Salió a escena apenas pasadas las 21.30 horas, vestido con un traje repleto de lentejuelas. Pero no impactó sólo por su look sino por la canción que había elegido para dar inicio a su recital: "Algo de mi en tu corazón". La gente lo recibió entre aplausos y cantando a los gritos con una emoción difícil de explicar. Aunque claro, luego de la pandemia que puso en pausa la vida tal y cual como la conocíamos, las ganas de cantar y de bailar estaban en el aire. Sobre todo para las personas de entre veinte y sesenta años que llenaban el auditorio y que ya casi se habían olvidado de cómo era asistir a un recital. Lo bueno es que Lerner no sólo se dedicó a cantar sino que también realizó varios homenajes, llevó invitados, invitó a la reflexión, habló hasta del COVID-19 y propuso el disfrute del presente. Lerner, como el gran showman que es, entendió perfectamente el momento y también cómo plasmar su emotividad en el show.
"Hago lo que puedo, puedo un poco más. Vivo, lucho, sueño y vuelo cada día más", cantaba Lerner, y con él la gente, a la par. En una reciente entrevista, el compositor había declarado que la música lo ayudó a transitar momentos de su vida y que, gracias a la escritura de cada una de sus canciones, comprendió cómo documentarlos brindándoles un lenguaje de expresión infinito.
Uno de los grandes talentos de Lerner es su capacidad de adaptación. Gracias a ese talento, supo integrarse a la perfección con los nuevos artistas urbanos como Rusherking, los cantantes MYA con quienes realizó una hermosa y nueva versión de "Amarte así" y hasta con L-gante a quien invitó para juntos hacer "Puro sentimiento", reciente colaboración del cantautor con Sofia Reyes, Carlos Santana y el intérprete de Cumbia 420.
L-Gante y Alejandro Lerner cantaron a coro "Puro sentimiento". Un momento mágico.
"La valoración se ha vuelto muy numeral. En otra época era mucho más artística", reflexionó Lerner sobre cómo hoy los artistas jóvenes se ven en la casi obligación de sacar constantemente temas nuevos y competir por el primer lugar entre cantantes que ofrecen más o menos el mismo producto. También confesó que nunca se hubiera imaginado realizando colaboraciones con artistas jóvenes de la era digital o reversionando sus clásicas baladas para permitirle ingresar en otros mercados completamente desconocidos para él. Pero que lo ha descubierto y, lejos de defraudarlo, lo ha sorprendido.
Noche de homenajes
El momento más emotivo de la noche, a tan sólo unos pocos minutos de iniciado el espectáculo, fue para los héroes de Malvinas. En él, Lerner brindó unas palabras para aquellos soldados que fallecieron en la guerra y para quienes escribió "Isla de la buena memoria". Esta canción, entre cuyas estrofas se escucha "Ya se escuchan los disparos, entre muerte y libertad. Cae mi cuerpo agujereado, ya no podré cantar más" estuvo acompañada por paisajes de la Argentina, cruces y mucho dolor. Entre el público había madres de combatientes fallecidos que gritaron "'iViva la patria!"Fue un momento muy emocionante y difícil de remontar.
Otro de los sucesos más sentimentales de la noche fue el clip compartido con uno de sus grandes y más queridos maestros: Armando Manzanero. Una amistad de más de treinta y cinco años entre el argentino y un artista a quien el COVID se llevó. Fue de hecho gracias a este cantautor mexicano que Alejandro descubrió nuevos senderos y hasta tuvo la posibilidad de trabajar como compositor para prestigiosos músicos internacionales como Celine Dion, Carole King,y Luis Miguel entre varios otros. Lerner define a Manzanero como un inmenso compositor, un gran pianista cuyas canciones eran cantadas por los más grandes artistas.
Una que sepamos todos
Pero, así como las sorpresas, sus clásicos hits tampoco. Entre las primeras se cuenta la aparición sobre el escenario del reconocido intérprete musical y conductor Jey Mamone, quien llegó para entonar "Hay algo que te quiero decir y no me animo" en una nueva versión reggae acompañado por Lerner, que supo lucirse en su piano durante toda la velada.
Risas y anécdotas durante la visita de Jey Mamone al escenario del Movistar Arena.
Más adelante también interpretó "Testigos del sol" uno de sus grandes éxitos que formó parte del disco "Permiso de volar", de 1994, temas más antiguos como "Mil veces lloro" y hasta "Hope", una canción escrita para su madre, quien luego de fallecer dejó al artista con una sensación de falta de esperanza. Hubo también viejas baladas y quienes fueron en pareja, entre bailes y arrumacos se dejaron seducir por con "Volver a empezar", "No hace falta que lo digas", "Dentro de mí" y "Sin tu amor".
Para cerrar la magnífica noche eligió las dos canciones que mejor lo definen. Para el primer (pero falso) cierre eligió cantar una versión de "Costumbres argentinas", la canción que supo ser la cortina musical protagonizada por Carlos Andrés Calvo. El cierre verdadero lo marcó ese verdadero himno que es "Todo a pulmón", que no es otra cosa que una declaración de principios cantada. Porque así es como transita la vida Lerner, ése que - de no ser por los tantos metros que separan al escenario del auditorio- seguramente sería uno más allí bancando a los artistas de toda la vida. Esos que ahora, de la mano de los más jóvenes, se animan a poner el pie en el Movistar Arena con miedo a no generar un sold out, pero aún así atreviéndose. Y a puro corazón.