Créditos: Twitter Fifa World Cup

Un país sin derechos humanos, donde las mujeres deben ir veladas y donde a la comunidad LGBTIQ + es perseguida y castigada de mil modos. Sin dudas, en los últimos meses Qatar fue el blanco de muchas críticas y casi todas, justificadas. Pero no sólo eso porque en el Mundial que acaba de terminar con Argentina campeón el VAR fue otro protagonista indeseado. A esto se suman otras denuncias, como la difundida por Human Rights Watch con respecto a la precarización y el desamparo de los miles de trabajadores que levantaron, en tiempo récord, los imponentes estados cataríes.

Aún así, dentro del controversial país que no permite ingresar al campo de juego banderas del arcoíris ni distintivos a favor de la diversidad, se ha logrado algo nunca antes visto en la historia de los mundiales. Y es que -a pesar de tratarse de un régimen que agravia y desprotege a las mujeres, manteniendo todavía un sistema donde la figura femenina está bajo la tutela de un masculino- en la cancha se vieron los pingos y ellas brillaron como nunca antes. Fueron árbitras, juezas, asistentes, veedoras. Y, de hecho, al término de la final que consagró a nuestro país como campeón del mundo, hubo una mujer recibiendo una medalla de oro de manos del emir de Qatar. ¿Cómo fue eso? Veamos.

Sin manual

Para la anteúltima fecha de fase tres -y última del grupo E donde se enfrentaban Alemania y Costa Rica- un suceso nunca antes visto haría historia mundialista. Pues mal que le pese a los cataríes, fue la primera vez en la historia que el arbitraje de uno de los partidos fue dirigido por mujeres. Ellas fueron Stéphanie Frappart, la árbitra francesa, quien dirigió el encuentro junto a sus asistentes, la brasileña Neuza Back y la mexicana Karen Díaz Medina.

Además de Frappart, otras dos mujeres se desempeñaron como juezas en los encuentros: Salima Mukansanga, de Ruanda, y la japonesa Yoshimi Yamashita. Entre las asistentes también tuvo participación la estadounidense Kathryn Nesbitt. De esa forma, tres fueron las juezas entre los 36 árbitros y tres las asistentes femeninas entre el total de 69 seleccionados por la FIFA para dirigir los partidos de Qatar 2022.

La francesa es árbitra FIFA desde el 2011 y ya había participado de otros encuentros futbolísticos masculinos: la Supercopa de la UEFA en 2019 y la UEFA Champions League en 2022. A diferencia de los anteriores, el encuentro entre Alemania y Costa Rica tuvo mucha más relevancia, ya que fue la primera vez que las mujeres participaron dirigiendo los encuentros en la Copa del Mundo y en un país que no reconoce ni respeta ninguno de sus derechos.

Quizás a los ojos del mundo es una simple novedad de la que no hubo demasiado para hablar por haber sido, además, un encuentro con muy pocas faltas: sólo 12 sanciones a lo largo de los 90 minutos y una tarjeta amarilla para Óscar Duarte, defensor de Costa rica. Frappart tomó decisiones que no fueron blanco de polémica y supo mantener al Var lejos del dominio del partido. Sin embargo, la cuenta de Twitter de FIFA World Cup reveló un hilo que, ya sea por negación o por adhesión a la iniciativa de la dirigencia femenina, puso a dialogar las distintas voces que disfrutan del deporte en cuestión.

A la conquista

Qatar, el país que se jacta de no estar a favor de algunos derechos adquiridos en otros países del mundo, sorprende por ser-también- el involuntario escenario de varias conquistas femeninas. Y es que este mundial será recordado como el primero en el que no una sino muchas mujeres ocuparon cargos que hasta entonces habían sido sólo de hombres y para hombres. Yendo ya a lo local, vemos que esto también se repite en las enviadas argentinas a cubrir el evento. Tal es el caso de Lola del Carril y de Ángela Lerena, periodistas deportivas argentinas que conformaron el primer dueto femenino en transmitir, relatar y comentar a través de la TV pública el partido en el que se enfrentaron Suiza y Camerún. También ellas hicieron historia.

(Foto: Instagram Ángela Lerena)

Otra colega de la región, Talía Azcárate, de origen peruano, hizo su parte transmitiendo en vivo la disputa entre México y Polonia junto con el staff de comunicadores de Latina. Y lo mismo sucedió con las periodistas chilenas Rocío Ayala y Javiera Naranjo, quienes vivieron algo muy parecido a nuestras relatoras argentinas y transmitieron el encuentro entre Bélgica y Canadá a través de Chilevisión. Y eso por no mencionar a la argentina Sofía Martinez, la cronista de campo que tuvo el coraje de decirle a Leo Messi todo eso que había atravesado a cada uno de los argentinos y que no nos lo va a quitar nadie. Leo se emocionó y el video dio la vuelta al mundo. Tampoco nadie podrá quitarles a estas mujeres los logros obtenidos.

No hay peor sordo...

Pudo no haberle gustado a algunos hombres, ni haber llegado tan poderosamente a sus oídos como el grito enardecido de Mariano Closs o los comentarios de Macaya Márquez, quien- dicho sea de paso- ya tiene su propio galardón después de ser el único en haber cubierto 17 copas del mundo. Sin embargo, lo que aquí se debate no es la gravedad de la voz ni la potencia del grito, sino la labor realizada por las periodistas que no han dejado en la cabina, el estudio o el campo más que un excelente desempeño de locución. Ellas estuvieron ahí.

Entonces, y en definitiva, de lo que se trata no es ya de cómo arbitraron ni de la trayectoria profesional de las mujeres que participaron del evento, sino de entender que esta copa del mundo -con todo y su polémica- ha sido piedra fundacional de la historia femenina en la dirección de encuentros futbolísticos masculinos a nivel mundial, dentro y fuera de la cancha.