Brenda Mato, modelo de talla grande milita el activismo por la diversidad corporal. La joven logró aunar la estética con una ética inclusiva. El una entrevista exclusiva con El Editor cuenta sobre su crecimiento y la batalla contra los prejuicios sociales con los que deben luchar día a día. También opina sobre el rol de los medios de comunicación y las corporalidades.
El Editor: ¿Cómo nació el modelaje en tu vida?
BM: Llegó a mi vida de casualidad, hace diez años. Surge como consecuencia de una casualidad. Una amiga hace ropa a medida y me había preguntado si me animaba a hacer fotos para su marca porque quería mostrar otras corporalidades. Y terminé convirtiéndome en una modelo de talles grandes, trabajando de esto y disfrutándolo un montón.
Es algo hermoso poder mostrarle y decirle a la gente que no existe un cuerpo específico para poder usar una determinada ropa y transmitir algo más. Que no tenés que ser de una determinada forma para poder sentirte linda y ser visible. La diversidad es parte de lo bello y que hay otras posibilidades de existir.
EE: ¿En qué momento surge la militancia gorde? ¿Qué momentos fueron los que te llevaron a ella?
BM: Con lo del modelaje, también me doy cuenta de todas las trabas que había con respecto a mi corporalidad. Necesitaba contestar muchas preguntas que me habían surgido a lo largo de la vida, con respecto a por qué simplemente por tener la corporalidad que tenía muchas veces me quedaba afuera de las cosas. Y había crecido con el sentimiento de que simplemente por tener la corporalidad que tenía no importaba cuando me esfuerce, nunca iba a llegar a nada.
Con eso empecé a compartir mi historia en redes sociales y me encontré con otras historias similares a la mía, con las que no compartía nada más que una corporalidad parecida. Ahí me di cuenta que algo estaba pasando. Me empecé a encontrar que lo que existía era la gordofobia, que es una violencia sistemática que se ejerce con determinadas corporalidades y que estaba en todos lados.
Me di cuenta que no podía quedarme callada y también necesitaba mejorar mi vida, y en ese proceso tal vez se lo podía mejorar a alguien más. Entonces, empecé a encontrarme con otras personas para compartir mi proceso, mis idas y vueltas, altos y bajos, eso llevó a que suceda.
EE: ¿Cómo se lucha contra ese prejuicio de "la apología a la gordura"?
MB: Con información, siendo coherentes como pensamos y cuestionando lo que creemos que es así. Es un absurdo porque simplemente estoy existiendo, no estoy diciéndole a nadie que debería ser como yo. Somos personas que estamos reclamando un derecho básico, que es existir en el cuerpo que tenemos en este momento y no ser considerado menos por el cuerpo que tenemos. Tengo todo el derecho de vivir en el cuerpo que tengo y no tener que poner en pausa y esperar a adelgazar o incluso tener salud para vivir. No tiene sentido esta idea de la salud y de todas las cosas que avalan la violencia que recibimos las personas gordas por el hecho de justificarlo de alguna forma.
Mucho de lo que venimos arrastrando hace años es repetir el discurso médico hegemónico de la industria de la dieta que se está llenando de guita por hacernos creer que todo lo que somos y hacemos está mal y que ellos tienen la solución a nuestra vida.
Todas las personas tienen derecho a ser respetadas en el tamaño que tienen hoy, a vivir una vida plena en el tamaño y el cuerpo que tienen. La violencia habla más de los prejuicios sociales que de lo que pasa en nuestras corporalidades. Si queremos hacer alguna modificación de nuestro peso o de nuestro cuerpo, que sea desde el amor. Y no desde la exigencia y del debería ser o lo que nos piden de afuera, que cumplan con nuestros deseos, nuestra corporalidad, nuestros deseos y nuestras ganas.
EE: Hace poco se dio una situación de bodyshaming, referido a la hija de siete meses de Isabel Macedo. ¿Por qué se da este tipo de situaciones? ¿Cuál es la influencia de las redes sociales y medios de comunicación respecto a esta problemática?
BM: Me entristeció, pero no me sorprendió. Comparto una historia similar, si bien cuando yo nací no había redes sociales, sí había médicos gordofóbicos. Mi primera dieta me la mandaron a los nueve meses de vida y también recibía muchísimos comentarios de gente sobre mi corporalidad. Me entristece que 30 años después los comentarios sigan siendo los mismos. Me pone mal también el estado que manejamos como sociedad, que realmente estamos ya hablando de la corporalidad de un bebé. Es algo absurdo que en 2023 todavía hablemos de esto.
EE: ¿Qué rol cumplen los medios de comunicación?
MB: Los medios de comunicación son los grandes marcadores y generadores de opinión, y son los encargados de mostrarnos siempre la misma corporalidad y el mismo mensaje. Las redes sociales son un medio de comunicación más, pero desde allí hay un montón de gente que cree que puede decir o hacer lo que quiera. E incluso hace comentarios que no haría cara a cara, con lo que se genera esa idea de impunidad. Del otro lado también hay personas y también pasan cosas.
En este último tiempo con el tema de la libertad de expresión se confunde que la expresión es decir lo que queramos y sin ningún tipo de consecuencia. Pero la libertad de expresión tiene consecuencias.
EE: Sos una de las impulsoras centrales de la Ley de Talles. ¿Cuál es su actualidad? ¿Notas que se esté reglamentando la ley en comercios de ropa y textiles?
MB: Es un tema complejo porque la ley se aprobó en noviembre de 2019, se reglamentó en junio del 2021, se hizo el estudio antropométrico que se terminó en mayo del año pasado y en agosto nos dijeron que ya estaba en los resultados. A partir de ahí no tenemos más información al respecto de qué está pasando con esta ley. Es muy triste porque es una ley sumamente importante, que amplía derechos y que realmente nos va a cambiar la forma de un montón de cosas, con respecto a cómo nos relacionamos con la indumentaria.
La ley no se aplica en comercios de ningún lado porque no está en funcionamiento. Necesitamos tener la tabla de calles correspondiente y la realidad es que no podemos generarla si no tenemos los resultados de dicho estudio. Nadie nos responde, el tiempo sigue pasando y los únicos perjudicados son las personas con esta problemática.
EE: Más allá de la Ley de Talles, ¿hace falta más conciencia o más involucramiento por parte del Estado respecto a la gordofobia y el bodyshaming?
MB: Hacen falta más políticas públicas que protejan a las personas gordas de toda la violencia que están recibiendo. Por suerte tenemos una muy buena relación con los organismos del Estado. Por ejemplo, desde el INADI hay un relevamiento que se hace con respecto a la discriminación. Y por primera vez en el último relevamiento, en el mapa de discriminaciones, empieza a salir la gordura y la discriminación por cuestiones corporales.
A nivel nacional, el Ministerio de Salud de la Nación está muy abierto a escucharnos y, si bien sabemos que los cambios no suceden de un día para el otro y que hay muchas cosas por hablar y por entender, la verdad es que ser recibidas me parece que es un paso importantísimo. Esto nos da mucho espacio a que esto suceda también por parte del grupo activista del que formo parte, que es el colectivo de Gordas Activistas de Argentina.
EE: ¿Qué sucede con los manuales de obesidad?
MB: Estamos trabajando para modificar los manuales de una palabra que odiamos, pero que a la vez nos parece súper importante que son los manuales de obesidad y que son los que usan las y los médicos para atender a personas gordas en los consultorios. Estos tienen un montón de violencia de gordofobia y que podemos estar interviniendo, recalcando la importancia de ofrecer una consulta y un trato digno hacia los pacientes me parece que es algo maravilloso.
Hay muchas más cosas para hacer con respecto a leyes y medidas y hay mucho compromiso. Desde la Provincia de Buenos Aires han sacado unos cuadernillos muy maravillosos para entender y trabajar sobre diversidad corporal. Es algo inédito, es la primera vez que se hace y que ojalá se pueda replicar en más lugares. Esto nos da muchas ganas de seguir trabajando.
EE: Sos referente en el país y contas con casi 150 mil seguidores en Instagram. ¿Cuál es el mensaje que transmitís a tus seguidores? ¿Y qué le dirías a aquellos que enfrentan la gordofobia y el bodyshaming a diario?
MB: La referencia lo tomo con mucho respeto y es algo que siempre trato de tener en cuenta. Me acuerdo de Spider-Man y su célebre frase, que es que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. No tengo todo resuelto, me puedo equivocar y voy aprendiendo también por este camino. Comparto mi propio proceso, con mis aciertos y con mis equivocaciones, poniendo el cuerpo y el corazón en las cosas que hago.
El cuestionar todo lo que creemos saber y todo lo que aprendimos sobre corporalidades, sobre lo que podemos y no podemos ser, sobre lo que nos dijeron y sobre cómo nos construimos. A partir de ese cuestionamiento, trato de ver que hay algo mucho más grande que cambiar. La salida es colectiva y también comprometernos para generar un cambio positivo.
EE: ¿Qué proyectos y metas tenes para el futuro?
MB: La más inmediata es La feria Diversa que organizamos desde el 2018 y donde nucleamos a emprenmarcas y emprendimientos de indumentaria nacional que hacen diversidad de detalles. La feria va a ser el 16 de abril en un espacio cultural que estaba organizado también por una cooperativa y eso nos pone súper contentos.
También en seguir creciendo y apostando a los cambios, a continuar trabajando, a seguir haciendo, a la organización colectiva, a seguir haciendo cosas con mis compañeras del colectivo y que tenemos muchas ganas y muchas ideas. Y generar espacios que realmente nos incluyan a todas las personas.
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