Teatro y resistencia al sur

Un profesorado de teatro que pende de un hilo, un patio de escuela y un grupo de egresados que, contra viento y marea, pone en la cima al teatro independiente.

1 de octubre de 2022

Papel, alambre, bolsas de arpillera, cajones de manzana y un patio de escuela: es el escenario un poco improvisado por un grupo de la primera camada de egresados del Centro de Producción y Educación Artístico Cultural N°1 (CePEAC), ubicado en Diagonal Brown al 80, en la localidad de Adrogué, partido de Almirante Brown. Detrás de todo ese material aparentemente sencillo y artesanal hay gran cantidad de horas de ardua labor.

El aire huele a la tinta de papel diario y un bullicio tenue se despliega en el patio donde todos -actores y escenario- comienzan el ritual de abrazarse y fusionarse en una obra que despierta inquietud. Tejer las cortinas de papel que harán de amplio telón, pasar los cables por espacios reducidos y emprolijarlos, comprobar la funcionalidad de la iluminación, realizar el vestuario y ensayar los actos compartidos son sólo algunos de los preparativos producidos por los propios actores y egresados, para dar vida a la obra de Bertoltd Brecht "Terror y Miseria del Tercer Reich".



El contexto

El Centro de Producción y Educación Artístico Cultural N° 1 nace en 2016 y comparte el espacio con la Escuela Primaria N°1. Para el primer año de la carrera del profesorado de teatro ya habían hecho raíz las problemáticas en torno al cierre de módulos o la suspensión arbitraria de docentes. A lo largo de sus cuatro años de cursada los estudiantes, hoy egresados, han ido construyendo un cuerpo colectivo de trabajo, intercambiando conocimientos y experiencias en el teatro y aprendiendo conjuntamente, pero además han agregado valor los espacios de la comunidad educativa que alimentan y enriquecen.

Con la excusa del proyecto "Terror y Miseria" puesto en escena bajo la dirección de Armando Madero, y a pesar de haber conseguido su título hace apenas dos años, este pequeño grupo se consolida para dar cara a las futuras generaciones de profesionales, cuidando que el espacio no cierre las puertas. Los une un gran sentido de pertenencia. Hoy, institución y territorio han absorbido su resistencia y las enseñanzas dejadas por las distintas acciones llevadas a cabo en defensa de la continuidad del profesorado.

En cuanto a la obra que interpretan, fue escrita en 1938, durante el exilio del autor en Dinamarca. Bretch la tejió a partir de noticias que recibía o testimonios de otros exiliados, mientras escapaba del nazismo ya entronizado en Alemania. Se trata, desde ya, de una obra compleja que los egresados adaptaron reduciendo escenas, incorporando testimonios reales de distintos momentos de opresión en Argentina y el acople de una escena de Antígona.


La puesta en escena es completamente analógica, no hay uso de micrófonos ni música grabada. Todo lo que se escucha es interpretado en vivo por los actores y actrices sin amplificación.

Las similitudes

Tan difícil de pronunciar su nombre como de domesticar su espíritu rebelde, Brecht tenía una idea del mundo que escapaba de la visión burguesa, y por supuesto, del teatro burgués. Por eso en sus formas teatrales propone el desarrollo de un espacio donde el espectador pueda ser crítico de la sociedad en la que vive. Tan parecidos y arraigados son los afanes de lucha y libertad de los egresados, quienes defendieron a capa y espada la continuidad de la carrera, mientras el profesorado amenazaba con cerrar.

La elección de Brecht no fue casual. "Soy docente en escuelas secundarias del partido, muchos de mis alumnos viven situaciones de violencia familiar, hablarles del profesorado y del teatro en general les da un motivo para seguir estudiando", comenta Doris. Ella es una más dentro del elenco y lo dice de forma sencilla, pero pensar en las peripecias que pasaron para llegar hasta acá lo mismo le hace brillar los ojos.

Carolina Buratti - Micaela Ruíz Díaz.


Lo que ignoramos

En Buenos Aires suele cultivarse el imaginario colectivo de que el teatro nace en los tablones remachados del Colón y su semblante iluminado de cara a la avenida 9 de Julio, cuando no en los camarines de la calle Corrientes y sus carteleras destellantes. Sin embargo, lejos de las producciones privadas, existe -y para suerte de todas las clases sociales- una forma de teatro llamada independiente, donde todo sucede de manera autogestiva y generando los propios recursos.

El arte teatral nace en espacios mucho menos reconocidos y precarios que embriagan de profesionalismo y enriquecen a la sociedad. Cuidar estos espacios es parte de la continuidad democrática de la educación que aún se encuentra comprometida por recortes presupuestarios. Estos estudiantes han encontrado la forma de unir las competencias lingüísticas y expresiones corporales en favor de un compromiso social, entendiendo y transformando la realidad en la que viven. Y, lo más importante: poniendo el cuerpo para que suceda.


Carla Vázquez - Gala Otero - Candela Natale -Doris Danna - Marcelo Pezzolesi

Valeria Guidobono - Julieta Carpentieri - Brenda Rusconi - Juan Pablo Alonoso


"Lo que nosotros hacemos, si bien está dentro de una institución estatal, es teatro independiente porque todo - absolutamente todo- lo hacemos nosotros: desde las luces hasta el vestuario; el diseño de maquillaje y peinados; los objetos de la escena y la construcción dramatúrgica", cuenta Carolina, quien es parte del elenco y, desde luego, también egresada de la institución.

Aunque el CePEAC es un centro de formación docente, muchos de sus egresados pasaron por otras instituciones que los prepararon actoralmente y que hoy se reúnen para formar grupos teatrales independientes en donde se despliega tanto talento como en las compañías de teatro comercial. Desde artes escénicas, canto e incluso acrobacia, muchos de ellos reconocen que el teatro es un oficio en el que siempre se están perfeccionando. Que sean del conurbano y trabajen a la altura de las grandes compañías es, para el territorio de Almirante Brown, una suerte de medalla olímpica que todos se pueden colgar.