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Vaciamiento en ACUMAR: ¿Cómo sanear el Riachuelo sin trabajadores?

Los despidos avanzan y se teme por el futuro de las políticas públicas de salud ambiental, que cambiaron la imagen de una zona históricamente castigada. 4 millones y medio de habitantes en vilo.

Por: Migue Fernández
25 de mayo de 2024

La motosierra llegó a la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) y pone en jaque el destino de millones de habitantes. Desde el mes de abril, sus trabajadores se encuentran en alerta por la política de la nueva gestión, cuyo criterio pareciera ser simplemente reducir y eliminar. De continuar el proceso de sanear y recomponer el ambiente, por lo pronto no hay definiciones.

ACUMAR es un ente autónomo, autárquico e interjurisdiccional, que conjuga el trabajo con los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, Provincia y Ciudad. En la Cuenca viven aproximadamente 4 millones y medio de personas, dado que recorre parte de 14 municipios bonaerenses y atraviesa nueve comunas porteñas.

Su origen data de un fallo histórico de la Corte Suprema, la llamada Causa Mendoza, del 2008. Un grupo de vecinas y vecinos de Villa Inflamable, en Avellaneda, presentaron una demanda contra el Estado y 44 empresas, en la que reclamaban entre otras cosas una recomposición del ambiente y la creación de un fondo para financiar el saneamiento de la Cuenca.

"Si se tienen en cuenta los más de 15 años transcurridos, los avances son muy lentos y no los esperados", se lamenta Beatriz Mendoza, psicóloga social de Avellaneda e impulsora de la demanda que creó el organismo. "Ninguna gestión de ACUMAR pudo cambiar las condiciones concretas de existencia de los habitantes de la Cuenca", sostiene consultada por El Editor, aunque reconoce las obras de infraestructura y trabajos de limpieza.


Foto: Silvana Colombo.


Mejorar la calidad de vida de los habitantes, recomponer el agua, aire y suelos del territorio y la prevención de los daños. Esa fue la manda. Un antes y un después en el derecho ambiental argentino. "Demuestra un poco también como, en materia ambiental, la sentencia no es el fin del proceso sino el comienzo", explica a este medio el abogado ambientalista Enrique Viale.

La liberación del camino de sirga, la limpieza del espejo de agua -aunque no de los fondos que es lo verdaderamente contaminante, el traslado del Mercado de Liniers, la finalización del Parque Curtidor de Lanús. Ha habido avances a lo largo del tiempo. "El Riachuelo no está en las mismas condiciones, ha mejorado, pero falta mucho para que esté saneado. Y en ese sentido, el rol de ACUMAR es clave", agrega quien fuera representante dentro del organismo de la Asociación de Vecinos de La Boca.

"A la fecha hay 64 despedidos. Todos de diferentes áreas", explica Débora Frites a El Editor. Es trabajadora del organismo desde hace 10 años, en la Dirección de Ordenamiento Territorial, y es delegada de la junta interna de ATE. Su trabajo es social, con los vecinos de la zona con los que se hacen procesos de relocalización y/o reurbanización.


Fotos: Silvana Colombo.


Entre los despedidos, por ejemplo, están la mayoría de los integrantes del Laboratorio de Análisis de Calidad Ambiental y del Centro Integral de Monitoreo y Control Ambiental, equipos dedicados a analizar la calidad de agua, sedimentos y efluentes líquidos, también al procesamiento y seguimiento de datos de calidad ambiental.


Estas decisiones no dan de baja las tareas de monitoreo de la Cuenca que lleva adelante ACUMAR, pero reducen sus capacidades y dan de baja recursos humanos y técnicos conformados a lo largo de años de trabajo e inversión. La pregunta es qué pasará con el Riachuelo si se reduce significativamente la planta de trabajadores.



Foto: Silvana Colombo.


Los avances

"El despido de trabajadores y trabajadoras de ACUMAR es un acto muy cruel y de absoluta injusticia, porque cumplían una misión con mucho compromiso y hacen a la vida del organismo", sentencia su expresidente Martín Sabbatella, consultado por El Editor. Durante su reciente gestión, se recuperó la navegabilidad del Riachuelo después de 12 años -no sin resistencia de algunas organizaciones- y también se habilitó un recorrido turístico en la zona.

El exfuncionario asegura que sin los trabajadores no habrá control de la limpieza del espejo de agua, ni en los márgenes del río y los arroyos, control de las industrias, programas de salud ambiental y seguimiento en los territorios, entre otras tareas. "El 100 % de la planta de ACUMAR y de los cooperativistas son absolutamente necesarios. La tarea es tan compleja que incluso se necesitan más recursos humanos", agrega.

"El trabajo de ACUMAR a lo largo de los años fue desparejo, irregular y con resultados sumamente parciales", manifiesta Sergio Federovisky, biólogo y exsecretario de Control y Monitoreo Ambiental del exministerio de Ambiente de la Nación. "Fundamentalmente consiguió resultados módicos, necesarios, pero básicamente superficiales y cosméticos", cuestiona.

Un desarrollo fundamental para revertir 200 años de contaminación es con el Sistema Riachuelo, una megaobra de infraestructura que se constituye en la primera gran ampliación del sistema cloacal del AMBA en más de 70 años. El mismo evitará descargar efluentes cloacales no tratados al Riachuelo, lo que constituye aproximadamente el 70 % de su contaminación. La obra estuvo a cargo de AySA, que en septiembre del 2023 inició el proceso de puesta en marcha.

"El gran problema es que no se sabe, a ciencia cierta, cuál es la función que tiene que cumplir ACUMAR y, por lo tanto, menos se sabe con cuántos empleados debería cumplirla", discute el exfuncionario de Ambiente de la Nación, y remata: "Pasó de ser elefantiásica a pequeñísima, de ser un organismo de control a uno ejecutor a casi un Ministerio. Y los que sufren a lo largo del tiempo esas malas decisiones son los trabajadores".


Foto: Silvana Colombo.


Lo que queda por hacer

ACUMAR se propone revertir el daño ambiental acumulado en un área donde viven millones de personas, a través de obras de infraestructura, control industrial, gestión de residuos urbanos y ordenamiento del espacio público, por mencionar solo algunos de los aspectos de su plan de saneamiento.

"A quienes padecimos y padecen las consecuencias de la contaminación, nos parece que falta seriedad, políticas públicas idóneas, participación comunitaria y voluntad de que la Corte Suprema quiera hacer cumplir su propia sentencia", dictamina Beatriz Mendoza.

Los despidos impactarán directamente en el desarrollo de las políticas públicas que se implementan en todo el territorio de los 14 municipios bonaerenses y la Ciudad. Al momento de publicar esta nota, no hubo respuesta oficial sobre la visión para el organismo, al cual quedó al frente Lucas Figueras, quien ya había tenido el cargo durante el gobierno de Mauricio Macri.

"Además de la reducción significativa de trabajadores, que ya es concreta, ACUMAR podría ser uno de los organismos suprimidos en caso de que se votara afirmativamente la Ley Bases", sostiene con preocupación Enrique Viale. "Sería un retroceso enorme. Una regresión ambiental, además de inconstitucional", se lamenta.

Sin una clara política ambiental ni otro criterio fuera del vaciamiento, se pone en riesgo evidente la continuidad del trabajo hecho por más de 15 años, mientras que quienes habitan la Cuenca deben esperar que no se deterioren o destruyan sus condiciones de vida, de por sí castigadas.

Después de décadas de desidia, la Cuenca Matanza-Riachuelo tenía un horizonte en el que se podía imaginar un espacio saneado, de transporte o esparcimiento, con producción limpia y sustentable, con valor social. Parte de un proceso lento, con obras de infraestructura y políticas públicas que llevan años. Volver atrás no debería ser una opción.

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