"Desde que desapareció mi hijo, el amor que sentía por él, el afán por buscarlo hasta encontrarlo, por rogar, por pedir, por exigir que me lo entregaran. El encuentro y el ansia compartida con otras madres que sentían igual anhelo que el mío, me han puesto en un mundo nuevo". En 1982, Hebe hablaba de su hijo Jorge Omar, secuestrado y desaparecido el 8 de febrero de 1977 en la ciudad de La Plata.

Poco tiempo después las fuerzas de seguridad también se llevarían secuestrado a su segundo hijo varón, Raúl Alfredo, el mismo año el 6 de diciembre en Berazategui. La lucha de Hebe estuvo y continúa estando signada por la reivindicación del nunca más, la Memoria, Verdad y Justicia. Comprometida con la causa política que se transformó en su razón de vivir, durante el gobierno de Néstor Kirchner, ella y Madres y Abuelas recibieron el abrazo fraterno en la búsqueda y volvieron a ocupar, junto con los derechos humanos, un rol central en la democracia argentina contemporánea.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue la primera en despedirla a través de las redes sociales y la noticia cobró rápido conocimiento en medios de comunicación y otros funcionarios cercanos a CFK. "Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional... no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre", escribió.

Por su parte también se refirió el Presidente Alberto Fernández a través de un comunicado. Allí la consideró una "luchadora incansable por los derechos humanos. El gobierno y el pueblo argentino reconocemos en ella un símbolo internacional de la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia". Al finalizar el Gobierno decretó tres días de duelo nacional.

Desde la fundación Madres de Plaza de Mayo, ubicada en Congreso, Hebe tejió un lugar de formación universitaria, periodística y espacio cultural por el que pasaron cientos de estudiantes, militantes políticos e hijos e hijas recuperados de la última dictadura cívico-militar. Frontal y directa, sus formas siempre fueron motivo de desprestigio indirecto para con su lucha, algo a lo que nunca decidió darle lugar.