado, hay otra versión que entiende que la historia está viva y todo el tiempo alrededor nuestro.

Caseros, Palomar, San Martín, 3 de Febrero, Santos Lugares, son nombres familiares para quienes exploran el conurbano, lugares comunes. Sin embargo, estos nombres no solo son simples puntos geográficos, sino que refieren a un momento específico de la historia argentina. Su significado aún se encuentra en disputa, y sus consecuencias son una parte intrínseca de la cotidianidad.

El martes 3 de febrero de 1852, las fuerzas comandadas por Justo José de Urquiza lograron salir victoriosas en la Batalla de Caseros contra el ejército de Don Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires y principal referencia política de la Confederación Argentina en el momento.

Con este acontecimiento, la geografía de la zona se impregnó de referencias que, hasta hoy en día, persisten y desafían a aquellos que buscan comprender la historia argentina.

El Editor conversó con Julio Otaño, director de museos del partido de General San Martín, además de miembro del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, quien asegura que el relato histórico comienza con un error: "La Batalla de Caseros está mal llamada, debería llamarse 'La batalla de Morón' porque se desarrolló en las cercanías de lo que era el arroyo que lleva ese nombre, también podría llamarse 'la batalla de Santos Lugares' que es en el actual partido de San Martín".

Para ubicar los hechos de esa fecha en la actual geografía conurbana, Otaño detalla: "La comandancia de los Santos Lugares, lugar donde Rosas organiza las juntas de guerra para enfrentar a las tropas del Ejército Grande entrerriano, correntino y brasileño, estaba donde hoy se sitúa el Museo Juan Manuel de Rosas (en las calles Guido Pombo y Ayacucho) de la localidad de San Andrés en el partido de General San Martín".

Otro sitio notable es El Palomar de Caseros. Allí, "combatió la artillería del gran héroe argentino Martiniano Chilavert", dice Otaño. La participación del coronel tuvo lugar en la residencia de Cassero, ubicada en una prominente loma "que los brasileños denominarían Monte Cassero". Actualmente, este histórico palomar forma parte del terreno del Colegio Militar, situado en la localidad de Martín Coronado.

Por último, el también profesor de Historia aclara algunos otros malentendidos. "Erróneamente se han adjudicado otros lugares, Sábato que vivía en la ciudad de Santos Lugares, creía que en esa ciudad había tenido lugar la batalla, y esa ciudad es una estación que pertenece al partido de 3 de Febrero que no tiene nada que ver con los Santos Lugares de Rosas donde estaba la comandancia".

"Tampoco el partido de 3 de Febrero que recuerda la batalla y cuyo intendente Diego Valenzuela brinda como campo de combate pero no. La batalla fue en El Palomar, el partido de General San Martín, Morón y Martín Coronado", explica Otaño.

Al indagar sobre la relevancia histórica del hecho, Otaño es tajante: "Lo que termina en Caseros, el 3 de febrero de 1852, es esa etapa. Es el fin de la Argentina Soberana".

El intelectual explica que habla de una perspectiva nacionalista popular de la historia, que es prima del nacionalismo católico, por un lado, y de la llamada izquierda nacional por otro. Desde allí continúa su relato: "Hay que entender la historia argentina por etapas. Está la del surgimiento, la independencia, donde sobresalen figuras como San Martín o Belgrano".

"La segunda etapa es la de consolidación como Nación, en esa etapa lo prioritario era evitar que las 14 provincias que conformaban Argentina se disgregaran, que se formen 14 estados independientes y guerreando entre ellos como pasa por ejemplo en Centroamérica, en esa etapa también había que consolidar la independencia económica, o sea hacer un proyecto económico del país, porque como dijo Alberdi 'sin economía no hay política' o como dijo Perón 'quien no maneja sus recursos nunca será independiente'.

La segunda fase implica la consolidación como Nación. Durante este período, la prioridad residía en evitar la desintegración de las 14 provincias que constituían Argentina, y evitar la formación de estados independientes que podrían entrar en conflicto, como ocurre en algunos casos en Centroamérica. "En esa etapa también había que consolidar la independencia económica. Como señaló Alberdi, 'sin economía no hay política', y según las palabras de Perón, 'quien no maneja sus recursos nunca será independiente'".

Es decir, que figuras como Juan Bautista Alberdi y Juan Domingo Perón con pensamientos absolutamente distintos coinciden en eso. Otro aspecto importante de esa segunda etapa es consolidar la soberanía política, que el país no sea manejado desde afuera. Es la etapa en la que se desarrollan las llamadas guerras civiles, algo que pasó en todos los países latinoamericanos.

Para Otaño Juan Manuel de Rosas "es una figura fundamental, clave en la historia argentina, es el creador de la Confederación Argentina. El país de hoy es inconcebible si no se valora la acción de Juan Manuel de Rosas. La historia oficial de Mitre, Sarmiento, Vicente Fidel López y su continuidad hasta el presente, lo pinta como un tirano. Cuando en realidad es el verdadero forjador de la nacionalidad argentina", dice el funcionario.

"Evitó la disgregación, logró defender la independencia económica con su Ley de Aduanas que protegía las manufacturas del interior y, fundamentalmente, consolidó la soberanía nacional contra las dos grandes potencias del mundo: Gran Bretaña y Francia", explica el historiador.

En este contexto, Caseros puede considerarse la contrapartida de la Batalla de Ituzaingó, marcando una inversión de roles en la historia militar entre Argentina y Brasil. Esta última, que tuvo lugar también un 20 de febrero, pero de 1827, representó la gran derrota de las tropas brasileñas frente a las argentinas. Así, Caseros se erige como la revancha de aquel enfrentamiento, simbolizando la inversión de fortunas entre ambas naciones.

"Caseros es básicamente la victoria de una potencia extranjera sobre las fuerzas nacionales, el verdadero triunfador no fue Urquiza, fue el imperio de Brasil, que consolidó con ella su hegemonía en el Río de La Plata". La magnitud de la derrota nacional fue tal que apenas 17 días después de la batalla, el 20 de febrero de 1852, las tropas brasileñas desfilaron por la calle Florida de Buenos Aires con sus banderas en alto.

En ese sentido, Caseros es la revancha de Ituzaingó, la gran derrota de las tropas brasileñas contra las argentinas que había ocurrido también un 20 de febrero pero de 1827.


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