Para las víctimas de violencia sexual, el daño emocional y físico es difícil de sanar. Las formas de canalizar lo sufrido y poder compartirlo muchas veces se vinculan con expresiones artísticas como la literatura o la pintura, que no sólo pueden ser reparadoras para las víctimas sino que también pueden ayudar a prevenir y a reconocer casos de este tipo.

Por eso conversamos con la psicóloga Sonia Almada (MN 22.366), quien tiene una amplia trayectoria en asistencia a víctimas de violencia sexual y además es directora de la sociedad civil ARALMA. Almada acaba de presentar su cuento La Niña Deshilachada, que está en proceso de ser reconocido como "de Interés" por la Cámara de Diputados de la Nación, "fundamentado en la necesidad de seguir difundiendo conocimiento e información sobre el maltrato y la violencia sexual en las infancias", detalla el documento.

El cuento

Almada define a su texto como "una herramienta sensible de concientización y prevención de la violencia sexual que puede leerse con la familia, los docentes y con profesionales que aborden estas problemáticas". Y, tratándose de una obra destinada al público infantil y juvenil, lo que se sugiere es su utilización en contextos cuidados. El cuento tiene, además, un código QR para descargar material sobre la temática.

Para la autora, el volumen es un gesto de respeto y reconocimiento a los niños y niñas víctimas de este crimen, pero también es un llamado a los adultos a poner especial atención en su cuidado. "Está basado en la historia de una niña a la que la justicia no quiso escuchar, pero refleja los miles y miles de niños y niñas a los que les han robado la inocencia y a quienes no se les acercó ayuda ni reparación", detalla.

Una imagen del interior del texto de Sonia Almada

La niña deshilachada

"Se podría pensar como una precuela de mi primer libro, La niña del campanario, que trata de la investigación de la violación y asesinato de una niña de 8 años en la iglesia San Marcelo de Don Torcuato, sucedido en 1974. Aquí el relato también está basado en hechos reales y es una reivindicación, pero destinada al público infantil", explicó.

El argumento aborda la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, brindando herramientas para alertar sobre los signos, síntomas y secuelas que manifiestan las víctimas y también la forma de ayudarlas. "Deshilachada es la figura que encontré para contar que le pasa al cuerpo y mente infantil cuando se la agrede sexualmente. se va deshilachando...", explica la autora.

El Editor: ¿Cómo fue el proceso de escritura?

Sonia Almada: Yo tenía tres objetivos claros. El primero, "desanimalizar" la pederastia, que siempre aparece simbolizada con animales y monstruos. Creo que es momento de avanzar en la visibilización y contarlo tal cual lo relatan los niños y niñas: son varones del entorno cercano: familiares, sacerdotes, docentes, etcétera.

El segundo, contar los signos y síntomas que padecen niños y niñas cuando son víctimas y cómo se sienten con ello, para alertar a los mismos niños ( que no siempre saben que son víctimas de un crimen por el engaño al que el pederasta los somete) y a los adultos responsables a su alrededor.

Y el último objetivo, la necesidad de buscar ayuda para la recuperación. Las y los sobrevivientes de violencia sexual necesitan mucho tiempo para poder sanar. Tiempo para comprender que fueron víctimas de un crimen sexual, para contárselo a alguien y que les crean, para metabolizar que quien los agredió es de una persona a la que en la mayoría de los casos le tenían afecto o tenía ascendencia sobre ellos, y tiempo para denunciar".

Finalizado el texto, llegaron las ilustraciones, realizadas por Matilde Vidal. Fueron "encontrando juntas, también con la editora, las imágenes que lograran un entramado entre la escritura y la ilustración, contando esta historia difícil de manera bella", dice Almada.

El soporte del libro es papel y se puede conseguir en: https://www.biancaediciones.net.ar/libros-infantiles/la-nina-deshilachada