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Se recrudece interna entre Kicillof y La Cámpora de cara al 2025

Las diferencias entre los dirigentes que se encolumnan con el gobernador y aquellos que responden a Máximo rompieron la puerta y tomaron carácter público. CFK como punto de quiebre. La representación en juego

Por: Bruno Lazzaro
20 de abril de 2024

Basta con ver las imágenes de la visita del gobernador bonaerense, Axel Kicillof a Quilmes y Hurlingham, ambos distritos gobernados por La Cámpora, para entender el momento actual que atraviesan dos de las corrientes internas del peronismo que confluyen en Unión por la Patria.

La gestualidad de los intendentes Mayra Mendoza y Damián Selci, respectivamente, durante la presentación del mandatario provincial fue contundente. La jefa comunal se esforzó en demostrar que hoy por hoy no hay posibilidad de rescate en la distancia que mantiene con el gobernador.

No es algo personal. Lo mismo quedó reflejado en el municipio del Oeste. Selci también dejó en claro su descontento y ante el discurso del mandatario provincial tomó la decisión de no aplaudir ni una de sus intervenciones, algo que sí hicieron los ministros Gabriel Katopodis y Nicolás Kreplak.

Las discrepancias internas no son nuevas. Están relacionadas de manera directa con aquello que ya ocupó tanto espacio hacia adentro que terminó de romper la puerta para pasar a formar parte de una compulsa mediática con varios dirigentes involucrados.




Se trata de la rivalidad existente entre Kicillof y Máximo Kirchner, una historia que ya tiene su recorrido y que en los últimos días de profundizó con declaraciones cruzadas desde ambos sectores. El primero en tirar la piedra fue el excamporista y actual armador del gobernador, el ministro de Desarrollo para la Comunidad, Andrés Larroque, quien manifestó que "cualquiera que ose murmurar, conspirar o sembrar cuestionamientos extraños" contra Kicillof "en una joda rara está y no está jugando a favor del peronismo".

Y fue más allá, cuando puso en duda el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, algo por lo que, en concreto, pelean ambos espacios internos. "¿Qué significa esa conducción? ¿Qué tres ñatos te manden un mensaje?". En la misma línea, el jefe comunal de Ensenada, Mario Secco, que también se encolumna con el gobernador, aceleró más y sostuvo que "muchas veces los que rodean a Cristina terminan haciendo pelotudeces".

La respuesta de parte de La Cámpora no se hizo esperar y pese a que Mendoza buscó bajarle el precio aprovechó para marcar que "algunas declaraciones dejan de lado lo humano y son netamente en el plano de la especulación política, para mí eso es nefasto".

Lo que no dijo la jefa comunal es que ambos sectores están en el mismo barro. Y que más allá de las formas y de los momentos, la discusión ya está planteada de cara a un sector de la sociedad que clama por una representación fuerte para dar la pelea contra las políticas de un gobierno nacional con el que no se sienten representados y que, a la vez, los pone contra las cuerdas desde lo económico con suba de tarifas, transporte público, peajes, prepaga y alimentos.

"Si nuestra forma de posicionarnos con la agenda de la gente va a ser pelearnos para ver quién es cristinista, quien kirchnerista, quién peronista o massista, no entendimos un carajo el mensaje de las urnas", le dice a El Editor un dirigente importante de la Provincia.

Y agrega: "Si vamos a poner en juego la unidad que sea por pensar diferente en cómo tenemos que salir de este gobierno criminal que está metiendo debajo de la alfombra al 50 por ciento de la sociedad y no por quién va a poder poner dos o tres candidatos en las listas del año que viene".



Paso a paso

La discusión que se da hoy hacia adentro (y afuera) de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires tiene que ver con lo que viene. El jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, se posicionó fuerte hacia adentro con el fin de empujar a Kicillof para las presidenciales del 2027.

No se trata de un movimiento adelantado. El objetivo detrás es el primer paso: poder tomar poder en la toma de decisiones para las elecciones de medio término del año que viene. Hoy quien manda en el PJ, partido principal de UxP, es Máximo. Y el intendente, al igual que su par de Esteban Echeverría, Fernando Gray, quiere rediscutir ese rol. Abrir el juego.

La lectura interna es que las decisiones ya no se tomen en un cuarto y a puertas cerradas. Ampliar y discutir los lugares de toma de determinaciones. Después habrá que ver si eso se convierte en un escenario a favor de lo que será la vacante que Kicillof dejará al finalizar su mandato en la Provincia.

La Cámpora por su parte se aferra a sus espacios de poder. Y buscar mostrar su músculo territorial a partir de la buena cantidad de intendentes que sumó en los últimos comicios para revalidar su lugar. No será fácil, cada vez son más los dirigentes que empiezan a animarse a cuestionar la conducción actual.

Desde exministros nacionales como Aníbal Fernández a jefes comunales y exintendentes, en el escenario de la batalla hoy aparece trazada una línea que divide a los kirchneristas más acérrimos de los anticámpora. Una compulsa que dejará, sin dudas, heridas difícil de curar.

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