La Argentina es líder en la región en tecnología nuclear aplicada a la salud. Un nuevo hito en el tratamiento de enfermedades oncológicas reafirma ese rumbo. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) avanza en la construcción, instalación de equipos y puesta en marcha en la Capital Federal del Centro Argentino de Protonterapia (CeArP) en colaboración con la Universidad de Buenos Aires (UBA), el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo y el Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan.

Es la primera institución de este tipo de América Latina y también es pionera en países en desarrollo. En el hemisferio sur, solo hay otro proyecto en marcha en Australia. El objetivo de esta terapia de precisión es mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer, al ofrecer una alternativa para tumores ubicados en zonas críticas o resistentes a otras terapias que evita efectos adversos.

El Centro Argentino de Protonterapia ocupa un edificio de unos 8.000 m2 en un predio del barrio porteño de Agronomía. Foto: Silvana Colombo.

Terapia de precisión

¿Qué es la protonterapia? "Se trata de una forma de radioterapia que en lugar de rayos X de altas energías - que es la forma convencional- utiliza haces de protones para el tratamiento del cáncer. Por sus características estas partículas permiten concentrar la dosis terapéutica en el tumor, lo que reduce los efectos secundarios sobre órganos y tejidos sanos. Además, genera una gran cantidad de daño complejo en el ADN de las células tumorales, mucho mayor que el causado por los electrones en el tratamiento tradicional. Los protones tienen una capacidad física que hace que en un momento frenen su acción" explica a El Editor Gustavo Santa Cruz, gerente del Área de Aplicaciones a la Salud de la CNEA.

El ciclotrón es la máquina de alta precisión que genera los haces de protones que luego son derivados a las salas de tratamiento. La terapia está indicada, por ejemplo, en enfermedades oncológicas en niñas y niños. En esos casos la distribución de la dosis requiere una altísima minuciosidad para evitar los efectos adversos y ofrecer a los pacientes una mejor calidad de vida.

Foto: Silvana Colombo.

A la vanguardia

Con el Centro Argentino de Protonterapia, la Argentina se sumará a unos 20 países en el mundo que disponen de este tipo de modalidad. A nivel global, se podrían beneficiar 120 pacientes con cáncer por millón de habitantes por año. Se trata de patologías en las que hay evidencia de que este tratamiento es superior frente al tradicional.

La terapia con protones puede aplicarse en tumores ubicados cerca de estructuras críticas como el corazón, el cerebro, la columna vertebral o en la zona ocular. "Como médico, tener disponible esta tecnología es un sueño, es increíble. Se utiliza en muy pocos lugares del mundo. Hay pacientes a quienes no les podemos brindar tratamientos adecuados, porque si bien la radioterapia ha evolucionado mucho en los últimos 15 o 20 años, una proporción de personas necesita una terapia que evite el daño a órganos vitales. Ahora se la vamos a poder ofrecer en nuestro país" asegura Marcos David Pereira, médico oncólogo y radioterapeuta de la Unidad Funcional de Tumores de Cabeza y Cuello del Instituto Roffo.

Los profesionales que integrarán el plantel del Centro Argentino de Protonterapia deberán capacitarse en el exterior. "Es necesario adquirir conocimientos, en especial para el equipo de físicos y físicas, quienes junto al plantel médico tienen un rol fundamental. Son quienes realizan los cálculos de la cantidad de radiación necesaria y de cómo se deben proteger los órganos cercanos a la zona de tratamiento" detalla Pereira. Y finaliza: "Algunos pacientes pueden viajar al exterior, pero no son todos. Este centro permitirá disponer del tratamiento en la Argentina y también ofrecerlo a los países vecinos, desde la salud pública".

El Centro Argentino de Protonterapia

En el barrio porteño de Agronomía, cerca del Instituto de Oncología Ángel Roffo que depende de la UBA, se levanta el edificio de unos ocho mil metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas que cumplen diferentes funciones. Fue construido por la empresa INVAP y financiado con fondos públicos. Tiene dos sectores: uno convencional con tecnología de avanzada, que está listo casi en su totalidad, y el área de protonterapia, con un avance de 80 % de la obra. "Se estima que la primera parte estará operativa a principios del año próximo mientras que a comienzos o mediados de 2025 podrían comenzar los tratamientos con protones, siempre que se disponga de los recursos necesarios para concluir los trabajos", anticipa Gustavo Santa Cruz.