Jorge Macri es el último dirigente del PRO línea fundadora que logró sobrevivir a la debacle de su partido. Es cierto que su fuerza también consiguió las gobernaciones de Chubut, Entre Ríos, San Juan y San Luis, pero los mandatarios electos no tienen el linaje del exintendente de Vicente López.

El futuro jefe de gobierno porteño aún no tiene claro qué hará con su gabinete y con los cientos de cargos políticos que componen al Ejecutivo. Mauricio Macri, el principal apoyo que cosechó para ganar la Ciudad, lo presiona cada vez más, pero no logra torcerle el brazo. Es que el exresidente pretende quedarse con una porción mayoritaria del gabinete y quiere que su primo rompa el acuerdo que Horacio Rodríguez Larreta forjó con la UCR. Como contó El Editor, Mauricio cree que los radicales le salen "demasiado caros" al PRO.

El vínculo con el centenario partido se deterioró durante las internas. La cuestión del domicilio fue el primer golpe y las acusaciones contra Franco Rinaldi, primer candidato a legislador de Jorge, que terminaron con su renuncia, llevaron la tensión al máximo.

Quienes frecuentan a Jorge Macri aseguran que el malestar con el radicalismo perdura a pesar de los buenos vínculos que tiene con uno de sus principales armadores: el exintendente de Vicente López fue quien presentó a Daniel Angelici con Mauricio Macri.

El Tano fue elegido por el radicalismo porteño que lidera Emiliano Yacobitti para negociar los puestos en el futuro gobierno. Sin embargo, por el momento no hubo grandes avances. "Sacamos la mitad de los votos en la interna y los sostuvimos en octubre, esperamos tener más ministerios", dijeron a este sitio desde el centenario partido. Por el momento la UCR maneja el Ministerio de Desarrollo Económico, el Banco Ciudad, la Secretaría de Ambiente y Deportes.

Las negociaciones hasta ahora no entregaron ninguna certeza a la UCR: Jorge es un interlocutor duro y no les dio ninguna pista sobre lo que puede suceder. Desde ese espacio creen que está a la espera de la definición de las elecciones nacionales que se dará por balotaje. A pesar de su buena relación con Sergio Massa en la UCR piensan que, si gana el oficialismo, Jorge deberá comenzar el gobierno "libre de quilombos" para no tropezar. "Va a tener a Kicillof de un lado y a Massa del otro, si además tiene problemas internos se lo van a morfar", analizan.

Como explicó El Editor, el oficialismo necesita 21 votos en la Legislatura para frustrar cualquier intento de juicio político. Por ahora Jorge tiene 11 diputados del PRO, pero podrían ser nueve si escala la tensión por el apoyo a Javier Milei.

Si logra sumar los ocho escaños de los libertarios, tampoco le alcanzaría. El radicalismo tendrá nueve bancas y otras tres del ocañismo y el socialismo. Una alianza con La Libertad Avanza llevará a que la Coalición Cívica también abandone el oficialismo.

La estabilidad del frente oficialista es la palanca que tiene la UCR para intentar llegar a un acuerdo. Mauricio Macri tiene pretensiones similares y considera que varios puestos del gabinete serán para él al punto de que su primo debió pedirle que dejara de ofrecer cargos hasta después de las elecciones.

Las opiniones están divididas: hay quienes piensan que Jorge terminará cerrando con la UCR con solo entregarles algunas segundas líneas en el gobierno, mientras que otros suponen que deberá ser más generoso para llegar a un acuerdo.

Por lo pronto, contradiciendo al propio Mauricio Macri, Jorge evitó pronunciarse para el balotaje nacional y mantuvo el secreto de su voto. Aún no está claro si ese gesto de rebeldía será una marca de gobierno o terminará alineado con ala dura del PRO.