Cultura
El gran escritor argentino reflejó de manera única a las clases populares de la ciudad y los suburbios en las tensiones sociopolíticas que marcaron las primeras décadas del siglo XX. Él mismo buscó, en un modesto taller de una barriada de Lanús, cambiar su destino con el inventó de las medias de mujer irrompibles
Por: Eugenia Tavano
29 de julio de 2023
El 26 de julio se cumplieron 81 años del fallecimiento de Roberto Arlt. El escritor, periodista, dramaturgo e inventor argentino, a pesar de haber tenido una muerte repentina con apenas 42 años, dejó una obra única que lo consagró como un autor esencial de la literatura nacional. Hoy, el creador inmortalizado en ese retrato de mirada incisiva, goza de un reconocimiento que jamás pudo lograr con sus medias de mujer "irrompibles".
Hijo de inmigrantes alemanes, llegó al mundo para estrenar el problemático y febril siglo XX (nació el 26 de abril de 1900) y seguir un derrotero que incluyó una infancia pobre en Flores, la deserción escolar, los trabajos precarios, pero también las enseñanzas que da la calle, la ebullición de las ideas anarquistas y sus cuestionamientos a la sociedad burguesa, y hasta la fe ciega en el éxito de un emprendimiento industrial. Fue su talento para transformar todo aquello en cuentos, novelas, obras de teatro y crónicas lo que marcó su destino.
Frente de la casa donde Roberto Arlt en Lanús donde tuvo su taller. Fotos: Eugenia Tavano.
En el último tiempo, la figura de Arlt constata su vigencia en la reedición de muchos de sus trabajos y en nuevas aproximaciones a su vida y su literatura. Y en esa línea, distintas iniciativas coinciden en rescatar al autor de Los siete locos, El juguete rabioso y Saverio, el cruel en su paso por la provincia de Buenos Aires. Recientemente se presentaron las Aguafuertes bonaerenses, una compilación de artículos curada por la docente e investigadora Margarita Pierini, sucedáneas de las célebres Aguafuertes porteñas publicadas en el diario El Mundo desde finales del '20 hasta su muerte en 1942. Si bien esta selección hace eje en otros territorios, además, se incluyen relatos inéditos. Así aparecen anécdotas que Arlt recogió en Morón, Mar del Plata o San Isidro, entre muchos más, que lo muestran como uno de los observadores más lúcidos de su tiempo.
Pero el vínculo del escritor con la geografía que se extiende más allá de la capital atraviesa no sólo su producción periodística y de ficción -basta recordar al Astrólogo, personaje central de Los siete locos y Los lanzallamas, y su quinta de Temperley- sino también uno de sus más grandes sueños: el de triunfar como inventor.
Arlt instaló un tallercito en Lanús para lograr aquello; sin embargo, ese dato crucial para la cultura del partido del Sur del conurbano, fue sólo una mención durante mucho tiempo.
Pero hace algunos años atrás, la Cooperativa Editorial Azucena, de la localidad de Gerli, logró localizar el lugar donde Roberto Arlt intentó, hasta su muerte, fabricar medias de mujer que no se corrieran. Miguel Simonetti, integrante de la editorial, cuenta a este medio: "En 2013 recibimos la noticia de que la obra de Arlt entraba en dominio público, y nos pusimos a buscar algo de su producción que tuviera, tal vez, algún rasgo novedoso. Cuando nos enteramos de que Arlt había alquilado una pieza en Lanús para montar su laboratorio, enseguida quisimos saber dónde quedaba exactamente".
En efecto, el escritor había puesto en macha un taller en 1941, gracias a la colaboración de su amigo y actor del Teatro del Pueblo (donde Arlt estrenó sus obras) Pascual Nacaratti. Por entonces, Lanús no había logrado su autonomía como partido y todavía pertenecía a Avellaneda. "No había ningún registro oficial del inmueble", sigue Simonetti. "Entonces decidimos ir a buscarlo, porque también ese es el objetivo de nuestras publicaciones: que tengan una vinculación con los barrios". La tarea seguía complicándose, hasta que en el libro de Sylvia Saitta, El escritor en el bosque de ladrillos. Una biografía de Roberto Arlt, dieron con la clave. "Allí figuraba el nombre del locador del laboratorio, un vecino de Lanús que le había alquilado la piecita: se llamaba José Cocuzza. Buscamos en distintos registros y encontramos tres o cuatro domicilios. Fuimos al primero, y nunca me voy a olvidar que nos atendió una señora, apenas asomándose por una mirilla; cuando le explicamos por qué estábamos buscando a José Cocuzza, creo que le dio más miedo abrirnos (risas)".
Se trataba de la nieta de José Cocuzza que, desde luego, por entonces ya había fallecido. "Ella nos dio una copia del ABL de la casa que su abuelo había tenido por muchos años en alquiler, que quedaba en Tucumán 2433, en Lanús Este. Nos fuimos directo para allá y cuando llegamos descubrimos que el lugar que estábamos viendo era igual a una de las descripciones que hace Arlt del taller. Incluso las cuadras que él decía caminar cuando se bajaba del tren para llegar, coincidían con la ubicación".
Libro "Arlt en Lanús" de la Cooperativa Editorial Azucena.
En esa década del '30 al '40, cuenta el periodista e historiador Omar Dalponte, "Lanús era un pueblo próspero, al que se conocía por ese nombre por la estación del ferrocarril, que había comenzado su construcción como un apeadero, una casilla muy modesta en tierras que había donado Anacarsis Lanús". Fueron años importantes para Arlt, que desde mediados de los '20 había forjado su carrera de periodista y había logrado editar El juguete rabioso y Los siete locos; tiempos de incursionar en la dramaturgia y de viajar a Europa y a África como enviado de El Mundo. Y también, de patentar las medias galvanizadas (en 1934), proyecto que hasta se entusiasmó en llevar al Viejo Continente.
"Cocuzza lo bancaba a Arlt contra todos los vecinos que lo querían echar del barrio, porque cada dos por tres explotaban cosas, y él hacía esas magias que alarmaban a todos", sigue Simonetti. "Le decían al viejo que lo raje, pero por algún motivo, él empatizaba con el escritor". Es probable que el locador, de quien no sabemos si fue un lector de Arlt, al menos notara lo que es evidente en sus libros: que en aquella pasión de alquimista se jugaba la esperanza de muchas transformaciones. Económicas, de clase y por añadidura, existenciales. Silvio Astier y Remo Erdosain, protagonistas de El juguete rabioso y Los siete locos respectivamente, también persiguen sueños de inventores en la ficción, con proyectos como el señalador automático de estrellas fugaces o la rosa de cobre.
La investigación Azucena concluyó poco antes de 2014, año en que Lanús celebró 70 años de su fundación como partido. Entonces, por sugerencia del intendente Darío Díaz Pérez, la editorial se sumó a los festejos con un evento dedicado al escritor en la plaza de Villa Obrera, situada enfrente de la casa de la calle Tucumán donde funcionó el taller, que fue señalizada con una placa. Hubo también jornadas de lectura para chicos y los relatos de Arlt volvieron en dos compilaciones: una institucional por la conmemoración del distrito y Roberto Arlt en Lanús, lanzada por la cooperativa de Gerli.
Díaz Pérez rescata hoy el valor del hallazgo histórico. "La tarea de investigación y difusión nos pareció un hecho cultural trascendente para nuestra memoria colectiva, y con la participación de la Editorial Azucena logramos imprimir y difundir a Arlt en todas las escuelas de nuestra ciudad. Rescatar historias de personalidades célebres que fueron vecinos de Lanús, aún en su paso transitorio por nuestra ciudad, es algo muy importante". Sobre las políticas culturales del actual gobierno local, el exintendente opina: "Por su esencia, no creen ni resaltan las historias de escritores o artistas populares nacionales y sus aportes: sólo ven a la cultura desde un criterio comercial. El conurbano, su peso en la formación de la conciencia obrera, de los trabajadores que se asentaron, fue un gran sustento de la identidad nacional. Este gobierno municipal no coincide con ninguno de los valores que contiene la riqueza de nuestro pueblo".
Otra fuente consultada para esta nota: Biblioteca Virtual Miguel Cervantes.
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