Cultura

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La cultura independiente en busca de fondos municipales para sobrevivir

La ley de centros culturales de la provincia de Buenos Aires busca la descentralización. Sin embargo, algunos municipios le dan la espalada ala cultura independiente

Por: Horacio Marmurek
25 de mayo de 2024

El 2024 se presenta desafiante para gestionar la cultura. Si los estamentos estatales se retiran, si la crisis avanza, los consumos culturales caen y el financiamiento escasea: cómo hacen quienes apuestan por la cultura desde la independencia.


Los Estados municipales de la provincia Buenos Aires apuestan a que el ciudadano no pierda el acceso a esa cultura. Entonces, los espacios oficiales se vuelven valiosos, pero deben sufrir recortes. ¿Y que les queda entonces a los centros culturales comunitarios, aquellos que dependen de las asociaciones civiles y de los grupos interesados en contener a los vecinos?

En agosto del 2021 la gestión de Axel Kicillof sancionó una ley de centro culturales que recién se reglamento en Mayo del 2023. La 15.302 promueve la habilitación y el reconocimiento de Salas de Teatro Independiente, Centros Culturales y Espacios Culturales Alternativos. "Es un logro histórico para el sector después de una larga lucha y ardua militancia. Le agradecemos al Gobernador esta decisión de avanzar con la reglamentación. Esto es un derecho adquirido porque, desde hoy, no hay vuelta atrás", sintetizó en aquel momento la presidente del Instituto Cultural de la provincia, Florencia Saintout.

"Es valorar y reconocer plenamente la identidad de estos espacios como sujetos culturales, una reivindicación justa que fortalece a quienes construyen diariamente lazos sociales y promueven la cultura en nuestras comunidades. Es un punto de inflexión y también un punto de partida. Un camino hacia la profesionalización y formalización", completó en esa misma jornada.

En concreto, la iniciativa legislativa ofrece a los municipios -que aún no tengan ordenanzas específicas- la posibilidad de suscribir un convenio para "regular la habilitación" de estos espacios con capacidad de hasta 300 personas. Esta nueva legislación no podrá ir en ningún caso en detrimento de las disposiciones locales ya existentes.

Cuando El Editor relevó los planes de los municipios para este tiempo muchos hablaron de la descentralización de la cultura, la búsqueda de poder dejar en otros espacios los talleres y actividades culturales para los vecinos.

En algunos municipios fue parte de la campaña. Malena Galmarini destacó la descentralización para garantizar el acceso en cada localidad y en cada barrio el acceso a la cultura. En ese marco ponderó sobre todo la articulación con espacios barriales, bibliotecas populares, bandas locales, teatro, danza, coros, orquestas y escuelas de artes. Se refirió a la citada ley: "Es necesario que se genere un fomento a los espacios independientes, y que contemple beneficios en la tasa municipal a estos centros, que muchas veces son el lugar donde muchos jóvenes encuentran una contención social, además de una vocación artística".

Frente a la no aplicación de esa ley se ha conformado REC, red de espacios culturales de Tigre. Ellos son los espacio artísticos culturales que reclaman políticas públicas de apoyo a los espacios y a los artistas. Los espacios que lo integran son Alas de Tigre, Casa Tacuarí, Fábrica Cultural, Refugio Literario, El Rancho de la Carpincha, LOBA, Caranday, Mala Prensa, El Faro, Aparecidas, Centro Cultural Semilla, Barro Tal Vez y Casa Puente.

Lucia Rosso es parte de REC y conversa con El Editor: "La red está fuerte y eso es una es una buena señal a pesar de todo. Hicimos una un primer lanzamiento como para que la comunidad nos conozca en noviembre del año pasado", señaló y agregó: "Tenemos la necesidad que la Municipalidad nos habilite como espacios culturales, en principio, y después que obviamente nos contenga como tales y nos ayude a poder sostener la cultura".

Lucia se refiere a los gastos que aumentan, las cuotas que no se pueden aumentar y, también, al reconocimiento a espacios que contienen a la sociedad. "Hay algunos que desde el arte contienen, hay otros, incluso, que hacemos ollas populares, con un espectáculo, por ejemplo. Recolectamos comida seca o útiles y generamos un espacio de contención, trabajamos mucho en particular con una asociación de mujeres que se llama EmprendeTigre y somos la base de ellas, están acá trabajando. Y así todos los espacios culturales tienen una característica particular que los hace indispensables para la contención social de nuestros vecinos y vecinas".

La situación es igual en todos los espacios, en términos económicos. Yani Allen, es fundadora en 2010 junto Mili Noblía Galán de Casa Tacuarí, unos de los centros culturales que integra la red. Si bien las puertas donde funcionaba Tacuari hoy están cerradas, la actividad continua.

"Tigre es especialmente particular y tiene que ver con los diferentes territorios que lo conforman. Cuando hablamos del tema de habilitaciones puede haber diferentes respuestas, yo creo que sí, que sería diferente la realidad de los espacios culturales se hubiera un reconocimiento por parte del municipio", le dice Allen a El Editor y advierte: "Es una relación muy dispar y más allá de que esté de que esté elevada la ordenanza hay una falta de diálogo muy notoria, es como que la actividad oficial y la independiente van por carriles bien separados".

La unión de estos espacios en la zona no es la única que esta pasando en la provincia. La búsqueda de reconocimiento, de jerarquizacion que abra algunas puertas es transversal a los municipios.

Allen reconoce que aun existiendo la ordenanza algunos espacios igual no calificarían para ser salas o centros culturales lo que no implicaría abandonar la actividad. "Sabemos que el sector va a seguir subsistiendo siempre porque los que trabajamos, los gestores, las gestoras, los agentes culturales una prepotencia de trabajo, una creatividad, una resilencia de gestión cultural. Porque la verdad que son laburos. Muy frustrantes muchas veces", detalla.

Los espacios culturales de Tigre esperan su normativa, su pelea cotidiana es la de poder seguir brindando espacio al arte y a los vecinos. No son los únicos en la provincia. La resiliencia es una característica de nuestro 2024 en Argentina, que no sea nuestra definición.

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