El lenguaje violento y misógino de Jair Bolsonaro ha alejado a muchas mujeres que no aceptan su machismo. Recordemos que el actual presidente brasileño es apoyado por la bancada Triple B - Biblia, Bala, Buey-, compuesta por grupos religiosos, armamentistas y del agronegocio. Algunos ejemplos recientes de su violencia verbal se dieron cuando reprendió a una periodista que hizo una pregunta en un debate presidencial reciente o cuando insultó a la senadora Simone Tebet, candidata del ex presidente Michel Temer, cuando le preguntó: "¿Por qué tanta ira hacia las mujeres?". En un debate anterior en la Cámara de Diputados, Bolsonaro llegó a decirle a una diputada que él no la violaría "porque no se lo merece". Otra de sus conductas habituales es la "LGBT fobia", como cuando declaró que sería incapaz de amar a un hijo homosexual o que preferiría que un hijo gay muriera en un accidente.

Sus políticas de odio han llegado, incluso, a los pueblos originarios que lo han denunciado ante la Corte Penal Internacional por genocidio y ecocidio.

Jair Bolsonaro, para conseguir votos femeninos, recurre ahora -y por primera vez- a su esposa evangélica, Michelle, más carismática, quien se pasea por el escenario, invoca el poder de Dios y se acerca a la gente con abrazos y apretones de manos.

Michelle declaró, ante una multitud en la campaña en Río de Janeiro: "Este hombre tiene un corazón puro, un corazón limpio, además de ser hermoso".

Según una encuesta del periódico Datafolha, entre las votantes femeninas, Bolsonaro está a la zaga de Lula hasta por 18 puntos porcentuales.

Frente a las políticas misóginas y sexistas del gobierno de su gobierno, el movimiento feminista se ha convertido en una importante fuerza de oposición que reclama por la igualdad de derechos, por la despenalización del aborto, contra la epidemia de femicidios y por el fin de las desigualdades laborales. El pasado 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, miles de activistas marcharon en São Paulo, Río de Janeiro y otras ciudades del país. Y lo mismo ocurrió en el primer aniversario del asesinato de Marielle Franco, la activista de derechos humanos y concejal de Río. Asimismo, ellas fueron las protagonistas del Carnaval de Río 2022.

Mientras que Lula busca el apoyo ambientalista, católico, feminista y de clases populares, Bolsonaro apunta a un público de la punta superior de la pirámide social, evangélico y conservador. Por eso, en estas elecciones, serán las mujeres quienes definirán el resultado final.

*Directora Ejecutiva de Mujeres En Igualdad (M.E.I)