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Piedra polimérica: el futuro de la construcción de rutas made in Berisso

Se trata de un material innovador desarrollado por investigadores que desde Berisso trabajan para revolucionar la construcción de rutas. Ofrecen una solución amigable con el ambiente ya que podría ser beneficiosa para reducir la contaminación por plásticos y mitigar el cambio climático

Por: Fernando Fuentes
4 de noviembre de 2023

Siempre es bueno contar con rutas argentinas hasta el fin. Es que una infraestructura vial adecuada facilita el desarrollo económico, disminuye costos de transporte, genera empleos directos, e indirectos, mejora la calidad de vida de la población y reduce la pobreza. Pero ese viaje al progreso hoy necesita ser sustentable, amigable con el ambiente y consciente de la principal crisis que enfrenta la humanidad: el cambio climático.

Todos esos aspectos son muy tenidos en cuenta por un grupo de investigadores desde Berisso trabaja con la piedra polimérica, un nuevo material capaz de brindar sustentabilidad a obras de ingeniería vial. Los estudios los llevan a cabo desde el Centro de Investigaciones Viales (LEMaC). Se trata de una institución pública dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional- Facultad Regional La Plata (UTN FRLP) y la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC-PBA). Allí desarrollan un nuevo material para uso vial, conocido como piedra polimérica.

Su empleo, al reemplazar en pavimentos a la piedra partida natural, la convierte en una opción para ayudar a mitigar el cambio climático. Además, podría ser de utilidad para reducir el impacto de la contaminación por plásticos.


¿Qué es la piedra polimérica?

"La optimización de la elaboración y operación de las obras viales es un factor determinante en la mitigación del cambio climático. Y una de las cosas que se busca aquí es emplear materiales que generen menores costos energéticos de producción, con menores implicancias ambientales", señala a El Editor Julián Rivera, director del LEMaC.

La piedra polimérica cumple con ese precepto. Se trata de un agregado de trituración realizado a partir de residuos plásticos domiciliarios y suelos finos disponibles. Como concepto, puede implicar cualquier tipo de material termoplástico proveniente de residuos industriales, o domiciliarios. "Pero en nuestras experiencias hemos utilizado polipropileno, ya que se relaciona con ciertos residuos domiciliarios comunes, como friselina, envases, bandejas descartables, o tapas", dice Rivera.

Para crearla, primero es necesario separar al polipropileno de otros plásticos. Luego, llevarlo hasta su temperatura de fusión, es decir, alrededor de 160 °C. El siguiente paso es mezclarlo en el laboratorio con el suelo y esperar que la pieza solidifique a temperatura ambiente, para finalmente triturarlo.

Según Rivera, el proceso de producción -que ya se encuentra en fase de patentamiento- resulta sencillo. "A nivel industrial, lo estamos desarrollando para que sea aplicable en cooperativas, o pymes locales", comenta el investigador.


Foto: Natalia Castro.


Reemplaza un recurso natural no renovable

La piedra polimérica que se obtiene presenta una proporción del 50 % del peso en plástico. Y podría emplearse en la capa de rodamiento asfáltica, pero incluso en las bases, de pavimentos con bajo volumen de tránsito. "Los estudios de laboratorio indican que en caminos rurales y calles suburbanas puede utilizarse en reemplazo de la piedra natural, sin problemas. No así en vías de mayor jerarquía", aclara Rivera.

A los investigadores del LEMaC les preocupa las dificultades ambientales y económicas que ocasiona el empleo de piedra natural en los pavimentos. La que se utiliza aquí suele venir de canteras situadas a 350 km de distancia, en Olavarría. Comentan que eso se traduce en elevados gastos de transporte, que llegan a representar alrededor de un 80 % del costo del material.

Además, el traslado se vincula con una mayor emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Todo producto de un mayor uso de combustibles fósiles. Por último, la piedra partida natural es un recurso que se caracteriza por no ser renovable. Y su extracción, a veces por voladura, no está exenta de tener impacto ambiental.


Economía circular

Además de contribuir a mitigar el cambio climático, la utilización de piedra polimérica podría ser beneficiosa para reducir la contaminación por plásticos. Este es otro alarmante problema ambiental, también relacionado de algún modo con el cambio climático. Y se debe al exorbitante incremento registrado en la producción de este tipo de materiales. A nivel mundial, las cifras pasaron de 2 millones de toneladas de plástico producidas en 1950, a 438 millones en 2022.

Se cree que cada argentino produce alrededor de 55 kg de basura plástica por año. Pero estadísticas globales indican que menos de un 10 % del plástico se recicla. El resto termina en rellenos sanitarios, basurales a cielo abierto, en la propia naturaleza, o bien es incinerado.

Por otro lado, no se debe pasar por alto que cerca del 99 % de los plásticos que se usan hoy están hechos también a partir combustibles fósiles. De ahí el efecto sinérgico que tiene esta actividad, con otras que son contaminantes, a la hora de agravar el cambio climático.

Colocada solo en la mezcla asfáltica, la piedra polimérica demandaría cerca de 15 toneladas de residuos plásticos por cuadra de pavimento. Aunque este nuevo material podría emplearse además en las bases del pavimento. En esa situación, podrían llegar a requerirse entonces hasta 50 toneladas más de residuos plásticos por cuadra.

El proyecto del LEMaC resulta auspicioso no solo por su capacidad para sacar de circulación al plástico. Propone, además, un ciclo virtuoso de economía circular. Incluye el empleo de una mayor mano de obra local para la separación del residuo plástico y la elaboración de la piedra polimérica. Todo con un costo menor de producción por cuadra que el registrado con el agregado de piedra natural.


Foto: Natalia Castro.


Desafío pendiente

Ningún camino del país, hasta el momento, cuenta con la piedra polimérica entre sus componentes. Todavía el desarrollo necesita materializarse a nivel industrial. Pero en lo que va del año la iniciativa ha resultado premiada en concursos nacionales e internacionales de innovación y economía circular.

"Para nosotros siempre ha sido muy importante este tipo de reconocimientos pues, más allá de la satisfacción grupal y particular de cada integrante, ratifican que nuestras líneas de estudios son de interés para la sociedad", refiere Rivera.

En el LEMaC es factible realizar este tipo de investigaciones. Cuentan con docentes investigadores especialistas en temas viales y el soporte de personal de apoyo, tesistas de posgrado y becarios de grado. En el proyecto de la piedra polimérica participan de manera directa, además de Rivera, el becario alumno Nicolás Battista y el diseñador industrial Adrián Oviedo.

El investigador señala que "en lo que respecta a aparatología, en el centro contamos con una buena base y algunos equipos de importancia. También tenemos la posibilidad, con algún esfuerzo mayor de por medio, de desarrollar equipos de manera artesanal". Pero considera que "el tema recursos económicos, como es de esperarse, suele ser para nosotros la componente más complicada".

El Editor encuentra a este grupo de investigación en medio de gestiones necesarias para el patentamiento. "Estamos bien adelantados con el trámite de patentamiento de la piedra polimérica, aunque es un proceso que lleva varios años. Pero nuestro mayor desafío actual, es lograr un modelo de aplicación a escala industrial", concluye Rivera.

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