Mientras que la pelea se desarrolla en los juzgados, la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras impulsó una nueva movilización, como todos los 4 de cada mes. Esta vez, con el agregado fue la llegada a La Feliz de grupos autoconvocados y organizaciones socioambientales que se sumaron al reclamo, en una ciudad ya colmada por el comienzo de la temporada.

"Sergio Massa, Alberto Fernández, Axel Kicillof, Guillermo Montenegro, Juan Cabandié, Cecilia Nicolini, Diego Rodríguez y un gran etcétera son todos responsables por esta avanzada de violación a nuestros territorios y saben muy bien lo que hacen, saben a quienes se están representando y aún así se jactan en sus discursos de ser portavoces del combate al cambio climático. Como si la explotación petrolera no tuviese un vínculo directo con el saqueo y la emergencia climática, ¿no?", denunciaba -a través de la lectura de una carta-, una integrante del colectivo organizador que se había ubicado en la plataforma del monumento a San Martín, muy cerca de la peatonal. Ahí, donde desembocó la caminata por la ciudad, también continuaron los festejos y el baile con grupos locales como La Willington, y Papaya. Sobre el final, los DJs le pusieron música al festival hasta pasadas las 22 horas. Aunque el término suene extraño en una protesta, entre los mismos asistentes se habló de "celebración" por haber logrado concentrar tantas energías en semejante evento.

Disfraces de pescados y cuerpos tatuados para defender el mar y la vida que encierra

El origen del conflicto lo cuenta Yésica Sánchez, una morocha de actitud sólida, parte de la organización y encargada de guiar a la multitud desde la rambla, por calles y avenidas cortadas, con potentes palabras que alternaban consignas, cánticos y reclamos. "Estamos acá porque ya hace más de un año y medio que en las comunidades costeras, particularmente la ciudad de Mar del Plata, nos enteramos de que había un deseo por parte del gobierno nacional de instalar plataformas petroleras". Ante el interés de la noruega Equinor, de YPF, Shell, y otras empresas a las que les otorgaron licitaciones, el plan era realizar exploración y perforación sísmicas, procedimientos que implican detonaciones que resultan un atentado para la vida marina, en especial para las rutas de migración de las ballenas. El impacto negativo afectaría a quienes realizan actividades económicas, como pesca y turismo, e incluso a quienes suelen vacacionar a la costa argentina.

Gran parte de la comunidad se ocupó de profundizar en la información, en antecedentes y estadísticas. Las posibilidades de que sucedan derrames es alta: entre 2016 y 2022, de hecho, se registraron al menos 17 derrames en nuestra plataforma submarina, según datos de Prefectura Naval. "Eso nos llevó a estar en el marco de medidas legales, cautelares, amparos para detener esta situación", precisa la vocera.

Activismo ambiental

Más de cuarenta personas viajaron desde Buenos Aires en el "Che Bondi", que pertenece al a fundación Che Pibe, de Villa Fiorito. El grupo incluyó miembros de la Campaña Plurinacional en defensa del Agua para la Vida, Organización de Ambientalistas Auto convocados y también integrantes de comunidades originarias, como Eugenia Figueroa, que en su cuenta de Ig @soymujercolla comparte contenidos como militante antirracista y del feminismo comunitario. Pertenece a la comunidad coya Queyunp, ubicada en Mendoza. Eugenia encuentra puntos de contacto con la organización de las asambleas en defensa de la biodiversidad. "Creo que acá en Mar de Plata se está desarrollando una marea azul frente a las petroleras. Hay que empezar a tomar en cuenta el peso que han tenido todas las asambleas en diferentes partes del país para enfrentarse al extractivismo y también para enfrentarse a los gobiernos que legitiman estas lógicas colonialistas y extractivistas".

A un año del primer Atlanticazo, la movilización sigue adelante

Si bien la participación local parece haber disminuido con respecto al primer Atlanticazo, hay motivos para hablar de un crecimiento de la movilización nacional. Cerca de las 16 hs, el Movimiento Rebelión o Extinción (XR) había ocupado parte de la Rambla Casino con sus coloridos carteles, mientras que en plena Playa Bristol decenas de activistas y auto convocados (con sus cuerpos pintados, máscaras de pescado y carteles con leyendas "El mar no se vende, se defiende") caminaron entre las personas que tomaban mate y sol hasta situarse a orillas del agua. Agarrados de la mano, brindaron una acción de "artivismo": un abrazo al mar como símbolo de protección y resistencia.

Una de las referentes de XR Argentina, la activista y politóloga Flavia Broffoni, se preguntaba: "¿Cómo puede convivir la historia de acción colectiva de Mar del Plata con la resistencia necesaria para que este proyecto no avance?". Su análisis invita a reflexionar frente a un panorama complicado. El 5 de diciembre, desde la jurisdicción marplatense, se levantó la cautelar que protegía al Mar Argentino y se autorizaron las exploraciones sísmicas a 300/400 kms de la costa bonaerense. La Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, en representación de varias organizaciones, interpuso un recurso extraordinario para apelar a la Corte Suprema, en una partida compleja que se detiene durante enero por la feria judicial.

"El mar no se vende, se defiende" como la principal consigna.

Acción directa no violenta

Un término al que apela Broffoni es el de ADV (Acción Directa No Violenta), que implica poner el cuerpo. "Yo creo que judicialmente es muy probable que el proyecto avance, pero eso de ninguna manera es una batalla perdida. Todo lo contrario: es traer la pregunta que siempre nos hacemos alrededor de si es justo incluso acatar una legislación que es profundamente injusta". En uno de los talleres que dieron en XR cuenta que la gran incógnita fue -si el barco de la empresa Equinor atracaba en el puerto para iniciar finalmente sus tareas- "¿podemos ser una masa crítica suficiente de mil, dos o tres mil personas, que ocupen pacíficamente el puerto e impidan el avance del despliegue de la infraestructura? Que es, en definitiva, la estrategia que han tenido siempre muchas comunidades en resistencia". La respuesta queda flotando en el aire.

Tanto desde la radio, como desde sus vivos de Instagram y en su actividad como docente, el biólogo y filósofo Guillermo Folguera suele sintetizar, de manera precisa, escenarios y procesos. "Lo que yo hoy vi es una muestra de un grupo de colectivos que evidentemente viene trabajando bien. Que le ha tocado lidiar con una industria que tiene un lobby muy notorio, como la industria de extracción de hidrocarburos, que se ha vuelto uno de los planes oficiales para obtener dólares". La iniciativa tuvo su origen durante el gobierno anterior, con Aranguren y Shell, y lo expone como ejemplo de "puerta giratoria", que significa para un funcionario salir de la actividad privada para integrar el gobierno a cambio de un precio muy alto para el país. Por estos días, Antonio Aracre, ex CEO de Syngenta y nuevo Jefe de asesores del presidente Alberto Fernández, es un buen ejemplo de esto. "Estamos viendo cómo se mueve en Equinor y Shell, de la forma obscena de un sistema gubernamental pero también partidario de entrega".

Sin embargo, Folguera confía en que algo se está gestando. "Digo, no sé a dónde va a ir todo esto, pero para mí es muy curioso el tipo de tejido que se está haciendo". Que gente de Mar del Plata viaje hasta Andalgalá, Catamarca, para resistir al extractivismo megaminero es un indicio, pero hay otros. Habla de puentes y parece emocionarse. "Son extractivismos diferentes, comunidades con historias diferentes, estrategias diferentes. Y sin embargo estuvieron ahí, estuvieron juntas, estuvieron marchando. Eso da sus frutos. No sé cuándo, pero lo dará. Y el poder lo sabe. El poder lo sabe y por eso el poder aprieta".