El nombre comenzó a sonar fuerte hace 15 días. Los rumores llegaban de las entrañas de cada uno de los socios que componen el Frente de Todos. No había sorpresa cuando alguien, en una reunión política, mencionaba su apellido y lo vinculaba con la posibilidad de ser candidato a Presidente. La chance existía, Daniel Scioli podía tener su revancha en este año electoral. El último viernes el exgobernador de la provincia de Buenos Aires confirmó su precandidatura a la presidencia de la Nación. Ya está en el aire girando la moneda, y como dice Drexler, que sea lo que sea.

El peronismo de estos tiempos, del albertismo nonato y del kirchnerismo pétreo, cuenta con esa herramienta que se utiliza solo en emergencias. Daniel Scioli es un todo terreno de la política. Un hombre que fue y que quiere ser. Un dirigente que aguardó paciente y en silencio que otra vez le llegara el momento. En caso de emergencia, rompa el vidrio y saque a Scioli. Hacia ese lugar parece ir el peronismo que busca subirse al ring entre la crisis económica y la proscripción de su principal figura.

En la política no hay casualidades. Los rumores ya se propagaban por los pasillos de los palacios oficiales cuando Raquel "Kelly" Olmos, ministra de Trabajo, dijo públicamente el último martes que "cualquiera tiene derecho a ser candidato, el Presidente, un ministro o el embajador en Brasil". Un día más tarde Scioli declaró: "Cuenten conmigo. Como siempre".

Scioli tiene lo que la política demanda. Fue soldado de Carlos Menem y también de Néstor Kirchner. Siempre leal, nunca traidor. La pregunta es si tiene lo que la sociedad demanda. El tiempo y las urnas dirán.

Su equipo está listo desde que fue convocado para formar parte del Gabinete de Alberto Fernández como ministro de la Producción. No lo desarmó cuando volvió a Brasil y retomó su trabajo como embajador. La lógica de la discusión imperante dentro del peronismo abrió un resquicio para que el exgobernador de la provincia de Buenos Aires comience a trabajar su candidatura. Entre el Presidente que dice yo quiero ser y la Vicepresidenta que dice yo no puedo ser, está el camino que empieza a transitar Daniel Scioli. Entre las tensiones para armar las listas y la candidatura de consenso. Peronismo puro.

Mientras el año electoral se pone en marcha, el multiverso de la política argentina permite adivinar en el horizonte la posibilidad de una revancha. Daniel Scioli Vs. Maurcio Macri. Así, como una suerte de Elige tu propia aventura de la política, Argentina podría retroceder ocho años y elegir un camino distinto. Seguramente es el escenario soñado por Scioli. Su concreción dependerá, entre otras cosas, de Macri que estirará la definición sobre su candidatura hasta mediados de marzo.

Ordenar y conducir. El desafío más allá de la candidatura es claro. Al peronismo no le fala candidato, le falta quien lo ordene. En realidad, la única dirigente con capacidad para ordenar a todo el peronismo, Cristina Fernández de Kirchner, por ahora no será de la partida. Sin embargo, el operativo clamor está en marcha. En ese juego, dentro de esas tensiones, Scioli se hace fuerte y espera bendiciones. Los intendentes cercanos a CFK dicen que será el elegido, desde el entorno de Alberto Fernández dejaron trascender durante las últimas semanas su interés por la candidatura del exmotonauta. Como siempre, con fe y con esperanza, Scioli empieza a caminar.