Nacionales
La incertidumbre sobre lo que vendrá reina en el universo sindical. La única certeza es la inédita perdida de poder adquisitivo de los trabajadores registrados.
Por: Luis Autalán
8 de marzo de 2024
Mientras cae la noche del jueves, más de 20
líneas de colectivo del AMBA, ubicada en el país de la furia, empiezan a
reanudar su servicio tras la huelga paritaria y el giro de fondos del Gobierno
a las empresas para destinarlos a salarios. Todo un capítulo de las necesidades
gremiales entrelazadas con las empresariales, algo que también ocurría bajo administraciones
no liberales o libertarias. Algo más que un detalle en medio de una vorágine
desatada antes del 10 de diciembre.
En la consulta por WhatsApp a algunas
fuentes sindicales sobre el escenario del ajuste paso a paso de sueldos,
jubilaciones, planes sociales y con precios libres para todos, todas y todes,
hay diferentes respuestas. También un común denominador entre los informantes
que integran diferentes frentes de la CGT, así como las dos CTA. Se resume en
una palabra: "incertidumbre". Sin embargo, un mensaje nos llama la
atención. "El problema de fondo, ante la realidad económica y social, es
prestar atención al deterioro inédito del ingreso de los trabajadores,
trabajadoras, jubilados y jubiladas", es el breve texto.
Respondemos que se trata de un párrafo que
el FMI hizo llegar a la Argentina y sus mandatarios, y el dirigente sindical le
pone énfasis, picante y color al intercambio con un dicho popular. "Claro
lo dijo el Fondo, fíjate cómo estará la laguna que el chancho la cruza al trote..."
Y pensando en lo reciente y gráfico, viene a
la memoria los 50.000 puestos de trabajo directos y los 100.000 en riesgo que
marcó la Uocra como una alerta roja sobre que el déficit cero tiene simetría
con la paz de los cementerios y otros pensamientos que están lejos de ser un
hallazgo. Así como que Pablo Moyano desde la CGT y Rodolfo Aguiar, el titular
de ATE, en una reunión casi que tomaron palabras de Lionel Messi en Qatar 2022
para decirles a los trabajadores y trabajadoras que el movimiento obrero "no los
va a dejar tirados o se quedará mirando cómo derrumban el país".
Además, las últimas horas grafican la
hipertensión social al compás de la música que toca el Gobierno. Ahí está la
UOM con su plan de lucha paritario frenado por la Casa Rosada, bajo los
términos de la conciliación obligatoria, pero firme junto a la CGT Villa
Constitución para cortar la Autopista Rosario/Buenos Aires e ilustrar a la
opinión pública sobre el riesgo de perder los 7.000 empleos que genera Acindar
a nivel regional.
En el nombre las paritarias, pero con una interpretación casi marcial, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, y del Consejo de la Magistratura porteño decidieron cercar, blindar y más -por primera vez en la historia- la negociación salarial de los trabajadores judiciales. El cuerpo de delegados de Sitraju CABA se presentó a la reunión acordada a las 15 en Julio Roca 530, para continuar con la negociación salarial. Pero, oh sorpresa, les fue impedido ingresar a ese edificio, en una singular bienvenida a cargo de policías de Infantería, respaldados por camiones hidrantes. No fueron las únicas gentilezas, sin intención periodística fueron filmados por personal de esa fuerza de seguridad.
Más apuntes, ATE anunció un paro de 24 horas
para el martes 12; el lunes en plenario nacional definirán la modalidad que van
a desarrollar en la protesta. A su vez, en el capítulo contra el ajuste
presupuestario a la educación y en una inédita unidad, los gremios de las
universidades públicas convocaron al paro para el 14 de marzo.
Mientras tanto, en la misma nación del
ajuste, la licuación del salario y la crueldad gubernamental como moda furiosa,
(una visión reciente del notable Martín Kohan, vale acotar) bajo el santo y
seña de otorgar "herramientas necesarias" al Gobierno que los
desprecia en público, los diputados radicales se suben a la agenda de Javier
Milei y buscan modificar la Ley de Asociaciones Sindicales. Uno de los
objetivos es limitar las reelecciones sindicales, un tópico no tan urgente como
la destrucción, a todo ritmo y sin frenos, del poder adquisitivo y el desempleo
que se avecina.
Solo algunos puntos neurálgicos de la
actualidad gremial, aunque restaría sumar que en su diferente vara, siempre
libertaria, que el Gobierno no homologa la paritaria de Camioneros, destrata a
los docentes en una mesa con el ciclo lectivo iniciado y etc, etc. Allegados al
Ejecutivo, ante la consulta puntual, bromean sobre la picardía criolla de
"pisar al rival", humor casi inaudito.
Sobre el estrado y bajo juramento para dar datos y no solo opiniones, en base a la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) que dentro del empleo formal mide la remuneración, los datos ilustran sobre el peligro de extinción del poder adquisitivo. En enero, la suba de los salarios se asfixió debajo de la inflación, 14,7 % contra el 20,6 % del alza de precios, marcas olímpicas que remontan al colapso posterior a la convertibilidad. A ello debe sumarse el monitoreo que realiza el (Centro de Economía Política Argentina (CEPA) , ese informe muestra el desplome de todas las actividades de producción y consumo en enero y febrero.
En rigor de textuales, dejamos la reflexión del titular del Sindicato de los Trabajadores de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, referente cegetista y hábil experto para el diálogo en cualquier tipo de terrenos lo cual para la ocasión amerita la gravedad del escenario. Su organización definió un paro en Aysa por 24 horas, para más datos. Lingeri dijo que es grave: "destruir la columna vertebral que fue históricamente el movimiento obrero, e ir por los sindicatos, las obras sociales, con medidas de ajuste". Pero además subrayó un dato sobre el escenario de este marzo: "es muy difícil manejarse cuando el Presidente dice que ante el conflicto va a contestar con conflicto, esto quiere decir que no hay voluntad alguna de diálogo".
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El ex ministro del Interior Federico Storani afirmó hoy que el Gobierno de Javier Milei adopta medidas "por fuera de la Constitución" y, al ser consultado sobre si esto representa "un peligro" para la democracia, respondió que "absolutamente sí".