Política
Massa cayó ante Milei en 108 de los 135 municipios bonaerenses. La falta de tracción de los intendentes y la cosecha del voto huérfano.
25 de noviembre de 2023
El resultado del balotaje en la
provincia de Buenos Aires fue una de las principales claves a la hora de
analizar el triunfo de Javier Milei. Se trató, sin dudas, de una de las
derrotas más celebradas por los libertarios.
El gráfico de la torta electoral así lo expone: un 50.74 %
de los votos en favor de Sergio Massa y un 49.26 % para el líder de la Libertad
Avanza (LLA). La evidencia es clara y supone un quiebre claro en lo que refiere
a la representación de los partidos políticos.
La primera explicación no reside
en el líder de La Libertad Avanza sino en el propio oficialismo nacional. El
presidente Alberto Fernández y su ministro de Economía, y principal candidato
de Unión por la Patria, no lograron cumplir con las condiciones necesarias para
capitalizar el voto de los que menos tienen.
Los resultados del norte argentino así lo demuestran. Pero también las victorias mínimas del conurbano bonaerense, donde el voto peronista quedó herido por el propio fuego amigo de un gobierno que no cumplió con los tratados básicos para renovar el apoyo.
Los números mandan
Los números son claros. El
peronismo triunfó por un margen estrecho en distritos de gran porte electoral
en los que se esperaba triunfos más contundentes. En los hechos, cayó en 108 de
los 135 distritos que componen la provincia. Y solo consiguió ganar en dos
municipios por fuera del AMBA: Baradero y General Guido.
Pese al llamado nacional del
radicalismo, de la Coalición Cívica y de un sector del PRO, todos replicados
por su armado provincial, el voto en favor de la oposición se unió casi por
completo hacia el presidente electo.
Ni siquiera los más de 30
intendentes de la UCR, quienes revalidaron la posición neutral del comité
nacional presidido por Gerardo Morales, pero que por lo bajo, al igual que el
gobernador de Jujuy, se pronunciaron en contra de que el ganador sea Milei,
lograron convencer a su electorado.
"Todo lo que tenga que hacer para
que no gane Milei, lo voy a hacer", había dicho Morales, quien también
salió a plantarse contra el respaldo residual de Mauricio Macri al dirigente
libertario. Pero la toma de posición partidaria no tuvo el respaldo de la
militancia.
En la misma línea, el diputado
bonaerense Walter Carusso, mano derecha de Gustavo Posse, referente principal
de un sector de la UCR provincial, le dijo a este redactor que "un radical
jamás votaría a alguien que le pega a un muñeco con la cara de Alfonsín y
cierra el acto gritando y saltando 'el que no salta es radical'". Sin embargo,
Milei ganó en todos los distritos bonaerenses gobernados por la UCR.
Es más, en Puán, la Libertad
Avanza consiguió más del 70 % de los votos y se convirtió en el
segundo distrito con mayor respaldo. El jefe comunal, el radical Facundo
Castelli, llamó a votar de manera directa por Massa. Fue uno de los pocos que
se pronunció, pero los vecinos no lo escucharon.
Tampoco a Sebastián Abella, el
referente PRO a través del cual Horacio Rodríguez Larreta salió a dar su
posición horas antes de los comicios luego de mostrarse neutral. "Elijo un dirigente
con experiencia, volumen político y respeto por la democracia Argentina. Por
eso, este domingo, voy a votar a Sergio Massa. No alcanzó. En Campana, donde
gobierna, también ganó Milei.
Ni siquiera pudieron los
vecinalismos. Ni Arturo Rojas, en Necochea; ni tampoco Carlos Bevilacqua, en
Villarino. Ambos llamaron a votar por Massa. Los habitantes de sus comunas les
dieron la espalda. Y el voto a favor de los libertarios superó el 65 %.
Lo sucedido en Chivilcoy es aún más fuerte. El jefe comunal Guillermo Britos, quien fuera reelecto en octubre, pidió votar por Massa. Pero no fue un llamado cualquiera. El dirigente vecinalista fue la primera opción de Milei para poner de candidato a gobernador. El alcalde lo analizó y tras algunas diferencias con los referentes provinciales del aspirante nacional, desistió.
El voto huerfano
En concreto, Milei formó un
partido político luego de captar otras representaciones que desde hace años
carecían de participaciones ejecutivas y legislativas de peso. Y en solo dos
años se convirtió en el canal principal de un voto huérfano de representación.
"Masas en disponibilidad", como aseguró el sociólogo Gino Germani, que
básicamente no encuentra una representación política.
Ahora, el desafío primario, es
conseguir que aquellos que lo votaron se sientan representados. Las
declaraciones del jefe comunal electo de Santa Fe, Juan Pablo Poletti (Juntos),
quien pidió votar a Milei, podrían ser parte de la explicación de lo que se
viene. "Estamos preocupados por las obras que financia el gobierno nacional a
partir de los dichos del presidente electo", manifestó.
Aquellos que pidieron el cambio
hoy pueden quedar presos de sus propios deseos.
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Cerca de una decena de legisladores podría abandonar la bancada amarilla y sumarse a LLA o armar un bloque apéndice del oficialismo.