El wingsuit cada vez se hace más popular entre los argentinos y argentinas. Se trata de un traje con alas que es utilizado para planear, como una especie de paracaidismo en donde la persona que salta es el único vehículo para planear.

Alejandro Montagna, ingeniero industrial de 52 años, recientemente se animó a romper el récord argentino de caída en winsuit y se lanzó desde 8.287 metros de altura al vacío. "A diferencia de un salto normal de paracaídas, que es vertical y uno cae a 200 kilómetros por hora, en el wingsuit uno cae mucho más lento, capaz a menos de la mitad, pero avanza hasta a velocidad superiores", explica.

"Un wingsuit es básicamente un traje de material sintético que está compuesto por un ala de piernas y dos alas entre los brazos. Lo que hace es presurizarse a través de unas toberas al salir del avión y generar sustentación", contó Alejandro.

La Federación Argentina de Paracaidismo define al wingsuit como "el vuelo humano posible", algo que se pudo volver realidad gracias al traje con el que las personas saltan al vacío desde alturas realmente importantes.

En 2015 se reconoció como una disciplina de competencia. Ya sea los vuelos de Performance, como para los de Acrobacia, la disciplina permite a los competidores demostrar sus habilidades en el escenario mundial como son los eventos de Primera y Segunda categoría.

¿Qué se tiene en cuenta para saber quién gana? La disciplina evalúa tres ejes: mejor sustentación, menor resistencia y mejor relación de planeo, combinándolos en un solo resultado. Quien dure más tiempo en el aire, tendrá mejor puntaje.

En cuanto a la distancia recorrida en el aire, se cuenta la distancia horizontal recorrida sobre el suelo mientras se está en la ventana de evaluación; cuanto más lejos vuele, mayor será la puntuación.

También se tiene en cuenta la velocidad de la caída, y se evalúa la velocidad horizontal promedio más alta sobre el suelo lograda durante la ventana de evaluación; cuanto más rápido vuele, mejor será la puntuación del competidor o competidora.

Los equipos no solamente consiguen puntos por las figuras que realizan, sino además por su estilo de vuelo y el trabajo creativo de su camarógrafo, un actor clave en la competencia de esta disciplina.

Los puntos de estilo se otorgan por el estilo, fluidez del vuelo, agarres precisos y velocidad.