La semana que se fue dejó una certeza y varias dudas sobre cómo serán los próximos días del peronismo en la provincia de Buenos Aires. El llamado a elecciones de parte del presidente del PJ de PBA, Máximo Kirchner, puso un horizonte fijo en torno a la discusión que se dará por el control del movimiento y, también, por la toma de decisiones de cara a las próximas elecciones.

Sin embargo, los interrogantes que se abren sobre lo que pasará son muchos. Para empezar, Máximo K tomó la decisión de adelantar los comicios para hacerlos coincidir con la misma fecha de las elecciones partidarias a nivel nacional (17 de noviembre), algo que se terminó de confirmar días después del anuncio.

Pero son muchos los que, hacia adentro, afirman que será difícil de exponer al partido a una interna a través del voto de los afiliados. Para empezar, ninguno lo reconoce, porque no es de propia conveniencia para nadie, pero muchas de las personas que todavía figuran como simpatizantes adheridos en muchos casos ya murieron, se dieron de baja o ni siquiera están al tanto como parte de una práctica que es transversal a los partidos políticos tradicionales.

En ese marco, las probabilidades de sacar al movimiento a dar un voto partidario en medio de una problemática económica, política y social como la que se vive hoy en relación a los ajustes y recortes de parte del gobierno nacional podría exponer de más a la dirigencia.

Es por esto que son muchos los que prefieren no opinar al respecto. "No se trata de si estás con uno o con otros. Lo que hoy realmente importa está en el barrio, con los vecinos a los que no les alcanza para morfar y somos nosotros, como primera ventanilla, los que tenemos que ir a poner la cara para asistirlos en esta situación", le dijo a El Editor un jefe comunal del interior con varios años en el municipio.

Pero lo cierto es que el llamado a elecciones existe. Eso sí, en la misma línea que su par, un intendente que el lunes viajó a La Plata para formar parte del segundo desembolso del Fortalecimiento Fiscal Municipal, anunciado por el gobernador Axel Kicillof, sostuvo en diálogo con este medio que "podemos seguir dando vueltas sobre lo mismo o hacernos cargo de lo que va a pasar más allá de que a algunos pataleen y otros festejen: no va a haber elecciones, lo va a definir Cristina".

La versión, que forma parte de un grupo de aliados al mandatario provincial, tampoco los convence. Sucede que es sabida las diferencias que hoy tienen los jefes comunales que apoyan a Kicillof con el líder de La Cámpora. "Nosotros queríamos jugar, pero se va a cerrar adentro", agregó.

Sin embargo, según su propia lectura, la decisión de la expresidenta podría no dejarlos afuera. CFK podría optar por desanudar ciertos conflictos que hay hoy en el partido cediendo el control del movimiento a nivel bonaerense a cambio de un mayor despliegue en el armado de listas.

Historia reciente

La puja entre La Cámpora y el resto del justicialismo bonaerense tiene varios capítulos. Fernando Gray, quien hoy es el único candidato confeso para pelear por ese puesto, inició a mediados de 2021, con la llegada de Máximo a la titularidad del partido, una contienda que suma voltaje.

A tal punto que esa asunción todavía se encuentra judicializada por el jefe comunal de Esteban Echeverría, quien justamente fue el predecesor del diputado nacional. Desde entonces, los dardos internos se acumulan en una compulsa que primero dio en solitario y que hoy, de a poco, recibe más muestras de apoyo de dirigentes también enemistados con La Cámpora como Juanchi Zabaleta y Facundo Moyano.

Pero no es el único. Como es sabido, Jorge Ferraresi, a cargo de Avellaneda, también tiene deseos de dar la pelea. Y, cada vez que puede, expone sus diferencias con los dirigentes de la agrupación que comanda Máximo K.

"No hay 2027 si no se gana la conducción del partido", agrega un dirigente de la línea de Ferraresi. El problema a solucionar en ese camino es que Kicillof elige no confrontar hacia adentro. Y llegado el caso, habrá que ver de qué manera acciona. Lo que dejan en claro desde su entorno es que no tiene ninguna intención de comandar el PJ en PBA.

Por su parte, desde La Cámpora, como es habitual, salieron a defender la avanzada contra Máximo con un objetivo concreto exponer a aquellos que buscan liderar.

"Piden democratizar los ámbitos y cuando está la decisión de hacerlo también se quejan. Son la Gata Flora", sostuvo la jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza. El senador Wado De Pedro también fue por el mismo camino y aseguró que "muchos se dedicaron a cuestionar a Máximo mientras Milei se llevaba puesto todo. Y ahora resulta que los que hasta ayer pedían que haya elecciones, no quieren hacerlas".